Remar­ca­ble Melodrama

WAVES. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Trey Edward Shults

En su ter­ce­ra pelí­cu­la como rea­li­za­dor Trey Edward Shults demues­tra un nota­ble dis­cer­ni­mien­to abor­dan­do un tema de fuer­te con­te­ni­do emo­cio­nal en el cual el públi­co pue­de fácil­men­te empa­ti­zar con la suer­te de sus personajes.

Ins­pi­ra­do en expe­rien­cias per­so­na­les, Shults cen­tra su aten­ción en una fami­lia afro­ame­ri­ca­na que vive con­for­ta­ble­men­te en Flo­ri­da. La mis­ma está inte­gra­da por Ronald (Ster­ling K. Brown), su segun­da mujer Cathe­ri­ne (Renée Eli­se Golds­berry) y los dos hijos ado­les­cen­tes de Roland don­de el mayor es Tyler (Kel­vin Harri­son Jr), de 18 años de edad y Emily (Tay­lor Rus­sell) dos años menor.

Tay­lor Rus­sell y Lucas Hedges

El direc­tor estruc­tu­ra su rela­to en dos dife­ren­tes seg­men­tos bien defi­ni­dos. En la pri­me­ra par­te que insu­me la mitad del metra­je se sigue los pasos de Tyler, un mucha­cho que en prin­ci­pio lo tie­ne todo para ser feliz. Asis­tien­do a la escue­la secun­da­ria, él es muy popu­lar entre sus com­pa­ñe­ros por ser un cam­peón depor­ti­vo en lucha gre­co­ro­ma­na; sen­ti­men­tal­men­te, goza de la com­pa­ñía de su ama­da novia Ale­xis (Ale­xia Demie), una bella joven de ori­gen mexi­cano, y en el plano fami­liar es muy que­ri­do por su madras­tra como por su padre; si hay un aspec­to que lo ten­sio­na es la acti­tud de su pro­ge­ni­tor que alien­ta en él gran­des expec­ta­ti­vas y le ejer­ce una con­si­de­ra­ble pre­sión para lograr su exce­len­cia en lo que empren­da y esté mejor pre­pa­ra­do para actuar en una socie­dad racista.

La bue­na estre­lla del mucha­cho deja de fun­cio­nar debi­do a dos gra­ves cir­cuns­tan­cias que no con­vie­ne deve­lar, sal­vo anti­ci­par que ines­pe­ra­da­men­te y de mane­ra invo­lun­ta­ria los acon­te­ci­mien­tos se pre­ci­pi­tan cobran­do la fuer­za de una gigan­tes­ca bola de nie­ve que desem­bo­ca en un calle­jón sin salida.

La segun­da par­te del film se cen­tra en Emily, una chi­ca tran­qui­la y obser­va­do­ra de cuan­to suce­de a su alre­de­dor aun­que sin con­ser­var la ener­gía des­ple­ga­da por su her­mano. Debi­do al dra­ma que sacu­de a los suyos, ella se sien­te angus­tia­da al com­pro­bar cómo eso reper­cu­te en la rela­ción con­yu­gal de sus padres con el temor de que la inte­gra­ción fami­liar pue­da des­mo­ro­nar­se. Su gran pena se sien­te ami­no­ra­da en la rela­ción sen­ti­men­tal con Luke (Lucas Hed­ges), un com­pa­ñe­ro de depor­tes de su her­mano, quien por su par­te tam­bién atra­vie­sa pro­ble­mas fami­lia­res; en todo caso entre ambos sur­gi­rá la fuer­za nece­sa­ria para seguir ade­lan­te. Eso ade­más se com­ple­men­ta con la esce­na más emo­ti­va del rela­to en don­de una ínti­ma con­ver­sa­ción man­te­ni­da con su padre, le per­mi­ti­rá adqui­rir una acti­tud más tole­ran­te y huma­na con res­pec­to a su her­mano y hacia ter­ce­ros; en últi­ma ins­tan­cia es ella quien logra­rá sal­var a su familia.

Con admi­ra­ble luci­dez Shults ofre­ce un melo­dra­ma visual­men­te esplen­do­ro­so ade­más de estar escri­to y narra­do bri­llan­te­men­te; así el rea­li­za­dor refle­ja tópi­cos tan sen­si­bles como el dolor, la cul­pa, el arre­pen­ti­mien­to, el per­dón, el amor capaz de borrar los resen­ti­mien­tos que minan el espí­ri­tu humano como tam­bién el modo en que la exa­cer­ba­da exi­gen­cia de los padres hacia sus hijos pue­de cau­sar inde­sea­dos daños colaterales.

Esta mag­ní­fi­ca obra coral cuen­ta con un exce­len­te elen­co don­de se des­ta­can los talen­tos de Harri­son Jr con su des­bor­dan­te elo­cuen­cia y Rus­sell a tra­vés de la sere­ni­dad y madu­rez que trans­mi­te a su per­so­na­je; aun­que en pape­les secun­da­rios resul­tan irre­pro­cha­bles la com­po­si­ción logra­da por Hed­ges y la remar­ca­ble carac­te­ri­za­ción brin­da­da por Brown.

Dicho lo que ante­ce­de, Waves es un film alta­men­te reco­men­da­ble sin reser­va algu­na. Jor­ge Gutman