BERGMAN ISLAND. Francia-Bélgica-Alemania-Suecia, 2021. Un film escrito y dirigido por Mia Hansen-Love
En su reciente trabajo, la destacada directora Mia Hansen-Love ubica la acción en la isla Faro, al norte de Suecia, en la que Ingmar Bergman pasó gran parte de su vida concibiendo sus obras maestras. Su guión se centra en la pareja americana integrada por Chris (Vicky Krieps) y Anthony (Tim Roth), quienes arriban a la mítica isla en procura de inspiración. Ella es una guionista y él un director de cine que ha sido invitado a presentar su reciente película y al propio tiempo ofrecer una clase maestra. En ese lugar tan especial la joven espera poder concretar su próximo guión en tanto que Anthony tratará captar el espíritu de Bergman para su próximo proyecto; así desde su comienzo esa presencia se hace sentir en la medida que en la confortable casa que les ha sido brindada durante su estadía, el dormitorio es precisamente donde el autor sueco rodó Escenas de un Matrimonio (1974).
En los encuentros mantenidos con turistas, isleños y fanáticos pareciera que no hubiera otro tema que el de Bergman y eso se ratifica con el tour “Safari Bergman” en el que una pintoresca animadora va mostrando y relatando los lugares de la isla en los que el director solía frecuentar.
Dejando a Bergman de lado, la directora contrasta la naturaleza egocéntrica de Anthony con la inseguridad reflejada en Chris, lo que trasluce cierta fragilidad en la relación conyugal. Cuando finalmente ella completa su guión se lo va relatando a Anthony y eso origina que el espectador asista a la historia propuesta. En la misma se introduce el personaje ficticio de Amy (Mia Wasikowska) quien llega a la isla para asistir a una boda; en la misma se encuentra con Joseph (Anders Danielsen Lie), un ex novio de su juventud por quien aún se siente atraída aunque él está comprometido con otra mujer; esos encuentros y desencuentros amorosos constituyen el tema central de la historia imaginada por Chris donde queda claro que Amy es su alter ego.
La película está bien filmada y correctamente actuada aunque de manera alguna logra conmover. Así el recurso utilizado de efectuar un film dentro de otro, que obra a manera de un juego de espejos entre la realidad y la fantasía, no alcanza a cobrar vuelo. Hilando finamente podría concluirse que la directora quiso ilustrar la dificultad que entraña el proceso creativo de un film, como también el latente celo profesional de Chris queriendo emanciparse de la figura paternal de su pareja, pero tal como está expuesto no existe la suficiente envergadura dramática capaz de emocionar y/o de empatizar con los personajes centrales, aunque curiosamente el ficcional de Amy cobra más vigor que el de Chris.
Globalmente considerado, Hansen-Love ha realizado un film honesto aunque intrascendente y fácilmente olvidable; no obstante eso no impide su visión, más no fuera por la visita turística efectuada al lugar que sedujo a Bergman, captada muy bien por la fotografía de Denis Lenoir, y por echar una rápida mirada a algunos extractos de su excepcional filmografía. Jorge Gutman