El Abu­so Gene­ra­do en el Deporte

SLA­LOM. Fran­cia, 2020. Un film de Char­lè­ne Favier. 92 minutos

El títu­lo del film refe­ren­te al depor­te inver­nal de esquí alpino es el tema que la rea­li­za­do­ra Char­lè­ne Favier abor­da para refle­jar la rela­ción exis­ten­te entre una joven atle­ta y su instructor.

Jéré­mie Renier y Noée Abita

Noée Abi­ta quien impre­sio­nó gra­ta­men­te en Ava (2017) reafir­ma sus con­di­cio­nes artís­ti­cas brin­dan­do una remar­ca­ble carac­te­ri­za­ción de Lyz, una estu­dian­te de ense­ñan­za media en los Alpes de Fran­cia que mani­fies­ta una gran pasión hacia el esquí. Es así que logra ser acep­ta­da en un selec­ti­vo club cuyo pro­pó­si­to es el de entre­nar a tra­vés de la prác­ti­ca del sla­lom a futu­ros atle­tas. Es allí don­de es adies­tra­da por Fred (Jéré­mie Renier), un ex cam­peón al que una seve­ra heri­da lo obli­gó a salir del ruedo.

Más allá de las múl­ti­ples esce­nas depor­ti­vas, el guión de la rea­li­za­do­ra y Marie Talon se inter­na en la psi­co­lo­gía de sus dos pro­ta­go­nis­tas. Lyz es expues­ta como una joven que en su eta­pa ado­les­cen­te atra­vie­sa por una gama de sen­ti­mien­tos y con­tra­dic­cio­nes; en tal con­tex­to es fácil empa­ti­zar con su ambi­va­len­te con­duc­ta de que­rer supe­rar­se en la prác­ti­ca de un depor­te que exi­ge enor­me pre­ci­sión, habi­li­dad y velo­ci­dad, así como el tener que afron­tar el extre­ma­do esfuer­zo tan­to físi­co como emo­cio­nal. Por su par­te, Fred auto­ri­ta­ria­men­te explo­ta la vul­ne­ra­bi­li­dad de su alum­na para lograr que even­tual­men­te pue­da desem­pe­ñar un digno rol en las com­pe­ten­cias olím­pi­cas; pre­ci­sa­men­te, debi­do a su extre­ma­do nivel de exi­gen­cia que requie­re de su dis­cí­pu­la, se va crean­do entre ambos una rela­ción tóxi­ca teñi­da de con­si­de­ra­ble tensión.

Otro aspec­to impor­tan­te del rela­to está invo­lu­cra­do con el abu­so gene­ra­do en el cam­po depor­ti­vo entre ins­truc­to­res y alum­nos. En este caso la infa­tua­ción que ejer­ce en Lyz la per­so­na­li­dad de su men­tor quien la va domi­nan­do has­ta lími­tes extre­mos, con­du­ce a un inevi­ta­ble víncu­lo sexual.

En su pri­mer lar­go­me­tra­je de fic­ción Favier deno­ta nota­ble madu­rez a tra­vés de esta his­to­ria muy bien rela­ta­da así como sóli­da­men­te inter­pre­ta­da. Abi­ta estu­pen­da­men­te trans­mi­te la varia­da gama de emo­cio­nes que expe­ri­men­ta su per­so­na­je así como Renier igual­men­te se dis­tin­gue como el opre­si­vo ins­truc­tor sub­yu­gan­do a su inde­fen­sa alum­na. En los fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción la cáma­ra del direc­tor de foto­gra­fía Yann Mari­taud cap­ta en toda su mag­ni­tud el esplen­do­ro­so pai­sa­je mon­ta­ño­so de los Alpes como así tam­bién ofre­ce exce­len­tes secuen­cias de esquí sla­lom. En esen­cia, no se nece­si­ta ser esquia­dor para dis­fru­tar de este buen film. Jor­ge Gutman