THE REPORT. Estados Unidos, 2019. Un film escrito y dirigido por Scott Z. Burns. Disponible en la plataforma Amazon
Indudablemente el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 fue el más grande que Estados Unidos haya experimentado alguna vez en su historia. Como secuela de este brutal atentado, el novel realizador Scott Z. Burns basado en acontecimientos reales enfoca en The Report la tarea emprendida por la senadora demócrata Dianne Feinstein (Annette Bening).
La congresista de California trata de esclarecer los discutibles métodos de tortura aplicados por la CIA durante el gobierno del presidente Bush a fin de obtener información de los detenidos políticos que directa o indirectamente estuvieron involucrados con los responsables del devastador ataque. Para lograr su propósito en 2009 Feinstein encomienda a Daniel J. Jones (Adam Driver), en su carácter de miembro del comité del senado, para que tome a su cargo la investigación del tema.
A través de los flashbacks queda claro cómo los prisioneros musulmanes, de los cuales muchos de ellos no tenían vinculación alguna con Al-Qaeda, fueron forzados a confesar mediante el empleo de técnicas de interrogación que comprendían tanto la tortura psicológica así como la física incluyendo el ahogamiento simulado (waterboarding) y la privación del sueño; aunque esas crudas escenas producen un sentimiento de malestar de ningún modo existe la intención de apelar a golpes bajos para atraer al espectador.
Mediante un guión muy bien elaborado se siguen los esfuerzos de Jones en el cometido de su misión, donde no están ausentes los obstáculos interpuestos por jerarcas de la CIA, como así también los intereses partidarios contrapuestos de demócratas y republicanos en las esferas del Congreso. Más aún, cuando después de cinco años de exhaustiva dedicación Jones finaliza su reporte, encuentra interferencias por parte del gobierno para que éste sea publicado; eso es debido a que el presidente Obama consideraba conveniente “dar vuelta la página” para no dañar la reputación de la CIA en la medida que este organismo había eliminado a Osama Bin Laden. Con todo, la obstinación y determinación de Jones permitió que el voluminoso informe no haya quedado sepultado a través de la difusión de sus conclusiones por medio de la prensa.
Con un ritmo ágil, Burns ofrece un thriller político concienzudo y preciso demostrando cómo la democracia puede correr el peligro de ser socavada cuando la transparencia de los actos públicos queda limitada y reemplazada por engaños, hipocresías y abusos perpetrados mediante el uso discrecional del poder; en todo caso, queda finalmente reflejado que a pesar de todo la verdad de lo acontecido terminó por imponerse.
Curiosamente, en los créditos finales se menciona que ninguno de los funcionarios que han tenido participación en la aplicación de los procedimientos de tortura revelados en el reporte fueron juzgados o acusados; más aún, algunos de los mismos ocuparon posteriormente elevados cargos en la Agencia. Jorge Gutman