La Pasión Por El Tenis

5IÈME SET. Fran­cia, 2020. Un film de Quen­tin Rey­naud. 113 minutos

A pocas sema­nas del estreno de Sam, film cana­dien­se refle­jan­do la pasión de un depor­tis­ta por la nata­ción, aho­ra se estre­na 5ème Set en el que su pro­ta­go­nis­ta expe­ri­men­ta el mis­mo ardor por el tenis aun­que el rea­li­za­dor Quen­tin Rey­naud lo enfo­ca des­de un ángu­lo diferente.

Alex Lutz en 5ème Set

El talen­to­so cómi­co fran­cés Alex Lutz carac­te­ri­za a Tho­mas Edi­son, un tenis­ta de 37 años que en su ado­les­cen­cia fue cata­lo­ga­do como uno de los más jóve­nes pro­di­gios de este depor­te. Sin embar­go su momen­to de glo­ria se des­va­ne­ció cuan­do per­dió en la semi­fi­nal de un cam­peo­na­to; para peor, pade­ce de artri­tis en una de sus rodi­llas por lo que ha sido tres veces operado.

Desem­pe­ñán­do­se como pro­fe­sor de tenis en un esta­ble­ci­mien­to que per­te­ne­ce a su madre Judith (Kris­tin Scott Tho­mas), su vida per­so­nal está vin­cu­la­da con ella así como con su aman­te espo­sa Eve (Ana Girar­dot) y su que­ri­do hiji­to. El trans­cur­so del tiem­po no ha dis­mi­nui­do su pasión por el tenis y su gran ambi­ción es poder com­pe­tir en el impor­tan­te tor­neo efec­tua­do anual­men­te en el renom­bra­do esta­dio depor­ti­vo Roland-Garros de Fran­cia. Para ello tie­ne que cali­fi­car­se jugan­do pre­via­men­te con jóve­nes atle­tas que tam­bién inten­tan par­ti­ci­par; en tal sen­ti­do su mujer que ha sido una renom­bra­da tenis­ta que dejó el depor­te para aten­der a la fami­lia no con­si­de­ra que Tho­mas esté en con­di­cio­nes de afron­tar el desa­fío al igual que Judith lo cri­ti­ca por la deci­sión adop­ta­da tenien­do en cuen­ta que su edad y su inapro­pia­do esta­do físi­co no son ele­men­tos favo­ra­bles para inter­ve­nir en la contienda.

A pesar de los incon­ve­nien­tes que debe supe­rar, el obs­ti­na­do Tho­mas logra cali­fi­car­se y en con­se­cuen­cia par­ti­ci­par en el cru­cial match en don­de tie­ne como con­trin­can­te al joven Damien Thos­so (Júr­gen Briand), con­si­de­ra­do como la gran espe­ran­za del tenis de Fran­cia. Es en esa media hora final en el que se sigue el desa­rro­llo de la con­tien­da, la exce­len­te fil­ma­ción per­mi­te que se vivan momen­tos de con­si­de­ra­ble sus­pen­so e inten­sa emoción.

La impe­ca­ble rea­li­za­ción y guión de Rey­naud per­mi­te refle­xio­nar sobre las exi­gen­cias del depor­te que no es muy cle­men­te a medi­da que se supera cier­ta edad para ejer­cer­lo; asi­mis­mo Rey­naud ilus­tra muy bien la diná­mi­ca fami­liar del pro­ta­go­nis­ta así como su rela­ción con aus­pi­cia­do­res del even­to y los medios de difusión.

La vibran­te inter­pre­ta­ción de Lutz con­tri­bu­ye a valo­ri­zar el rela­to. El se aden­tra con pro­fun­di­dad en la psi­co­lo­gía del acci­den­ta­do tenis­ta que con­tra vien­to y marea pro­cu­ra rena­cer como el ave fénix a fin de supe­rar los fra­ca­sos y poder triun­far en este depor­te que es uno de los móvi­les fun­da­men­ta­les de su exis­ten­cia. A su lado Scott Tho­mas favo­ra­ble­men­te impre­sio­na como la seve­ra aun­que hones­ta madre de Tho­mas y tam­bién Girar­dot se des­ta­ca brin­dan­do soli­dez en su rol de esposa.

Una ven­ta­ja adi­cio­nal de este logra­do film es que el cineas­ta ha sido en su juven­tud un tenis­ta de alto nivel y por lo tan­to no resul­ta extra­ño que su expe­rien­cia en la mate­ria le haya per­mi­ti­do trans­mi­tir cabal auten­ti­ci­dad a la his­to­ria que rela­ta; este hecho se refuer­za tenien­do en cuen­ta que el direc­tor y su equi­po obtu­vie­ron el per­mi­so per­ti­nen­te del esta­dio Roland-Garros para el roda­je del tor­neo final. Jor­ge Gutman