Crónica de Jorge Gutman
He aquí el comentario de 5 títulos vistos en el Festival
De Son Vivant (Francia)
La muerte como última etapa de la vida es decididamente ineluctable pero si hay algo que la convierte en menos temerosa es el que se ignora cuando acontecerá; sin embargo algo diferente acontece cuando alguien gravemente enfermo sabe que su fin es inminente. En base a lo que precede la actriz y realizadora Emmanuelle Bercot ofrece en De Son Vivant un drama lacerante que constituye una verdadera radiografía del viaje sin retorno.
Con la colaboración de la guionista Marcia Romano, el relato introduce a Benjamin (Benoît Magimel), un hombre soltero de 39 años enfermo de cáncer de páncreas que al asistir a la consulta médica, el Dr. Eddé (Gabriel Sara) le comunica que estando en un estadio 4 del mal es imposible de ser curado y su muerte, estadísticamente considerada, puede producirse entre 6 meses y dos años a más tardar. Acompañado de Crystal (Catherine Deneuve), su posesiva madre, ambos escuchan aterrados el doloroso diagnóstico.
En la narrración efectuada a lo largo de un año, se asiste a la evolución de la enfermedad en su tramo final donde en un principio Benjamin puede desenvolverse sin estar hospitalizado. Es en ese período que él se dedica con denodado fervor a proseguir su actividad de profesor de teatro para alumnos que están preparando su ingreso al Conservatorio Nacional, aunque sin divulgarles el mal que le aqueja. Sin poder detener el paso del tiempo, llega el momento en que debe permanecer en el hospital con el consiguiente deterioro que va experimentando su organismo hasta exhalar el último suspiro..
Hay varios aspectos importantes de reseñar que realzan al drama de manera excelente. Sin saber exactamente cuál es el centro hospitalario en el que Benjamin es atendido, en primer lugar resalta la profunda humanidad emanada por el Dr. Eddé en donde no solo actúa como oncólogo sino también como terapeuta y guía espiritual del enfermo. Asimismo es completamente realista la relación de Crystal con su hijo, en el que ambos no pueden resignarse a aceptar lo que sobrevendrá; pero lo más importante es cómo esta mujer desea que su hijo le perdone debido a un acto de profundo egoísmo cometido cuando veinte años atrás.lo impulsó a que abandonara a la mujer australiana que embarazó y al bebé que llegó al mundo sin haberlo reconocido.
Bercot ha logrado de su elenco actuaciones supremas. Deneuve, la descollante diva del cine francés, conmueve profundamente como una madre que tiene que hacer denodados esfuerzos para poder aceptar la pérdida de su hijo. Magimel, sin duda en el papel más difícil y logrado de su carrera, sencillamente deslumbra en la metamorfosis que va experimentando su personaje. El tercer gran protagonista de este drama es Gabriel Sara quien en la vida real es un renombrado oncólogo americano; al haber aceptado el rol del Dr. Eddé, su actuación no puede resultar más genuina en el apoyo moral que le suministra a Benjamin y a su madre. Igualmente destacable. es la participación de Cécile De France como la abnegada enfermera que en cierta medida se extralimita en sus funciones para ofrecer sosiego, confort y amor a Benjamin. En papeles de apoyo se distinguen Lou Lampros como una de las estudiantes de teatro y Oscar Morgan como el ilegítimo hijo de Benjamin.
Con esta crónica de una muerte anunciada, Bercot logra su mejor trabajo como realizadora y a pesar de su inconfortable temática su visión es altamente recomendable
Rouge (Francia-Bélgica)
Con una muy buena narración el realizador Farid Bentoumi aborda un drama ecológico inspirado en eventos reales. Basado en el guión del realizador con la colaboración de Samuel Doux, el interés del relato descansa en la colisión que se produce entre una honesta mujer y la corrupción corporativa que enfrenta en su trabajo.
Al no haber logrado salvar la vida de un paciente que en estado de gravedad permanecía en la sala de emergencia de un centro hospitalario, la joven practicante Nour (Zita Hanrot) deja su puesto para aceptar la posición de enfermera residente en la planta química en que trabaja su padre Silmane (Sami Bouajia) donde además es el líder sindical defendiendo los derechos de los operarios.
