Lo Mejor de 2019

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

DOCE MESES DE EXCE­LEN­TE CINE

El año que aca­ba de fina­li­zar fue uno de los más remar­ca­bles en mate­ria de cine don­de la crea­ti­vi­dad e ima­gi­na­ción, con­te­ni­do, rea­li­za­ción e inter­pre­ta­ción fue­ron fac­to­res cla­ves para que los aman­tes del sép­ti­mo arte que­da­sen ple­na­men­te complacidos.

A jui­cio de quien esto sus­cri­be, he aquí la lis­ta alfa­bé­ti­ca de las mejo­res pelí­cu­las estre­na­das en Cana­dá en 2019, exclu­yen­do aqué­llas que han sido pre­sen­ta­das en festivales.

1917 (Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Unidos)

Cua­tro años des­pués de Spec­tre, el direc­tor San Men­des retor­na con un impac­tan­te rela­to que ‑como su títu­lo lo anti­ci­pa- trans­cu­rre en el perío­do de la Gran Gue­rra en los fren­tes de bata­lla. La direc­ción de Men­des es excep­cio­nal tan­to en su narra­ti­va, con momen­tos de indes­crip­ti­ble zozo­bra, como así tam­bién en el coreo­grá­fi­co movi­mien­to de cáma­ra logra­do. No menos impor­tan­te es el mag­ní­fi­co apor­te acto­ral de Dean-Char­les Chap­man y sobre todo el de Geor­ge Mac­Kay quien car­ga sobre sus hom­bros la mayor par­te del rela­to. Este dra­ma tam­bién atrae por la extra­or­di­na­ria foto­gra­fía de Roger Dea­kins y su equi­po quien habien­do fil­ma­do en su mayor par­te a ple­na luz per­mi­te al espec­ta­dor su com­ple­ta inmer­sión en el sitio de com­ba­te; igual­men­te cabe dis­tin­guir el impe­ca­ble mon­ta­je de Lee Smith ofre­cien­do la idea de que todo trans­cu­rre a tra­vés de un úni­co plano secuencia.

1917

Anti­go­ne (Cana­dá) 

El tema de Antí­go­na, la tra­ge­dia grie­ga de Sófo­cles, ha sido obje­to de una moder­na adap­ta­ción rea­li­za­da por la direc­to­ra Sophie Deras­pe que se desa­rro­lla en Cana­dá en la épo­ca actual. Al hacer­lo ha logra­do un mag­ní­fi­co film don­de ade­más de refle­jar los fuer­tes lazos de la unión fami­liar abor­da simul­tá­nea­men­te el tema de la inmi­gra­ción y las con­se­cuen­cias que pue­den sur­gir para los que emi­gran de su tie­rra y sue­ñan con un mun­do mejor en el país anfitrión.

ANTI­GO­NE

Dolor y Glo­ria (Espa­ña)

A tra­vés de un retra­to par­cial­men­te auto­bio­grá­fi­co el pres­ti­gio­so rea­li­za­dor his­pano Pedro Almo­dó­var refle­ja los sen­ti­mien­tos que se ani­dan en su alma. Anto­nio Ban­de­ras ofre­ce una inol­vi­da­ble inter­pre­ta­ción carac­te­ri­zan­do al alter ego del rea­li­za­dor trans­mi­tien­do con pro­fun­di­dad los ava­ta­res de un cineas­ta des­pués de varias déca­das de haber logra­do una exi­to­sa labor pro­fe­sio­nal. El títu­lo del film no pue­de ser más elo­cuen­te tenien­do en cuen­ta que en el rela­to con­vi­ven los momen­tos de pena y dolor de su pro­ta­go­nis­ta con aqué­llos otros ple­nos de glo­ria y feli­ci­dad vivi­dos en otras ins­tan­cias de su existencia.

