Mere­ci­da Meda­lla de Honor

THE LAST FULL MEA­SU­RE.  Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Todd Robinson

La gue­rra de Viet­nam cons­ti­tu­ye una pági­na negra en la his­to­ria de Esta­dos Uni­dos a la vez que un lega­do ver­gon­zo­so para la huma­ni­dad. Pero es impor­tan­te des­lin­dar la res­pon­sa­bi­li­dad de jóve­nes mucha­chos quie­nes obli­ga­da­men­te tuvie­ron que par­ti­ci­par en el con­flic­to béli­co don­de cer­ca de 60 mil sol­da­dos ofren­da­ron su vida.

Den­tro de ese tris­te pano­ra­ma muchos de estos reclu­tas demos­tra­ron una increí­ble soli­da­ri­dad arries­gan­do la vida para sal­var a sus cama­ra­das de com­ba­te; uno de ellos ha sido William H. Pitsen­bar­ger (apo­da­do “Pits”) de 21 años, quien como exper­to para­cai­dis­ta de la fuer­za aérea de Esta­dos Uni­dos, des­cen­dien­do por cable de un heli­cóp­te­ro el 11 de abril de 1966 res­ca­tó a nue­ve mari­nes sitia­dos en ple­na jun­gla de Viet­nam domi­na­da por el Viet­cong; habien­do deci­di­do per­ma­ne­cer en tie­rra para dar asis­ten­cia a los sol­da­dos heri­dos, una explo­sión enemi­ga acon­te­ci­da en esa mis­ma jor­na­da aca­bó con su vida. Ese acon­te­ci­mien­to sir­vió de ins­pi­ra­ción al direc­tor Todd Robin­son para rela­tar una his­to­ria exal­tan­do su heroísmo.

Sebas­tian Stan

La acción se desa­rro­lla en 1999 cuan­do Scott Huff­man (Sebas­tian Stan), un per­so­na­je de fic­ción que se desem­pe­ña como fun­cio­na­rio del Pen­tá­gono, es enco­men­da­do para inves­ti­gar las razo­nes por las que la Meda­lla de Honor no le fue otor­ga­da a Pits (Jeremy Iri­vi­ne); duran­te muchos años Tom Tully (William Hurt), su gran ami­go y anti­guo com­pa­ñe­ro de com­ba­te, luchó para que se le con­ce­die­ra a títu­lo pós­tu­mo pero sin haber­lo con­se­gui­do. Para rea­li­zar su tarea Scott entre­vis­ta a Frank (Chris­topher Plum­mer) y Ali­ce (Dia­na Ladd), los padres de Pits. Pos­te­rior­men­te pro­si­gue su misión con­tac­tan­do a otros sobre­vi­vien­tes de la uni­dad de infantería.

Es así que una con­si­de­ra­ble par­te del rela­to es dedi­ca­da a los esfuer­zos rea­li­za­dos por Scott para son­sa­car infor­ma­ción de los vete­ra­nos de gue­rra Billy Tako­da (Samuel L Jack­son), Ray Mott (Ed Harris), Kee­per (John Sava­ge) y Jimmy Burr (Peter Fon­da, en su últi­ma apa­ri­ción); a tra­vés de esos encuen­tros que­da refle­ja­do cómo aún per­sis­ten las heri­das emo­cio­na­les de esta gen­te don­de la ver­güen­za y el dolor expe­ri­men­ta­dos hace difí­cil vol­ver al pasa­do. Simul­tá­nea­men­te, en su labor detec­ti­ves­ca Scott va des­cu­brien­do que exis­tió una cier­ta cons­pi­ra­ción para impe­dir que la con­de­co­ra­ción se concretara.

El rea­li­za­dor, asi­mis­mo res­pon­sa­ble del guión, adop­tó algu­nas licen­cias que no dejan de ser admi­si­bles para rela­tar uno de los dra­má­ti­cos epi­so­dios acon­te­ci­dos en el sal­va­je con­flic­to béli­co de Viet­nam. Si bien su narra­ción en algu­nas ins­tan­cias se tor­na des­igual, sobre todo cuan­do a tra­vés de flash­backs tra­ta de repro­du­cir fugaz­men­te pero sin la nece­sa­ria enver­ga­du­ra dra­má­ti­ca lo acon­te­ci­do en 1966, en gene­ral logra un film hones­to y con­mo­ve­dor; en tal sen­ti­do, resul­ta emo­ti­vo con­tem­plar el sen­ti­mien­to expe­ri­men­ta­do por Frank quien sufrien­do de un cán­cer ter­mi­nal, anhe­la aún vivir para asis­tir a la cere­mo­nia de con­de­co­ra­ción de su hijo reci­bien­do la Meda­lla de Honor, el más alto galar­dón mili­tar de Esta­dos Uni­dos. La actua­ción del elen­co es otro de los logros del film don­de con­sa­gra­dos acto­res como Plum­mer, Jack­son, Hurt y el falle­ci­do Peter Fon­da, entre otros, rati­fi­can una vez más su con­di­ción de con­su­ma­dos artistas.

Sin adop­tar una acti­tud polí­ti­ca sobre los hechos rese­ña­dos, Robin­son ofre­ce con este dra­ma un mere­ci­do tri­bu­to al arro­jo de un sol­da­do que imbui­do de patrio­tis­mo ofren­dó su vida para sal­var a sus cama­ra­das. Jor­ge Gutman