ADVOCATE. Suiza-Israel-Canadá, 2019. Un documental de Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche.
El eterno conflicto árabe-israelí es nuevamente foco de atención en una pelícua pero en Advocate es abordado desde un ángulo diferente. Como es bien sabido, Israel es el único país democrático en la convulsionada región del Medio Oriente donde se supone que el Poder Judicial considera a todos sus habitantes por igual; sin embargo, la abogada judía israelí Lea Tsemel cree que el sistema legal israelí mantiene un marcado sesgo contra los palestinos. Este documental de Rachel Leah Jones y Philippe Bellaïche narra los esfuerzos realizados por Tsemel a lo largo de más de cinco décadas defendiendo la causa de los palestinos acusados de emprender ataques terroristas contra los judíos; para ello, nada mejor que ofrecer la posibilidad de que ellos estén sometidos a un procedimiento judicial transparente y justo.
El film que se refiere brevemente a su pasado en sus años de activista como estudiante, también destaca la colaboración de su marido Michael Warschawski quien está completamente consustanciado con su causa, como así también su vida de familia y la manera en que su trabajo gravitó en sus hijos.
Entre otros aspectos el documental considera dos casos que Tsemel tuvo entre manos. Uno de los mismos se refiere a un preadolescente de 13 años quien ha sido arrestado por haber sido cómplice de otro muchacho de su misma edad que acuchilló a dos israelíes. El otro asunto se vincula con una mujer arrestada por terrorismo cuando el vehículo en que viajaba estando cargado de explosivos estalló causándole serias heridas.
Habiendo tenido los realizadores pleno acceso a las oficinas de la abogada, queda en claro la visión humanista de esta mujer, quien explica las razones que la motivaron a sentir una fuerte empatía hacia los palestinos. Aunque ella ha perdido la mayoría de los juicios en los que intervino como defensora, esa situación no la ha amilanado en su quehacer; asimismo, toleró las severas críticas recibidas por su propio pueblo quienes han tratado de denigrarla en el ejercicio de su profesión. A pesar de los obstáculos enfrentados, ella se obstina en demostrar con firme determinación que a menos que se pruebe la culpabilidad de un acusado éste será inocente. Lo importante a remarcar es que en su lucha por la defensa de los derechos humanos, en 1999 consiguió que la Corte Suprema de Justicia dictaminara en un fallo histórico la eliminación de la tortura en el interrogatorio de los prisioneros políticos.
Sobriamente realizado, los documentalistas no toman partido alguno con respecto a Tsemel, a pesar de que queda bien en claro la batalla emprendida por esta profesional en procura de justicia. En síntesis, el público aprecia un documental absorbente que constituye un muy buen estudio caracterológico de esta tenaz abogada. Jorge Gutman