THE GUILTY. Estados Unidos, 2021. Un film de Antoine Fuqua. 90 minutos
En 2018 el debutante director y guionista danés Gustav Moller sorprendió gratamente con The Guilty, un thriller magníficamente construido. La originalidad consistía en que no obstante que su trama transcurre únicamente en un centro de llamadas de Dinamarca y que sólo se aprecia la casi única presencia física de su protagonista, eso no constituyó un obstáculo para mantener la constante atención del espectador.
Es ahora que el cine estadounidense decidió efectuar una remake del film dirigido por Antoine Fuqua; a pesar de que es prácticamente una réplica de la versión original el resultado logrado es igualmente gratificante.
En lugar de Copenhague el eficiente guión de Nic Pizzolatto basado en el original de Moller ubica la acción en Los Ángeles donde su desarrollo transcurre en tiempo real durante las horas de una larga noche. Jake Gyllenhaal anima a Joe Baylor, un policía que ha sido removido de sus funciones en las calles de la ciudad; ahora ha sido asignado para trabajar en una sala de operadores en la que desde su escritorio atiende las llamadas efectuadas al 911 por aquellas personas que se encuentran en situaciones de emergencia. De su vida personal solo se sabe que está separado y que añora a su querida hijita.
El punto de inflexión se produce cuando recibe la llamada de Emily (Riley Keough) quien con voz desesperada le manifiesta que ha sido secuestrada por su marido Henry (Peter Sarsgaard) y que se encuentra dentro de una furgoneta blanca por él conducida que está circulando por una de las autopistas de la ciudad; para peor se entera que los dos pequeños hijos del matrimonio han quedado solos en el hogar. De allí en más Joe comienza a entrar en contacto telefónico con sus colegas a fin de proceder con urgencia para localizar el vehículo. A medida que el tiempo va transcurriendo el angustiado policía que tiene que lidiar con el asma que le afecta va experimentando un estado de considerable tensión, en parte por el giro inesperado de los acontecimientos vinculados con el caso; pero lo más importante es que tratar de salvar a Emily implica para él una forma de atenuar la culpa que lleva consigo por una grave irregularidad cometida como guardián del orden y por la que deberá comparecer al día siguiente a una audiencia judicial a fin de ser juzgado.
Sin que este drama resulte novedoso por tratarse de una remake, la película se valoriza por el sólido trabajo de Fuqua en la puesta escénica de una historia que se reduce a un limitadísimo espacio. Distinción especial amerita la extraordinaria performance de Gyllenhaal, quien siendo prácticamente el único protagonista visible en pantalla carga sobre sus hombros el enorme peso impuesto por el relato; en una memorable interpretación el actor en su mejor trabajo profesional transmite intensamente el drama de un antihéroe vulnerable, extremadamente ansioso, furioso y acosado por sus demonios interiores. Además de las voces de Sarsgard y Keough, el reparto se completa con las de Ethan Hawke, Christiana Montoya, Paul Dano y Da’Vine Joy Randolph.
En suma, quienes han tenido oportunidad de juzgar el film original de ningún modo quedarán defraudados y para aquéllos que no lo hayan visto el placer aún será mayor a través del eficiente suspenso generado por una historia ingeniosamente urdida. Jorge Gutman