THE BOOKSELLERS. Estados Unidos, 2019. Un film de D.W. Young. 97 minutos
Este documental constituye una demostración de la pasión volcada por parte de quienes aman la lectura, gustan frecuentar las librerías de libros raros o usados como así también la de los coleccionistas de libros.
Sin estar completamente cohesionado, lo que ilustra The Booksellers es suficientemente atractivo para complacer a los bibliófilos. Si bien lo expuesto tiene lugar en la ciudad de New York, los diferentes aspectos que abarca tienen amplia vigencia en muchos de los países de Occidente.
Aunque el título del documental hace referencia a los vendedores de libros también alude a quienes los compran. Así desde el punto de vista de la oferta bastaría citar algunas de las librerías de libros inusuales y antiguos que se encuentran en la Gran Manzana; en tal sentido se alude a The Strand que opera desde 1929 como así también a la conocida librería Argosy que establecida en 1925 funciona como un negocio de familia manejado con gran entusiasmo y energía por las tres hijas de su fundador.
En lo que respecta a la clientela consumidora se encuentran los coleccionistas que dedican su tiempo en visitar estos locales especializados buscando libros que han desaparecido del mercado o bien las ediciones más antiguas existentes. Sorprende en tal sentido la mención de las cifras millonarias que ávidos coleccionistas y archivistas están dispuestos a pagar en los remates públicos, como sería el caso de la primera edición del Quijote de Cervantes o bien, la edición más antigua de un libro de Leonardo Da Vinci conteniendo sus diseños de ingeniería.
Como resultaba previsible, el documental considera los efectos de la era digital para los libreros. Así las estadísticas registran que de las 368 librerías existentes en Nueva York en la década del 50, ahora apenas subsisten 79 y si bien el número es considerable teniendo en cuenta la fuerza avasalladora del internet con los libros electrónicos, de todos modos queda la pegunta abierta acerca del futuro de la industria editorial.
El espectador asiste a un buen documental de D.W. Young cuyo interés se refuerza por los comentarios de algunos de los entrevistados involucrados en el oficio, por haber intercalado archivos de fotos y extractos de películas referidos al tema y por algunas lecturas de libros; entre las mismas se encuentran el ensayo de Susan Sontag Letter to Borges (leído por la actriz Parker Posey) y The Private Life of Books del librero anticuario y editor Henry Wessells (leído por su autor).
Queda como balance un atractivo documento resaltando las características del buen librero como explorador, historiador y filósofo en lo suyo, como así también el enorme placer que siente el ratón de biblioteca al hurgar, descubrir y/o encontrar aquella rareza impresa que constituye la razón de su vida. Jorge Gutman