Crónica de Jorge Gutman
AMADEUS. Autor: Peter Shaffer. Director: Michael Longhurst. Principales Protagonistas: Lucian Msamati y Adam Gillen. Director Musical: Simon Slater
En otra notable producción ofrecida en línea por National Theatre el público tiene oportunidad de presenciar Amadeus, tal como ha sido filmada en una de las representaciones efectuadas en el teatro Olivier de Londres en octubre de 2016. Esta remarcable pieza del desaparecido autor británico Peter Shaffer que tuvo su estreno mundial en Londres en 1979 sigue manteniendo palpitante interés; desde entonces, la obra ha sido representada mundialmente además de haber sido exitosamente trasladada a la pantalla en 1984 bajo la dirección de Milos Forman en una brillante adaptación realizada por su autor.
El virtuosismo de Schaffer radica en haber sabido fundir la ficción con la realidad en una historia altamente entretenida donde la vanidad, rivalidad, envidia y celos producen la tensión necesaria para que el espectador mantenga permanente atención durante las 3 horas de espectáculo. En tal sentido la presente versión dirigida por Michael Longhurst se destaca por su innovación al haber intercalado en su exposición una reducida orquesta sinfónica así como un coro, cantantes líricas y danzas que resaltan estupendamente el contenido de esta pieza.
En una breve síntesis se puede adelantar que Antonio Salieri, quien fuera el compositor de la corte de Viena durante el imperio de Joseph II (Tom Edden), es ahora un hombre envejecido y apostado en una silla de ruedas que está convencido de haber envenenado a Mozart (1791). De allí en más, a través de sus recuerdos la acción retrocede hacia mediados del siglo XVIII, cuando en un salón literario conoce a Wolfgang Amadeus Mozart quien procedente de Salzburgo tiene la intención de radicarse en la capital austríaca. Salieri, que ya tenía anticipadamente noticias del joven prodigio, en un principio admira su talento pero llegado un momento teme que la genialidad de Mozart pueda hacerle sombra; a partir de allí comienza a detestar a quien considera su enemigo y mediante un sutil mecanismo de manipulación trata de evitar de que su música logre reconocimiento alguno. En suma, la guerra está declarada.
Hay muchas razones que resaltan a esta gran producción. En primer lugar la interpretación de sus dos actores protagonistas donde el público asiste a un verdadero duelo de titanes. Lucian Msamati ofrece una caracterización antológica de Salieri; introduciéndose de lleno en la piel de su personaje, el odio a su rival alcanza dimensión incontrolable y a pesar de ser un ferviente católico no puede perdonar a Dios que haya preferido a Mozart antes que a él; así, terminará su vida sufriendo lastimosamente al ser consciente de que es el “santo patrón de la mediocridad”.
No menos importante es el tour de force de Adam Gillen quien como Mozart deleita a la audiencia ofreciendo la variedad de matices de su personalidad; así fascina como el aniñado prodigio dueño de cierto escatológico humor, riendo como una hiena, revolcándose en el suelo a la vez que brincando mientras toca el piano de manera magistral; pero también demuestra su furia cuando el conde Rosenberg (Hugh Sachs), integrante de la corte, destruye una parte de la partitura de “Las Bodas de Fígaro”.
En un rol secundario se distingue Karla Crowe asumiendo el rol de Constanze Weber, la esposa de Mozart, quien se siente humillada al pedir a Salieri que ayude a Mozart a desempeñarse como tutor musical de la esposa del emperador.
La escenografía de Chloe Lamford, la coreografía de Imogen Knight, la South Bank Sinfonia bajo la dirección musical de Simon Slater así como la inspirada puesta escénica de Longhurst contribuyen a valorizar el contenido de esta excepcional obra.
Amadeus se difunde hasta el 23 de julio en el sitio nationaltheatre.org.uk/