A los pocos días de comenzar sus labores Nour observa que ciertas reglas sanitarias no se cumpliemtan en la empresa, tales como no reportar los accidentes de trabajo producidos, la ausencia de revisación médica de algunos empleados y la no consideración de los efectos de la polución producida. Esos reparos son manifestados a su padre de manera firme aunque él los desestima señalando que la fábrica suministra empleo a 200 personas, impulsando de este modo la economía local.
El nudo dramático del relato se produce cuando la enfermera se vincula con Emma (Céline Sallete), una periodista investigadora que le hace ver cómo los residuos tóxicos que genera la planta son vertidos de manera oculta en un lago próximo. Eso induce a Nour a realizar una operación arriesgada para la obtención de una prueba que evidencie el peligro generado por la negligencia asumida por el director de la empresa (Olivier Gourmet).
A través de una muy buena descripción de los personajes, el realizador plantea de manera concisa y efectiva el conflicto ético que se produce entre la integridad de Nour decidida a denunciar la realidad imperante y la actitud de su padre que siente la obligación de guardar silencio y mantener la lealtad con la empresa que le ha prodigado trabajo y sustento durante 30 años. Además de la acertada dirección de Bentoumi el film se valoriza por las remarcables interpretaciones de Hanrot y Bouajila.
Les Intranquilles (Bélgica)
La bipolaridad es el delicado tema que el director belga Joachim Lafosse considera en su reciente trabajo que obtuvo una positiva acogida por parte de los críticos en ocasión de su estreno mundial en Cannes.
De manera meticulosa el realizador plantea el problema a partir de la primera secuencia que se desarrolla en una playa de la Costa Azul. Allí se encuentran el pintor artístico Damien (Damien Bonnard), su mujer Leïla (Leïla Bekhti) y el pequeño hijo Amine (Gabriel Merz Chammah). Cuando Damien sale a nadar y demora en regresar se presume que algo raro le acontece; eso se confirma en las subsiguientes escenas en donde su insomnio lo obliga a mitad de la noche a levantarse y de manera hiperactiva ponerse a arreglar una bicicleta o bien a pintar. De la narración de Lafosse queda claro que se contempla a un individuo bipolar con variaciones marcadas en su estado anímico; es así que su esposa hace lo posible para contener sus períodos de excitación e intensa actividad, tratando de que él ingiera los medicamentos prescriptos que suele eludir.
Cuando su paranoia alcanza situaciones extremas urge su hospitalización donde es sometido a un cóctel de drogas para aliviar su euforia; al regresar a su hogar la medicación suministrada logra tranquilizarlo pero a expensas de convertirlo en un ser pasivo, triste, deprimido e incapaz de experimentar emoción.
Sin sobreactuar Bonard y Bekhti ofrecen interpretaciones excepcionales. El actor realiza un increíble tour de force para caracterizar al torturado enfermo, en tanto que Bekhti no le va en zaga como la abnegada mujer que sintiendo un gran amor por Damien hace lo imposible para ayudarlo al comprender que él no es culpable del mal que lo aqueja; por su parte Merz Chammah actúa naturalmente como el hijo que es testigo de la enfermedad mental de su padre.
Sobriamente realizado, Lafosse se limita a exponer el problema sin ofrecer soluciones a esta grave afección aunque ilustrando cómo es posible la convivencia del núcleo familiar frente a las condiciones descriptas.. Como un espectador invisible uno empatiza plenamente con la suerte de sus personajes apreciando la notable calidad de este angustiante y doloroso relato.
Illusions Perdues (Francia-Bélgica)
El director Xavier Giannoli efectúa una relectura de Las Ilusiones Perdidas, la obra maestra de Honoré de Balzac escrita entre 1837 y 1843, enfocando el ascenso, triunfo y caída en desgracia de un lúcido poeta.
