Explo­ta­das Trabajadoras

MADE IN BAN­GLA­DESH. Fran­cia-Ban­gla­desh-Dina­mar­ca-Por­tu­gal. Un film de Rubai­yat Hos­sain. Dis­po­ni­ble en VOD en la pla­ta­for­ma cinemaduparc.com 

Como ardien­te defen­so­ra de los dere­chos huma­nos la cineas­ta Rubai­yat Hos­sain naci­da en Ban­gla­desh ha par­ti­ci­pa­do acti­va­men­te en orga­ni­za­cio­nes femi­nis­tas de su país. Su fer­vor es evi­den­cia­do en esta pelí­cu­la que por la for­ma en que está expues­ta más se ase­me­ja a un docu­men­tal tes­ti­mo­nian­do la situa­ción de humil­des muje­res tra­ba­ja­do­ras y la for­ma en que son explo­ta­das por sus empleadores.

Riki­ta Nan­di­ni Shimu

La acción de Made in Ban­gla­desh se cen­tra en Shi­mu (Riki­ta Nan­di­ni Shi­mu), una mujer de 23 años que habien­do cre­ci­do en una aldea rural del país, a los 14 años dejó su hogar por­que su madras­tra la for­za­ba a casar­se con un hom­bre de media­na edad. Radi­ca­da en Dac­ca, la capi­tal, habi­ta en una pre­ca­ria vivien­da alqui­la­da en un sec­tor extre­ma­da­men­te pobre jun­to con su mari­do Sohail (Mos­ta­fa Monwar).

Estan­do su espo­so des­em­plea­do el úni­co ingre­so del hogar pro­vie­ne de su tra­ba­jo como cos­tu­re­ra en una manu­fac­tu­ra de ropas. Es allí que ella, al igual que todo el per­so­nal feme­nino labo­ral, se encuen­tra some­ti­da a jor­na­das de inten­so tra­ba­jo en con­di­cio­nes pau­pé­rri­mas de segu­ri­dad, per­ci­bien­do un míse­ro sala­rio sin remu­ne­ra­ción algu­na por las horas extras y tole­ran­do el rudo tra­to de sus superiores.

La nota dra­má­ti­ca acon­te­ce cuan­do en el local se pro­du­ce un incen­dio duran­te las horas de tra­ba­jo cau­san­do la muer­te de una obre­ra. Como con­se­cuen­cia del gra­ve acci­den­te, Shi­mu es entre­vis­ta­da por una perio­dis­ta quien la vin­cu­la con Nasi­ma Apa (Shaha­na Gos­wa­mi), una noble acti­vis­ta que alien­ta la nece­si­dad de cons­ti­tuir sin­di­ca­tos a fin de sal­va­guar­dar los dere­chos huma­nos de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Es así que habien­do adqui­ri­do ple­na con­cien­cia de la impor­tan­cia de agre­miar­se, esta mujer con­si­gue per­sua­dir a sus cole­gas para que se adhie­ran al pro­yec­to de crear un sin­di­ca­to que defien­da sus dere­chos e impi­da que en lo suce­si­vo sigan tra­ba­jan­do como si fue­sen esclavas.

Sin embar­go, el pro­pó­si­to de Shi­mu de crear una agru­pa­ción labo­ral encuen­tra serios obs­tácu­los pro­ve­nien­tes de su mari­do que la ins­ta a no embar­car­se en ese pro­yec­to, uni­do a las ame­na­zas de la empre­sa de des­pi­do para quie­nes par­ti­ci­pen en su eje­cu­ción, así como tam­bién a la corrup­ción de fun­cio­na­rios del gobierno para evi­tar que el sin­di­ca­to se concrete.

La direc­to­ra, res­pon­sa­ble del guión escri­to con Phi­lip­pe Barrie­re, logra un buen docu­men­to social expo­nien­do la com­pe­ti­ti­vi­dad logra­da por empre­sas ubi­ca­das en el ter­cer mun­do a cos­ta de los mise­ra­bles sala­rios paga­dos a sus emplea­dos; asi­mis­mo expo­ne el com­por­ta­mien­to patriar­cal de una socie­dad don­de la mujer debe some­ter­se a la volun­tad de su espo­so. De allí que resul­ta ins­pi­ra­do­ra la acti­tud deci­di­da y enér­gi­ca de la pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria en la lucha que empren­de por una noble y jus­ta cau­sa demos­tran­do el empo­de­ra­mien­to femenino.

Con una exce­len­te inter­pre­ta­ción pro­ta­gó­ni­ca de Shi­mu, el film adquie­re nota­ble auten­ti­ci­dad tan­to en la des­crip­ción de los per­so­na­jes invo­lu­cra­dos como así tam­bién ilus­tran­do los ras­gos cul­tu­ra­les de uno de los paí­ses más des­fa­vo­re­ci­dos del mun­do cuya ter­ce­ra par­te de la pobla­ción vive por deba­jo del nivel de pobre­za. Jor­ge Gutman