ALL THIS VICTORY. Líbano-Francia, 2019. Un film de Ahmad Ghossein. 93 minutos
Un grave episodio acontecido en Líbano durante la guerra de 2006 que afectó gravemente a su población cobrando más de 1000 víctimas es reproducido dramáticamente por Ahmad Ghossein en All This Victory. En este conflicto bélico que comenzó el 12 de julio de ese año y se prolongó durante 34 días el ejército israelí penetró al país con el propósito de luchar contra los grupos paramilitares de la organización islámica libanesa Hezbolá que comenzaron a disparar cohetes sobre las poblaciones fronterizas de Israel.
El film comienza presentando a Marwan (Karam Ghossein, hermano del director) quien viviendo en Beirut está próximo a dejar el país junto con su esposa Rana (Flavia Juska Bechara). Aprovechando el alto el fuego por espacio de 24 horas entre las partes beligerantes, decide dejar por poco tiempo a su mujer en la ciudad para buscar y traer consigo a su padre quien reside en un pueblo ubicado al sur del país, uno de los lugares más castigados por la guerra. Algunas horas después de conducir su coche a través de un panorama montañoso llega al lugar de destino donde contempla la aldea natal de su progenitor completamente devastada por el bombardeo israelí. La tarea se vuelve difícil para ubicar a su progenitor y a fin de obtener información sobre su paradero Marwan acepta la invitación de dos ancianos (Adel Chahine y Boutros Rouhana) amigos de su padre para alojarse momentáneamente en su casa que es una de las pocas que aún se mantiene en pie. Al poco tiempo un matrimonio vecino (Issam Bou Khaled y Sahar Minkara) llega al lugar en procura de refugio. Frente a la incertidumbre de no saber si su padre sigue con vida, el problema se le complica a Marwan cuando una mujer se adueña de su vehículo estacionado en el exterior del inmueble dejándolo varado y en consecuencia debiendo pernoctar donde se encuentra. La situación alcanza considerable tensión cuando al finalizar la tregua los bombardeos se reanudan afectando parte de las instalaciones de la casa; para peor, algunos soldados israelíes penetran en el piso superior de la misma ignorando que en su planta baja se hallan Marwan y sus acompañantes; por lo tanto eso obliga al grupo a permanecer en riguroso silencio y sin movimiento alguno para no ser descubiertos y atacados.
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El realizador valiéndose de su muy buen guión escrito junto con Abla Khoury y Syllas Tzoumerkas, ha logrado que la filmación realizada en su mayor parte en un único escenario no afecte el interés de su impecable narración Para ello ha contado con un reducido elenco de actores que brindan completa naturalidad a la tragedia que sus personajes están viviendo; en la dinámica que se establece entre los mismos, ellos expresan vivamente los sentimientos de desasosiego, aprisionamiento, ansiedad y permanente temor que les envuelve al tener conciencia que la muerte les acecha a cada instante. La buena fotografía de Shadi Chaaban contribuye a valorizar el drama logrando la adecuada flexibilidad de ubicar la cámara estáticamente en la filmación en el interior de la casa y de agilizarla en los espacios exteriores donde capta las ruinas del desértico villorio.
Queda como resultado un sólido film en el que el director libanés vuelca sus inquietudes acerca del amargo sabor que su país ha sufrido por los azotes del conflicto bélico, no solo en 2006 sino igualmente en 1982 y 1993. Es así que sus habitantes han aprendido a convivir en estas difíciles circunstancias, alentando la esperanza de que el país no siga siendo un fácil blanco de potencias externas. Jorge Gutman