MARRIAGE STORY Estados Unidos, 2019. Un film escrito y dirigido por Noah Baumbach
A pesar del desencuentro existente con las compañías exhibidoras todo indica que este es el gran año de Netflix en la medida que esta poderosa empresa de entretenimiento de Estados Unidos ha producido dos de los más importantes filmes que sin duda tendrán múltiples nominaciones para los premios Oscar. Así como la semana anterior se comentó el excepcional drama The Irishman de Scorcese, que acaba de estrenarse, a partir de la fecha el público tiene oportunidad de apreciar por un período limitado Marriage Story, un excepcional drama de Noah Baumbach.
El tema abordado por el realizador es el dolor que produce la disolución de un vínculo conyugal donde curiosamente las dos partes se siguen queriendo. El comienzo es engañoso al escuchar la voz en off del matrimonio integrado por Charlie (Adam Driver) y Nicole (Scarlett Johansson), donde a través de la lectura de cartas escritas, cada uno de ellos pondera las cualidades del otro; sin embargo, lo cierto es que la situación actual de la pareja no condice con la idílica armonía de otrora.
No resulta sencillo desprender la causa del deterioro conyugal. Sí se sabe que él es un respetable director de teatro y dramaturgo de Brooklyn y que Nicole siendo una reconocida actriz de Hollywood renunció en el pasado a numerosas ofertas de trabajo para integrar la compañía teatral de su esposo en Nueva York. El conflicto dramático se produce cuando ella decide aceptar la participación en un programa televisivo en Los Ángeles y resuelve radicarse allí donde también residen su madre (Julie Hagerty) y hermana (Merritt Wever). Con tal propósito viaja con ella Henry (Azhy Robertson), el hijito de 8 años de la pareja, lo que implica que Charlie al seguir sus actividades en Nueva York estaría alejado del niño. El gran problema radica en cómo compartir en tales circunstancias la custodia del niño; a pesar de que Charlie propone una terapia de pareja para solucionar el entuerto, ella se opone a la misma imponiéndose por lo tanto una batalla legal.
En gran parte influido por el drama de Ingmar Bergman Escenas de la Vida Conyugal (1974), Baumbach refleja con gran lucidez las consecuencias de la descomposición de este matrimonio cuando cada una de las partes comienza a ventilar los trapos sucios del otro produciendo emocionales heridas recíprocas; con todo, el trasfondo dramático se aminora con instancias de apropiado humor que permiten distender la gravedad de la situación prevaleciente. La cámara del cineasta con la colaboración de la excelente fotografía de Robbie Ryan capta en primeros planos los gestos, movimientos y procesos internos de sus protagonistas donde tanto Johansson como Driver ofrecen antológicas interpretaciones en sus respectivos personajes; dentro del calificado elenco también cabe destacar las muy buenas actuaciones de Laura Dern, Alan Alda y Ray Liotta, como los abogados de las partes en litigio.
Es plausible que en este óptimo trabajo Baumbach haya volcado algunos sentimientos íntimos de su vida personal tras la separación y posterior divorcio de su mujer, la actriz Jennifer Jason Leigh, acaecido en 2010 con un hijito de pocos meses; en todo caso, lo concreto es que ha logrado un incisivo drama tratado con inusual objetividad al mantener la distancia necesaria como para no demostrar simpatía especial con cada uno de los integrantes de la frustrada pareja. Magníficamente construido a través de numerosas situaciones cotidianas muy bien expuestas, Marriage Story conmueve profundamente sin desbordar en el sentimentalismo melodramático.
Por sus ponderables valores esta película es de aquéllas que además de su calidad reúne los elementos necesarios para seducir al gran público que fácilmente se identifica con cada uno de los dos carismáticos personajes centrales; eso es también debido porque su contenido repercute universalmente al analizar las crisis que pueden acontecer en la diaria convivencia de una relación conyugal. En esencia: un film imperdible.
Jorge Gutman