Valio­so Legado

VAR­DA PAR AGNЀS. Fran­cia, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Agnès Varda.

Resul­ta difí­cil comen­tar esta pelí­cu­la sin expe­ri­men­tar un sen­ti­mien­to nos­tál­gi­co; eso es debi­do a que Var­da par Agnès es el tra­ba­jo pós­tu­mo a la vez que el valio­so lega­do de una exce­len­te actriz, guio­nis­ta direc­to­ra, fotó­gra­fa y remar­ca­ble artis­ta en ins­ta­la­cio­nes visua­les; cabe agre­gar que Agnès Var­da, des­apa­re­ci­da en mar­zo de este año, será recor­da­da por haber sido una de las pio­ne­ras de la “nou­ve­lle vague” en el cam­po de la rea­li­za­ción cine­ma­to­grá­fi­ca así como la pre­cur­so­ra de un cine femi­nis­ta y férrea defen­so­ra de la liber­tad en la crea­ción artística.

Agnès Var­da

En este docu­men­tal rea­li­za­do a los 90 años de edad, de mane­ra afec­tuo­sa y gen­til Var­da se diri­ge a la ima­gi­na­ria audien­cia ofre­cien­do una cla­se magis­tral que comien­za afir­man­do que para fil­mar es nece­sa­rio ins­pi­rar­se, crear y lograr com­par­tir el tra­ba­jo rea­li­za­do con el públi­co. De este modo y tal como lo enun­cia su títu­lo, Var­da pasa revis­ta a su vida de artis­ta a lo lar­go de 6 déca­das y media, aun­que no nece­sa­ria­men­te en estric­to sen­ti­do cro­no­ló­gi­co. Ella efec­túa su debut en 1954 con su cor­to metra­je La Poin­te Cour­te, para pro­se­guir con otras pelí­cu­las tras­cen­den­tes de su carre­ra como lo fue Cléo de 5 à 7 (1962). No menos impor­tan­te es lo logra­do con Le bonheur (1965) don­de la mara­vi­llo­sa músi­ca de Mozart y el empleo de dis­tin­ti­vos colo­res son artí­fi­ces del rela­to de fic­ción narra­do. Pro­si­guien­do con su expo­si­ción man­tie­ne una con­ver­sa­ción con San­dri­ne Bon­nai­re don­de inter­ca­la extrac­tos de Sans toi ni loi (1985) que la tuvo de pro­ta­go­nis­ta y que mere­ció el pre­mio máxi­mo en el fes­ti­val de Venecia.

Como es bien sabi­do, el gran amor de su vida fue su mari­do Jac­ques Demy, el crea­dor de Les para­pluies de Cher­bourg (1962) con quien man­tu­vo un feliz matri­mo­nio des­de 1962 has­ta su muer­te en 1990; en tal sen­ti­do emo­cio­na oír sus comen­ta­rios sobre cómo vivió la enfer­me­dad de su espo­so duran­te los últi­mos años de su vida. Ella le rin­de tri­bu­to en el recor­da­do docu­men­tal Jac­ques de Nan­tes (1991) rela­tan­do la infan­cia de Demy y su pasión por el cine y teatro.

Entre otros de sus títu­los tras­cen­den­tes Var­da se refie­re a los des­ta­ca­dos docu­men­ta­les Les Gla­neurs et la Gla­neu­se (2000) y Les Pla­ges d’Ag­nès (2008); men­ción espe­cial mere­ce Visa­ges, Villa­ges (2017), don­de acom­pa­ña­da de su ami­go, el exce­len­te fotó­gra­fo y gran mura­lis­ta JR, van visi­tan­do peque­ñas pobla­cio­nes de Fran­cia, con­tem­plan­do y cap­tan­do los ros­tros y viven­cias de las per­so­nas que encuen­tran azarosamente.

Esta remar­ca­ble retros­pec­ti­va per­mi­te des­ta­car el pro­ce­so crea­ti­vo de una mujer quien con su incom­pa­ra­ble ale­gría de vivir, ener­gía y sapien­cia ha logra­do que los ciné­fi­los guar­den hacia ella un espe­cial cari­ño agra­de­cién­do­le por su excep­cio­nal apor­te efec­tua­do al sép­ti­mo arte. Jor­ge Gutman