MASS. Estados Unidos, 2021. Un film escrito y dirigido por Fran Kranz. 107 minutos.
Un lacerante drama expuesto con encomiable profundidad es lo que Fran Kranz expone en Mass, su primer trabajo como realizador y guionista.
Lamentablemente dista de ser noticia la matanza que suele ocurrir en las escuelas de Estados Unidos, cuando un estudiante sin razón alguna penetra en las aulas y dispara a más no poder causando numerosas víctimas. Eso es lo que ha inspirado al novel cineasta para relatar una ficción aunque a todas luces pareciera que se está asistiendo a un documental.
El relato tiene lugar en una de las salas de una iglesia episcopal de Idaho en donde Jay (Jason Isaacs) y su esposa Gail (Martha Plimpton) se encuentran con Richard (Reed Birney) y su cónyuge Linda (Ann Dowd). Ambas parejas han perdido tiempo atrás a sus hijos y a pesar de los 6 años transcurridos, el duelo sigue persistiendo.
Gradualmente se llega a saber que Hayden ‑hijo adolescente de Richard y Linda- ha sido el responsable de haber asesinado en su escuela a varias personas en donde Evan — el vástago de Jay y Gail- ha sido una de las víctimas. Al principio de la reunión existe una sensación de incomodidad en los padres de Evan quienes sumamente doloridos desean saber de Richard y Linda la razón que asistió a su hijo de haber perpetrado semejante acto de violencia y minutos después suicidarse. Si bien Jay y Gail acordaron en no culpar a sus interlocutores del tremendo crimen, queda claro que a medida que la conversación progresa van surgiendo momentos de gran torbellino emocional; con todo, poco a poco los ánimos se irán calmando para ceder paso a la compasión, perdón y reconciliación mutua, que en esencia es una suerte de catarsis para que el duelo de ambos padres amengüe.
El relato que transcurre en tiempo real adquiere una autenticidad increíble con la cámara captando las reacciones de cada uno de los personajes a medida que la conversación se va desarrollando. Los gestos, miradas, movimientos corporales, los diálogos mantenidos y los momentos de silencio son admirablemente caracterizados por los 4 intérpretes donde resulta prácticamente imposible destacar a uno en particular; así Plimpton trasciende como la mujer tremendamente afectada por el dolor que asiste casi forzadamente a la reunión pero que luego comienza a ablandarse; Isaacs, como el marido que trata de contener la angustia de Gail resalta por su naturalidad; Dowd transmite plenamente la desazón de la madre del hijo asesino que hace lo máximo para compadecer y expresarle a Gail su gran pena ofreciéndole un ramo de flores; finalmente Birney aunque más recatado en su rol no deja de impresionar.
Aunque el film tiene todas las características de un teatro filmado, de ningún modo produce claustrofobia gracias a la excelente puesta escénica de Kranz. La historia imaginada por el realizador no ofrece respuestas concretas sobre las causas que conducen a la alienación de ciertos jóvenes convertidos en criminales. Sin embargo permite reflexionar sobre la tarea ardua que resulta para los padres conocer a fondo lo que acontece en la mente de sus hijos, sobre todo en la difícil etapa de la adolescencia; así, aparentemente sanos, tranquilos e inocentes, resultan emocionalmente perturbados lo que los insta para cometer una masacre.
Aunque la visión de Mass resulte muy dura, la inteligente forma en que el tema es tratado por el novel realizador basado en la riqueza de su soberbia escritura y la sobresaliente actuación de su elenco convierten al film en uno de los mejores del año en curso.
Jorge Gutman