LE CHÂTEAU. Canada, 2020. Un film de Denys Desjardins. Disponible en Illico
El título de este documental se refiere al hogar de ancianos Château Beaurivage ubicado en la zona norte de Montreal. Curiosamente, en momentos en que estas residencias últimamente han sido severamente cuestionadas por la lamentable administración y descuido por parte de sus responsables en el dramático período de la pandemia en que se vive, el film de ningún modo alude a ello. El propósito del director Denys Desjardins ha sido rendir homenaje a Madeleine Ducharme-Desjardins, su octogenaria madre recientemente fallecida que durante los últimos cinco años de su vida vivió en la mencionada residencia.
El documental enfoca a los ancianos en su cotidiano vivir donde se los ve interactuando en sus comidas, juegos, caminatas, concisas charlas mantenidas entre ellos y el desplazamiento que realizan a través de los espacios comunes del lugar.
En lo que concierne a Madeleine, en el momento en que ella ingresó al lugar fue destinada a un confortable departamento ubicado en el tercer piso, donde no se requiere una asistencia importante del personal porque ese lugar está destinado a personas que pueden manejarse en forma independiente. Con el paso del tiempo el estado físico de la anciana se vuelve más endeble así como comienza a evidenciar la pérdida de memoria; es ahí que se produce el conflicto dramático cuando ella resiste a ser desplazada a un departamento del primer piso donde en el mismo está alojada la gente imposibilitada de valerse por sí misma y que consecuentemente requiere recibir una atención más personalizada.
El realizador acompañado de su equipo ha tenido la oportunidad de penetrar en el edificio para captar la etapa crepuscular de sus habitantes y en especial la de Madeleine. Con gran humanidad Desjardins filma a su madre hasta el momento en que su estado de deterioro llega a un punto de no retorno; en tal sentido el documental testimonia la humanidad desplegada por el director hacia su progenitora como así también la de su hermana Maryse Desjardins quien a modo de despedida le prodiga a Madeleine su inmenso cariño y confort.
No es la primera vez que el cine canadiense aborda este delicado tema donde sin ir más lejos se recordará cómo el nonagenario cineasta Fernand Dansereau retrató a la vejez en su magnífico documental Le vieil âge et l’espérance (2019). Eso de ningún modo desmerece el honesto trabajo de Desjardins abordado con encomiable seriedad a través de una mirada absolutamente real sobre el ineluctable proceso del envejecimiento.
Si hay algo importante que trasciende del film es la gran importancia que adquiere el calor de la familia cuando uno de sus miembros se va extinguiendo; de allí que resulta encomiable la tarea emprendida por el realizador en Le château. Jorge Gutman