DOLOR Y GLORIA

Grâ­ce à Dieu (Fran­cia)

Basa­do en hechos reales acon­te­ci­dos en Lyon, median­te varias his­to­rias estre­me­ce­do­ras el direc­tor Fra­nçois Ozon expo­ne a algu­nas de las víc­ti­mas que han sido obje­to de la pedofi­lia ejer­ci­da por un clé­ri­go de Lyon y que per­ma­ne­ció ocul­to para no emba­ra­zar a la Igle­sia. Con un exce­len­te mon­ta­je, actua­cio­nes irre­pro­cha­bles y con una narra­ción sobria y res­pe­tuo­sa­men­te con­tro­la­da, el rea­li­za­dor ofre­ce un docu­men­to vibran­te y absor­ben­te que tie­ne como pro­pó­si­to lograr la jus­ti­cia social denun­cian­do a la jerar­quía ecle­siás­ti­ca que cau­só con­si­de­ra­bles daños emo­cio­na­les a inde­fen­sos menores.

GRȂ­CE À DIEU

Joker (Esta­dos Unidos)

Joa­quin Phoe­nix brin­da una magis­tral carac­te­ri­za­ción del gran villano de Bat­man aun­que el film nada tie­ne que ver con el mun­do de los super­hé­roes. El rea­li­za­dor Todd Phi­lips des­cri­be a un paya­so pobre, aba­ti­do, deni­gra­do y des­equi­li­bra­do don­de el medio social que lo rodea habrá de con­ver­tir­lo en una per­so­na incon­tro­la­ble­men­te vio­len­ta y ase­si­na. Un film estre­me­ce­dor estu­pen­da­men­te rea­li­za­do que cun­de pro­fun­da­men­te en el áni­mo del espectador.

JOKER

La Flor (Argen­ti­na)

El rea­li­za­dor Mariano Lli­nás ofre­ce una monu­men­tal epo­pe­ya de 13 horas y 34 minu­tos de amplia liber­tad narra­ti­va. Se tra­ta de una obra com­pues­ta de 6 epi­so­dios inde­pen­dien­tes rea­li­za­dos a lo lar­go de 10 años don­de la mayo­ría de los mis­mos res­pon­de a dife­ren­tes géne­ros y esti­los estruc­tu­ra­dos por varias sub­tra­mas deri­va­das del eje cen­tral de cada his­to­ria. En esen­cia, el ciné­fi­lo se encuen­tra fren­te a un film radi­cal, audaz, pro­vo­ca­ti­vo, exu­be­ran­te y capri­cho­so pero a todas luces magis­tral como crea­ción artística.

LA FLOR

Marria­ge Story (Esta­dos Unidos)

El dolor que pro­du­ce la diso­lu­ción de un víncu­lo con­yu­gal, sobre todo cuan­do hay un peque­ño hijo de por medio, es lo que Noah Baum­bach con­si­de­ra en este remar­ca­ble dra­ma. El direc­tor logra man­te­ner la dis­tan­cia nece­sa­ria como para no demos­trar sim­pa­tía espe­cial con cada uno de los inte­gran­tes de la frus­tra­da pare­ja, carac­te­ri­za­da mara­vi­llo­sa­men­te por Adam Dri­ver y Scar­lett Johans­son. Por sus pon­de­ra­bles valo­res esta pelí­cu­la es de aqué­llas que ade­más de su cali­dad reúne los ele­men­tos nece­sa­rios para sedu­cir a la audien­cia que fácil­men­te se iden­ti­fi­ca ple­na­men­te con sus caris­má­ti­cos per­so­na­jes cen­tra­les; eso es tam­bién debi­do a que su con­te­ni­do reper­cu­te uni­ver­sal­men­te al ana­li­zar las cri­sis que pue­den acon­te­cer en la dia­ria con­vi­ven­cia de una rela­ción conyugal.

