Un Buen Dra­ma Histórico

ADIEU MON­SIEUR HAFF­MANN. Fran­cia-Bél­gi­ca, 2021. Un film de Fred Cava­yé. 116 minutos

Basa­do en la obra tea­tral de 2016 del dra­ma­tur­go Jean-Phi­lip­pe Dague­rre, el rea­li­za­dor Fred Cava­yé la tras­la­dó al cine en una adap­ta­ción por él efec­tua­da con la cola­bo­ra­ción de Sarah Kaminsky.

Ambien­ta­da en la Segun­da Gue­rra duran­te la ocu­pa­ción nazi en Fran­cia, la pelí­cu­la se desa­rro­lla en la Fran­cia ocu­pa­da por las fuer­zas nazis des­de febre­ro de 1941 has­ta sep­tiem­bre de 1942.

Giles Lellou­che y Daniel Auteuil

Joseph Haff­mann (Daniel Auteuil) es un exce­len­te joye­ro judío de ori­gen pola­co cuyo nego­cio ubi­ca­do en París a la vez le sir­ve de hogar con­vi­vien­do con su que­ri­da mujer Han­nah (Anne Coes­sens) y tres hijos. En la medi­da que los nazis van inten­si­fi­can­do su acción con­tra los judíos él ha adop­ta­do las medi­das nece­sa­rias para que su fami­lia esca­pe de la ciu­dad con el pro­pó­si­to de radi­car­se en la zona de Fran­cia que aún es libre. Asi­mis­mo, tenien­do como inten­ción ausen­tar­se para unir­se a su fami­lia, él soli­ci­ta a su emplea­do Fra­nçois Mer­cier (Giles Lellou­che) para que se haga car­go del local a tra­vés de una fal­sa ven­ta en don­de tran­si­to­ria­men­te que­de como pro­pie­ta­rio para que al final de la gue­rra pue­da recu­pe­rar­lo. Tras estar sor­pren­di­do por el pedi­do Mer­cier que está aque­ja­do por una coje­ra y por lo tan­to exen­to de actuar como sol­da­do, acep­ta la pro­po­si­ción. En tan­to, Hoff­man ya está lis­to para dejar París y de inme­dia­to acu­de a una cita con­ve­ni­da con una per­so­na que subrep­ti­cia­men­te se ocu­pa­rá de sacar­lo; sin embar­go, la hui­da fra­ca­sa y por lo tan­to el joye­ro regre­sa al nego­cio a fin de ocul­tar­se tran­si­to­ria­men­te, hecho que gene­ra intran­qui­li­dad para Mer­cier y su que­ri­da espo­sa Blan­che (Sara Girar­deau) por el ries­go asumido.

Pron­ta­men­te se gene­ra una extra­ña rela­ción entre los tres pro­ta­go­nis­tas don­de Mer­cier que era un calla­do y leal emplea­do comien­za a refle­jar su cata­du­ra amo­ral. Tenien­do en cuen­ta su deseo fer­vien­te de tener un hijo legí­ti­mo y no poder lograr­lo por estar inca­pa­ci­ta­do de gene­rar, le pide a Haff­mann que se acues­te con su mujer a fin de emba­ra­zar­la; si bien Blan­che se resis­te a pres­tar­se a ello como asi­mis­mo el joye­ro se nie­ga a hacer­lo, ambos final­men­te acep­ta­rán rea­li­zar el encuen­tro sexual, en don­de Haff­mann reci­be a cam­bio la pro­me­sa de Mer­cier de des­pa­char las car­tas que escri­be a su ama­da Hannah.

Cuan­do nue­vos clien­tes del ejér­ci­to nazi visi­tan la joye­ría, sobre todo el coman­dan­te Jün­ger (Niko­lai Kins­ki) quien se encuen­tra gra­ta­men­te impre­sio­na­do por la pre­ci­sión en los tra­ba­jos rea­li­za­dos, esa situa­ción con­tri­bu­ye a aumen­tar el cli­ma de ten­sión; eso se debe a que Haff­mann pre­sio­na­do por Mer­cier y para sal­var su vida debe­rá ocu­par­se de efec­tuar los pedi­dos soli­ci­ta­dos por el coman­dan­te y sus secua­ces. De allí en más, esta his­to­ria devie­ne un lúgu­bre thriller.

Obvian­do algu­nos aspec­tos rebus­ca­dos del guión, lo cier­to es que Cava­yé ela­bo­ra un film opre­si­vo desa­rro­lla­do en su mayor par­te en el inte­rior de la joye­ría, en don­de el trío pro­ta­gó­ni­co está muy bien carac­te­ri­za­do. Giles Lellou­che se des­ta­ca des­ti­lan­do el lado oscu­ro de Mer­cier quien como un des­pre­cia­ble opor­tu­nis­ta y envi­dio­so de la habi­li­dad arte­sa­nal de su ex patrón no tie­ne escrú­pu­lo alguno para recu­rrir a un repu­dia­ble acto cobar­de. Girar­deau ofre­ce una pres­ta­ción irre­pro­cha­ble como la mujer de Mer­cier que al com­pro­bar su mal­dad no duda en con­mi­se­rar­se y ayu­dar a Haff­mann. Al lado de ambos el vete­rano Auteuil nue­va­men­te con­fir­ma su talen­to acto­ral en un rol que aun­que emo­cio­nal­men­te con­te­ni­do expre­sa muy bien el sen­ti­mien­to de des­ilu­sión y frus­tra­ción de Haff­mann al ver que es humi­lla­do y trai­cio­na­do por el emplea­do que había mere­ci­do su ente­ra confianza.

En esen­cia, la exce­len­te actua­ción de su elen­co es lo que valo­ri­za a este dra­ma his­tó­ri­co refle­jan­do en la fic­ción una de las dra­má­ti­cas situa­cio­nes acae­ci­das duran­te el trá­gi­co con­flic­to béli­co. Jor­ge Gutman

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