Crónica de Jorge Gutman
EVERY BRILLIANT THING. Texto: Duncan Macmillan con la colaboración de Jonny Donahoe. Dirección: Dean Patric Fleming. Actor: Daniel Brochu. Escenografía e Iluminación: Zoe Roux. Duración: 70 minutos. Representación: Hasta el 14 de noviembre de 2021 en el Segal Centre
Si bien el autor y director Duncan Macmillan es conocido por tener en su haber varias obras de teatro, ciertamente su monólogo Every Brilliant Thing escrito con el comediante británico Jonny Donahoe, alcanzó un suceso extraordinario a partir de su estreno en 2013 en el Festival de Ludlow. Claro está que el gran suceso es también debido a la destacada actuación de Donahoe a cargo del monólogo.
El interés de la pieza reside en abordar el delicado tema del suicidio adoptando un estilo que a pesar de su naturaleza evita caer en la angustia y desesperación. El punto de partida es lo que acontece con un niño de 7 años cuando en noviembre de 1987 su padre va a buscarlo a su colegio y le hace saber que su madre está hospitalizada debido a que su crónica depresión la condujo a intentar suicidarse. Como la mujer logra ser salvada, el niño se ve impulsado a efectuar una lista de las diferentes cosas brillantes que la vida puede ofrecerle a su progenitora.

Daniel Brochu (Foto: Leslie Schachter)
En la acertada versión ofrecida por el Centro Segal, es el comediante Daniel Brochu, quien encontrándose en el escenario asume narrando a la audiencia cómo el acontecimiento descripto moldeó la vida del protagonista de esta historia. Para ello, el monólogo se diferencia de otros de dicho género en cuanto en este caso quien lo anima lo va elaborando con la viva participación del público. Así después de la propuesta formulada de cuando era niño, este personaje efectúa una revisión de su existencia desde su niñez hasta el momento presente, donde la lista inicial de 10 cosas (1. Helado, 2. Películas de Kung-Fu, 3. Quemar cosas; 4. Amarillo, 6. Montaña Rusa y así sucesivamente) ha llegado a superar las 800 mil cosas en la actualidad.
Con la fluida dirección de Dean Patric Fleming y la imaginativa escenografía e iluminación de Zoe Roux, el espectáculo adquiere una inusual vitalidad aportada por Daniel Brochu quien asombra por su habilidad en memorizar cifras y personas con las que el protagonista se relaciona; asimismo el actor permite transmitir momentos de afecto y ternura como asimismo instancias de humor. Nobleza obliga asimismo destacar la complicidad mantenida con el público quien en la noche de estreno de la pieza, con gran entusiasmo participó en la lectura de los aspectos extraordinarias listadas por el autor.
Queda como balance un monólogo original de interacción colectiva que deja un mensaje optimista no obstante los sinsabores o momentos de tristeza que el ser humano puede experimentar. Es así que haciendo el esfuerzo de reconocer “las cosas brillantes” que dan sentido a nuestro tránsito existencial, Macmillan ofrece un mensaje optimista de reafirmación de la vida a través del recurso utilizado por un hijo para demostrar a su querida madre el encanto de vivir.