MARRIA­GE STORY

Once Upon a Time…in Holly­wood (Esta­dos Uni­dos) 

En su nove­na pelí­cu­la Quen­tin Taran­tino rati­fi­ca una vez más su sol­ven­cia de gran cineas­ta y uno de los mejo­res den­tro del con­tex­to inter­na­cio­nal. Mez­clan­do ade­cua­da­men­te dis­tin­tos géne­ros ‑come­dia pop, dra­ma, wes­tern, acción, vio­len­cia y sus­pen­so– el rea­li­za­dor home­na­jea a la tele­vi­sión de fina­les de los años 50 e ini­cios de la déca­da del 60 como igual­men­te a un cine que ya no exis­te más; en tal sen­ti­do, su gran pasión por el sép­ti­mo arte que­da evi­den­cia­da a tra­vés de múl­ti­ples refe­ren­cias ciné­fi­las. La inter­pre­ta­ción de Brad Pitt y Leo­nar­do DiCa­prio es uno de los fac­to­res que valo­ri­zan al film; a ello se agre­gan la irre­pro­cha­ble repro­duc­ción de épo­ca y la mag­ní­fi­ca ban­da sono­ra incor­po­ran­do una vein­te­na de temas musi­ca­les de ese perío­do. Con todo, lo más des­ta­ca­ble es la pues­ta escé­ni­ca de Taran­tino y los sabro­sos diá­lo­gos vol­ca­dos en su guión en el mar­co de un espec­tácu­lo alta­men­te entretenido.

ONCE UPON A TIME IN HOLLYWOOD

Para­si­te (Corea del Sur)

Con­fir­man­do su repu­tación de ser uno de los más impor­tan­tes direc­to­res asiá­ti­cos, con gran maes­tría Bong Joon-ho enfo­ca el tema de la des­igual­dad social impe­ran­te en su país; es así que se apre­cia una sagaz metá­fo­ra sobre la frac­tu­ra exis­ten­te entre los pobres mise­ra­bles des­crip­tos por el rea­li­za­dor y los inte­gran­tes de las cla­ses pudien­tes, don­de unos mutua­men­te con­si­de­ran a los otros pará­si­tos de la socie­dad. El resul­ta­do final es una exce­len­te pelí­cu­la don­de lo expues­to por el cineas­ta no es exclu­si­vo de Corea del Sur en la medi­da que la lucha de cla­ses adquie­re dimen­sión universal.

PARA­SI­TE

Soleils Noirs (Cana­dá) 

Aquí se pre­sen­cia un remar­ca­ble y lace­ran­te docu­men­tal don­de el direc­tor cana­dien­se Julien Elie ilus­tra el lado lúgu­bre de Méxi­co. Comen­zan­do por Ciu­dad Juá­rez y visi­tan­do pos­te­rior­men­te la capi­tal azte­ca, Eca­te­pec, Vera­cruz, Tamau­li­pas y Gue­rre­ro, a tra­vés de los tes­ti­mo­nios reco­gi­dos que­dan evi­den­cia­dos la des­apa­ri­ción, tor­tu­ra y femi­ni­ci­dio de muje­res, la vio­len­cia ejer­ci­da con­tra perio­dis­tas y acti­vis­tas socia­les, den­tro del mar­co del trá­fi­co ile­gal de dro­gas, don­de las auto­ri­da­des pro­te­gen a los res­pon­sa­bles o bien per­ma­ne­cen indi­fe­ren­tes. Afor­tu­na­da­men­te, la ver­dad comien­za a aflo­rar len­ta­men­te con la espe­ran­za de que esta tra­ge­dia lle­gue a su fin.

SOLEILS NOIRS

The Fare­well (Esta­dos Unidos-China)

Ins­pi­ra­da en situa­cio­nes que per­so­nal­men­te vivió, la direc­to­ra Lulu Wang esbo­zó una agri­dul­ce come­dia dra­má­ti­ca que infun­de amor y ter­nu­ra. Cuan­do los fami­lia­res de una entra­ña­ble ancia­na abue­la que vive en Chi­na se ente­ran que sufre de un cán­cer ter­mi­nal, ellos via­jan hacia don­de ella resi­de para una des­pe­di­da final aun­que ocul­tán­do­le la ver­dad. A pesar de su som­brío tras­fon­do Wang evi­ta caer en la tram­pa de ofre­cer un exa­cer­ba­do melo­dra­ma así como tam­po­co ape­la a la far­sa. Por el con­tra­rio, adop­tan­do un bajo per­fil la direc­to­ra equi­li­bra entre son­ri­sas y penas un deli­ca­do film que refle­ja abso­lu­ta auten­ti­ci­dad gra­cias a la mag­ní­fi­ca pres­ta­ción de los acto­res que inte­gran su reparto.

