Angus­tian­tes Pesadillas

THE NIGHT HOU­SE. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de David Bruck­ner. 108 minutos.

La exce­len­te actriz Rebec­ca Hall es la pro­ta­go­nis­ta de The Night Hou­se, un film de terror en don­de su per­so­na­je es casi el úni­co en la mayor par­te de su desa­rro­llo. A pesar de que el direc­tor David Bruck­ner es adic­to a este géne­ro, este film vin­cu­la­do con una man­sión embru­ja­da, que ya ha sido con­si­de­ra­do en innu­me­ra­bles oca­sio­nes, decep­cio­na entre otras razo­nes por su inconsistencia.

Rebec­ca Hall

El guión pre­pa­ra­do por Ben Collins y Luke Pio­trows­ki comien­za de un modo pro­mi­so­rio. Hall da vida a Beth, una maes­tra del nor­te del esta­do de Nue­va York que des­pués de 14 años de matri­mo­nio aca­ba de per­der a su mari­do Owen (Evan Jonig­keit) al haber­se sui­ci­da­do. Su mejor ami­ga Clai­re (Sarah Gold­berg) tra­ta de con­so­lar­la en el due­lo que lle­va a cabo, aun­que sin resul­ta­do posi­ti­vo. Sola en la casa lacus­tre dise­ña­da por su espo­so arqui­tec­to, los pri­me­ros indi­cios que algo raro acon­te­ce es cuan­do fuer­tes gol­pes la des­pier­tan duran­te su sue­ño. A todo ello, un ama­ble vecino del lugar (Von­die Cur­tis-Hall) le hace saber que su cón­yu­ge pare­cía refle­jar cier­ta ines­ta­bi­li­dad men­tal de la que Beth igno­ra­ba por com­ple­to. La situa­ción tien­de a com­pli­car­se cuan­do la des­con­so­la­da mujer des­cu­bre en el celu­lar de su espo­so algu­nas fotos de bellas muje­res don­de una de las mis­mas guar­da un pare­ci­do con ella. ¿Es que Owen le ha sido infiel sin que ella lo supiera?

El film trans­cu­rre en su mayor par­te de noche en don­de sus sue­ños se ven alte­ra­dos por pesa­di­llas que va sufrien­do al oír nue­vos gol­pes, implau­si­bles soni­dos y la voz de ultra­tum­ba de su difun­to mari­do. En un momen­to dado resul­ta difí­cil dis­tin­guir si lo que ella per­ci­be es real o ima­gi­na­rio pero lo con­cre­to es que la pre­sen­cia espec­tral de Owen la con­du­ce a un esta­do de pro­gre­si­va locura.

El entre­ve­ra­do guión, cier­ta­men­te rebus­ca­do, pro­du­ce con­fu­sión sin que en momen­to alguno se pue­da saber quién fue Owen, por­qué se sui­ci­dó o bien cual es la ver­da­de­ra rela­ción que lo unía a su esposa.

El rea­li­za­dor desea crear un cli­ma de ten­sión que no alcan­za a lograr por­que el rela­to care­ce de un foco pre­ci­so. Eso no impi­de apre­ciar el remar­ca­ble tra­ba­jo de Hall dan­do vida a una mujer ator­men­ta­da que en la últi­ma par­te de la tra­ma se retuer­ce, tor­tu­ra y sacu­de deses­pe­ra­da­men­te dan­do la impre­sión de estar poseí­da satá­ni­ca­men­te; con todo, resul­ta difí­cil empa­ti­zar con esta anti heroína.

Más allá de los bue­nos valo­res de pro­duc­ción, el espec­ta­dor adic­to a las pelí­cu­las de terror no que­da­rá gra­ti­fi­ca­do con esta fan­tas­ma­gó­ri­ca e incohe­ren­te his­to­ria que con­du­ce a un desa­bri­do des­en­la­ce. Jor­ge Gutman