DREAM HORSE. Gran Bretaña, 2020. Un film de Euros Lyn. 113 minutos
En estos tiempos de pandemia resulta reconfortante ver una comedia que eleva el espíritu como es el caso de Dream Horse que se distingue por su buena realización y genuina actuación.
Basado en un caso real, el relato se ubica en un pequeño pueblo rural de Gales donde reside Brian Jokes (Owen Teale) y su esposa Jan (Toni Collete). Estando Brian sin trabajo por sufrir de artritis es su empeñosa mujer quien provee los ingresos del hogar trabajando de día en un supermercado y de noche en un bar local. Con los hijos ya adultos y viviendo por su cuenta„ Jan que siente un especial cariño por los animales cree haber encontrado el medio para darle mayor estímulo a su vida siempre y cuando pueda adquirir un caballo que eventualmente participe en las carreras. A fin de conseguir el dinero necesario, el matrimonio reúne a un grupo de vecinos para que colaboren en este singular proyecto donde Howard (Damian Lewis), uno de ellos, cuenta con experiencia en el adiestramiento de caballos preparados para correr.
El guión de Neil McKay resalta la determinación, energía y entusiasmo de Jan en la crianza del querido potrillo apodado “Dream Alliance”, desde el momento de nacer hasta verlo convertido en un ágil corredor; el maternal amor hacia el animal constituye una puerta de escape de un matrimonio un tanto deslucido por el tiempo pero que al propio tiempo permitirá incentivar el vínculo conyugal. La ansiedad de esta emprendedora mujer y de los aldeanos del pueblo se acrecienta a medida que se aproxima la fecha en que el equino participará en la prestigiosa carrera del Welsh Grand National; es allí donde el animal demostrará su extraordinaria destreza.
Aunque esta comedia pueda resultar predecible, ese factor poco importa dado que hay varios elementos que gravitan a su favor. Si bien el relato se centra fundamentalmente en Jan, Howard y Brian, el realizador describe muy bien a los habitantes de la sencilla comunidad galesa, cuya existencia se ve gratamente matizada con el importante acontecimiento hípico. A todo ello, tanto la veterana Collette como Lewis y Teale logran completa autenticidad en la caracterización de sus personajes.
Lyn ofrece un film que sin pretensión mayor está fluidamente narrado y capaz de satisfacer no solo a los amantes del deporte ecuestre sino también al gran público.
Jorge Gutman