THE FARE­WELL

The Irish­man (Esta­dos Uni­dos) 

Mar­tin Scor­ce­se, el más impor­tan­te rea­li­za­dor vivien­te de Esta­dos Uni­dos, depa­ra un impac­tan­te dra­ma des­cri­bien­do una his­to­ria real de gangs­ters ame­ri­ca­nos que comien­za en los años 50 y se extien­de a lo lar­go de 4 déca­das. No es la pri­me­ra vez que el direc­tor abor­da esta temá­ti­ca y al vol­ver a hacer­lo se esme­ra efec­tuan­do una narra­ción flui­da en un den­so rela­to de tres horas y media de metra­je cuya aten­ción en nin­gún momen­to decae. Eso en gran par­te se debe al magis­tral trío de acto­res como lo son Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pes­ci carac­te­ri­zan­do los per­so­na­jes cen­tra­les. Con esta épi­ca saga Scor­ce­se brin­da una mag­ní­fi­ca lec­ción de cine don­de nin­gún deta­lle ha sido des­cui­da­do; la irre­pro­cha­ble ilus­tra­ción resal­ta las ten­sio­nes sus­ci­ta­das entre los líde­res mafio­sos, los con­flic­tos emer­gen­tes en mate­ria de leal­tad, con­fian­za, amis­tad y trai­ción así como la vin­cu­la­ción del cri­men orga­ni­za­do con el esta­men­to polí­ti­co de Esta­dos Uni­dos en la déca­da del 60. En esen­cia, aquí se apre­cia una obra maes­tra que con el tiem­po será valo­ra­da como uno de los gran­des clá­si­cos del sép­ti­mo arte.

THE IRISH­MAN

The Two Popes (Esta­dos Uni­dos-Gran Bretaña-Italia-Argentina)

El cineas­ta bra­si­le­ño Fer­nan­do Mei­re­lles se supera a sí mis­mo en esta pal­pi­tan­te come­dia dra­má­ti­ca retra­tan­do a dos per­so­nas que han teni­do la opor­tu­ni­dad de lide­rar la Igle­sia Cató­li­ca Agra­cia­do con una impor­tan­te docu­men­ta­ción de archi­vos pro­vis­ta por el Vati­cano y con un valio­so guión pre­pa­ra­do por Anthony McCar­ten, Mei­re­lles enfo­ca el encuen­tro del car­de­nal Jor­ge Ber­go­glio (Jonathan Pry­ce) con el Papa Bene­dic­to XVI (Anthony Hop­kins) en la resi­den­cia vera­nie­ga de Cas­tel Gan­dol­fo pocos meses antes de su renun­cia, has­ta la asun­ción del nue­vo pon­tí­fi­ce en mar­zo de 2013. En esta pie­za de cáma­ra prác­ti­ca­men­te domi­na­da por Hop­kins y Pry­ce, ambos se lucen a tra­vés de un due­lo acto­ral de gigan­tes­cos tita­nes; mien­tras que el vete­rano actor bri­tá­ni­co ofre­ce una sem­blan­za exce­len­te de la per­so­na­li­dad del ger­mano Joseph Ratzin­ger, Pry­ce des­ti­la cali­dez, humor y gran huma­ni­dad que pre­ci­sa­men­te son los ras­gos carac­te­rís­ti­cos del actual Papa Fran­cis­co, gran apa­sio­na­do del fút­bol y aman­te del tango.

Si bien el rela­to es de fic­ción, mucho de lo que ocu­rre en el mis­mo tie­ne visos de lo que real­men­te acon­te­ció, como lo es por ejem­plo el cón­cla­ve que cele­bra el Cole­gio Car­de­na­li­cio para pro­ce­der a la elec­ción de un nue­vo pon­tí­fi­ce, por pri­me­ra vez expues­to en el cine. A todo ello se agre­ga los exce­len­tes dise­ños de pro­duc­ción y una repro­duc­ción inme­jo­ra­ble de la Capi­lla Six­ti­na como una de las mues­tras del esplen­do­ro­so Vaticano.

THE TWO POPES