Un Mis­te­rio Irresuelto

LOST GIRLS. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Liz Gar­bus. (Dis­po­ni­ble en Netflix)

La muy bue­na docu­men­ta­lis­ta Liz Gar­bus abor­da por pri­me­ra vez un film de fic­ción dra­ma­ti­zan­do una tur­bia his­to­ria ocu­rri­da hace ape­nas una déca­da en Nue­va York. Basa­do en el libro Lost Girls: An Unsol­ved Ame­ri­can Mis­tery de Robert Kol­ker publi­ca­do en 2013, Gar­bus y el guio­nis­ta Michael Wer­wie se cen­tran en Mari Gil­bert (Amy Ryan), una madre sol­te­ra de tres hijas don­de Shan­nan, la mayor de ellas de poco más de 20 años que ejer­cía como tra­ba­ja­do­ra sexual, des­apa­re­ció en Gil­go Beach (Long Island) sin dejar ras­tro alguno.

Amy Ryan

A pesar de que Mari no ha sido una pro­ge­ni­to­ra ejem­plar con Shan­nan, vuel­ca todos sus esfuer­zos para que la poli­cía local tra­te de ubi­car­la, aun­que la mis­ma dis­ta de actuar con la dili­gen­cia nece­sa­ria para satis­fa­cer sus recla­mos. El caso se agra­va más cuan­do se des­cu­bren los cuer­pos de otras jóve­nes pros­ti­tu­tas que han sido ase­si­na­das en la mis­ma región.

El rela­to va cobran­do inte­rés a par­tir del momen­to en que un detec­ti­ve (Gabriel Byr­ne) pró­xi­mo a jubi­lar­se se intere­sa en inves­ti­gar el caso. Ade­más, la narra­ción se sos­tie­ne median­te el víncu­lo que Mari man­tie­ne con sus hijas meno­res (Oona Lau­ren­ce y Tho­ma­zin McKen­zie) como así tam­bién con los parien­tes de las víc­ti­mas que se unen a ella para tra­tar de ubi­car al asesino.

La his­to­ria de Shan­nan y de las res­tan­tes chi­cas per­di­das (alu­dien­do al títu­lo del film) se fun­da­men­ta en la serie de crí­me­nes que tuvie­ron lugar entre 2010 y 2011 come­ti­dos por un ase­sino serial sin que has­ta la fecha haya podi­do ser loca­li­za­do. Aun­que de ante­mano se sabe que el mis­te­rio no ha sido resuel­to, ese hecho no ami­no­ra la aten­ción per­ma­nen­te de este docu­dra­ma que denun­cia la actua­ción inep­ta y negli­gen­te de la auto­ri­dad policial.

Este sóli­do film se valo­ri­za por la habi­li­dad de la rea­li­za­do­ra en haber­lo dota­do con un sin­gu­lar cli­ma de ten­sión a tra­vés de per­so­na­jes muy bien des­crip­tos y por su homo­gé­neo elen­co don­de se dis­tin­gue Ryan por la com­ple­ta con­vic­ción brin­da­da en el rol pro­ta­gó­ni­co. Jor­ge Gutman