Crónica de Jorge Gutman
LES HARDINGS. – Texto y Dirección: Alexia Bürguer. Elenco: Martin Drainville, Patrice Dubois, Bruno Marcil. Escenografía: Simon Guilbaut. Vestuario: Elen Ewing. Iluminación y Diseño de Video: Mathieu Roy. Música Original: Nicolas Basque y Philippe Brault. Duración; 1h30m, sin entreacto. Representaciones: Hasta el 15 de febrero de 2020 en el Théâtre Duceppe (www.duceppe.com)
La secuela de la catástrofe de Lac-Mégantic es enfocada en esta pieza escrita por Alexia Bürguer. En las tempranas horas del 6 de julio de 2013 un tren de carga de cinco locomotoras y 72 vagones que transportaba poco más de 7 millones de litros de petróleo descarriló en pleno centro de dicho pueblo provocando una monumental explosión que cobró la vida de 47 personas de esa idílica comunidad turística de los cantones del este de Quebec; además, generó un gigantesco incendio y produjo devastadores daños que afectaron al medio ambiente.
Esa tragedia sensibilizó hondamente a la autora por lo que se sintió motivada a concebir esta obra. Al hacerlo, además de abordar a Thomas Harding (Bruno Marcil), el conductor quebequense del tren que fue acusado de negligencia criminal, introduce dos personajes ficticios de similar apellido, un investigador neozelandés (Patrice Dubois) que ha perdido una hija en un accidente y un asegurador americano (Martin Drainville) que trabaja con compañías petroleras; ambos representan a personas que de uno u otro modo estuvieron vinculados con el infortunio acontecido.
Esta obra que fue estrenada en 2018 en el Teatro D’Aujourd’hui con gran éxito ha sido repuesta por la compañía Duceppe con el mismo elenco original como así también con la puesta escénica de Bürguer. Nada ha cambiado desde entonces salvo que ratifica nuevamente la madurez de la dramaturga en haber elaborado un texto muy bien construido; así, a través de un ingenioso diálogo tripartito entre los tres personajes surge el debate acerca de la culpa, la responsabilidad y el error humano como la consiguiente carga moral y el disloque emocional emergente de la tragedia.
Hay muchas preguntas que se desprenden de la pieza y una de ellas es hasta dónde el conductor del fatídico vehículo ha sido responsable del desastre acontecido; ¿ha sido él, el verdadero culpable, o bien habría que tener en cuenta el laxismo de la compañía Montreal, Maine & Atlantic Railway responsable del convoy?
Esta obra donde la ficción se entremezcla con la realidad está nutrida con momentos de considerable emoción en donde el más vibrante es cuando el Thomas Harding de Bruno Marcil procede a leer los nombres de pila de las víctimas de Lac-Mégantic. Al lado de Marcil también sobresalen Dubois y Drainville quienes al haberse sumergido plenamente en sus personajes han logrado conmover a la audiencia.
En esencia, Burger ofrece una emotiva tragicomedia e inteligentemente expuesta de un triste episodio que aún repercute en la memoria colectiva de los habitantes de Lac-Mégantic.
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