LES HIRONDELLES DE KABOUL. Francia, 2018. Un film de Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec
El padecimiento de los pobladores de Kabul sometidos a la voluntad del fundamentalismo talibán es el telón de fondo de este buen film de animación. En una ciudad en ruinas, el fanatismo de las autoridades se impone sembrando el miedo; eso principalmente se observa con el trato denigrante del que es objeto la mujer que siempre debe transitar por la calle acompañada y ocultando su rostro con el burka con la excepción de sus ojos; además, cualquier transgresión sexual, como la fornicación, conlleva la ejecución en la plaza pública mediante la lapidación.
Es en ese contexto que transcurre Les Hirondelles de Kaboul de las realizadoras Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mevellec quienes se han basado en la novela homónima del escritor argelino Yasmina Khadra en una convincente adaptación del guión de Sébastien Tavel, Patricia Mortagne y Breitman, La acción que transcurre en el verano de 1998 sigue los pasos de dos parejas cuyos destinos habrán de entrecruzarse. Atiq (voz de Simon Abkarian), es un guardián de la cárcel local cuya gran preocupación es el estado de su mujer Assarat (voz de Hiam Abbass) quien afectada de cáncer se presume que su muerte es inminente. Al propio tiempo se sale al encuentro de Mohsen (voz de Swann Arlaud) y Zunaira (voz de Zita Hanrot), dos amantes jóvenes que son profesores desempleados frente a una universidad devastada; debido las circunstancias imperantes, él se encuentra en un bajo estado anímico en tanto que ella es una chica que ama la libertad a despecho del medio ambiente en que vive.
El conflicto del relato se produce cuando durante una fuerte discusión entre Mohsen y Zunaira ella lo mata accidentalmente lo que la conduce a la prisión donde trabaja Atiq. Como carcelero de la joven y consciente de la suerte que a ella le aguarda el noble guardián realiza todos los esfuerzos posibles para salvarla sabiendo que arriesga su propia vida en tal audaz intento.
La animación efectuada con acuarela es sencilla y estéticamente apreciable, sin haber recurrido a efectos especiales deslumbrantes. Este bello y triste film capta el interés del público por su contenido humanista y vuelo poético exponiendo la tiranía de un siniestro y sórdido régimen que genera daños físicos y emocionales a la población. Jorge Gutman