En la adaptación realizada por el cineasta y Jacques Fieschi, la acción se ubica en 1821 en la pequeña ciudad de Angoulème, al sudoeste de Francia. Allí vive Lucien Chardon (Benjamin Voisin), un joven e idealista poeta de humilde origen que para ganarse el sustento trabaja durante el día en un taller de imprenta. Sus poemas están dirigidos a su amada Louise (Cécile de France), una bella aristócrata que aprecia su talento y además retribuye su amor a pesar de estar casada. Cuando se destapa la noticia del adulterio, ambos huyen a París en donde él intentará con el apoyo de su amante abrirse camino como poeta y crítico literario.
Al poco tiempo Louise, fuertemente influida por su prima la Marquesa de Espard (Jeanne Balibar), decide separarse de Lucien al comprobar que la diferencia de clase constituye un serio obstáculo para continuar la relación. Sin la protección de su enamorada y con poco dinero en el bolsillo Lucien de manera circunstancial conoce a Louisteau (Vincent Lacoste), un articulista que apreciando cómo el poeta escribe lo introduce a un periódico liberal que se caracteriza por estar al servicio de una prensa libre e independiente. Gradualmente, las críticas sinceras y bien articuladas de Lucien, permiten que obtenga el merecimiento que aspiraba por largo tiempo hasta el momento en que su desmedida ambición y codicia van desintegrando sus profundas y honestas convicciones.
Con gran maestría Giannoli transmite el pensamiento crítico de Balzac demostrando cómo la prensa tratando de estar al servicio de los accionistas que la mantienen, manipula el contenido de las noticias y artículos que se publican; por analogía esa actitud se traduce igualmente a diferentes manifestaciones del arte donde un periodista criticando a su antojo puede con sus comentarios elevar o sabotear a un artista. Lo que claramente ilustra el relato es que la libertad de expresión de la prensa escrita es una utopía en la medida que el poder del dinero puede llegar a acallar, mentir y tergiversar la verdad. Aunque escrito hace más de siglo y medio el mensaje de su autor reflejado en esta excelente película adquiere vigencia con las “fake news” de la hora actual.
Liderando el elenco integrado por consagrados actores, Voisin transmite magníficamente la evolución del idealista poeta que termina autodestruyéndose con la pérdida de sus ilusiones. A su lado igualmente se destacan Lacoste, De France, Balibar y Salomé Dewaels como la compañera de Lucien. Mención especial merecen el actor y director Xavier Dolan caracterizando con solidez a Nathan, el novelista rival del poeta que en última instancia se convierte en su conciencia moral y Gérard Depardieu animando remarcablemente a un editor analfabeto.
Azor (Suiza-Francia-Argentina)
En un auspicioso debut el realizador suizo Andreas Fontana transporta al espectador a un dramático período de la historia argentina a través de un thriller político muy bien urdido.
El eficaz guión del realizador ubica la trama en la ciudad de Buenos Aires en 1980, durante la ominosa dictadura que ensombreció al país. Proveniente de Suiza llega a la capital Yvan De Wiel (Fabrizio Rongione), un banquero privado de Ginebra, junto con su esposa Inés (Stéphanie Cléau). El objetivo es contactar a su socio René Keys quien es el representante de la institución financiera en Argentina.
Ambos visitantes que dominan el español son bien recibidos y acomodados en un lujoso hotel donde prontamente comienzan a percibir la atmósfera asfixiante reinante frente al número de desaparecidos que se va registrando en el país con la anuencia del gobierno militar.
A medida que la historia va progresando se podrá llegar a conocer algunos detalles sobre la ausencia de Keys a través de la versión que se tiene de él en los contactos mantenidos por De Wiel con algunos de los clientes del banco, en su visita al Círculo de Armas y en las reuniones sociales a las que acude con su esposa.
Para Yvan lo más importante es mantener a su clientela a pesar de la desaparición de su socio; en tal sentido el film expone la manera en que se produce el envío de las grandes sumas de dinero de los inversores argentinos mediante secretas negociaciones, evidenciando al mismo tiempo el rol ciertamente ambiguo de las instituciones financieras de Suiza.
Lo fascinante de Azor es la notable ilustración que efectúa Fontana de la alta burguesía argentina y su comportamiento durante ese nefasto período además de haber logrado un relato que genera un cautivante clima de intriga y misterio.