Crónica de Jorge Gutman
APRIL FOOLS. Autora: Keren Peles. Adaptación: Akiva Romer-Segal. Traduccion del Hebreo al Inglés:: Shelly Ben Shachar. Dirección: Moshe Kepten. Dirección Músical: Nick Burgess. Coreografía: Sean Cheesman. Elenco: Eva Foote, Daniel Murphy, Julia Juhas, Dominique LeBlanc, Heather McGuigan, Jamie McRoberts, Ruthie Nkut, Zou Zou Robidoux, Rosie Callaghan y Andrew Shaver. Decorados: Brian Dudkiewicz. Vestuario: Louise Bourret. Iluminación: Martin Sirois. Video: VideoCompany. Sonido: Sly Sévigny. Asistente de Dirección: Lisa Rubin. Duración: 1h35 sin entreacto. Representaciones: Hasta el 22 de mayo de 2022 en la sala principal del Segal Centre.
Después del último cierre de las salas de espectáculos, el Centro Segal retorna en gran forma ofreciendo un remarcable espectáculo musical con April Fools. Esta obra fue concebida por la exitosa pianista, cantante y compositora israelí Keren Peles quien habiéndola estrenado en Israel en 2018 ha sido aclamada por el púbico; más aún, esta celebrada artista que en dos oportunidades fue consagrada como “la cantante israelí del año”, es considerada como una super estrella en Israel cuya popularidad es comparable a la de Celine Dion a nivel muindial.
La pieza asume el carácter de un espectáculo musical donde a través de sus canciones va desarrollándose la trama argumental centrada en la infidelidad conyugal. La actriz Eva Foote que hace cuatro años incursionó en el Centro Segal dejando una magnífica impresión en el musical Once aquí retorna exitosamente para animar a Eva, una cantante y pianista de música pop que actúa diariamente en un cabaret acompañada de una pequeña banda musical. No obstante que lleva una vida matrimonial aparentemente perfecta como esposa y madre de dos hijos, personalmente no logra sentirse satisfecha; es así que ha logrado vincularse con Daniel (Daniel Murphy), un fotógrafo además de cantante guitarrista, con quien llega a mantener un apasionado affaire. Aunque ella está profundamente enamorada de él, para su amante ‑quien está próximo a contraer matrimonio con una joven que habita en Nueva Zelandia- es solo el placer sexual lo que le une a Eva; así, entre la comunicación mantenida a través de sus aparatos móviles y los encuentros físicos prosigue el desarrollo de la trama. Dentro de este contexto, Eva no puede eludir de su mente su infidelidad conyugal y es así que en la misma acuden varias voces internalizadas a través del accionar de 6 mujeres adoptando los roles de la confidencia (Julia Juhas), la duda (Dominique LeBlanc), la moralidad (Heather McGuigan), la libido (Jamie McRoberts, la poeta (Ruthie Nkut).y la música (Zou Zou Robidoux).
Como elemento distintivo del relato, el espectáculo permite que la audiencia se convierta en parte activa del mismo empleando sus celulares para seguir las alternativas de los textos que intercambian los amantes.
No es muy frecuente apreciar una audacia como la que se exhibe en este erótico y sensual musical, pero lo encomiable es la forma de su tratamiento. En tal sentido cabe elogiar la propuesta escénica del director Moshe Kepten quien es el director artístico del Teatro Nacional Habima de Israel y además ha sido aplaudido por su trabajo en obras musicales incluyendo la presente. En esta oportunidad vertió su amplio conocimiento teatral para lograr que el erotismo emanado de la pieza incluyendo las escenas de intimidad sexual con simulacro de orgasmo, hayan sido montadas con máxima pulcritud para que de ningún modo llegara a incomodar a la audiencia; a ello se agrega la habilidad de haber logrado la fluidez en el desplazamiento continuo de los artistas en el marco de un reducido escenario. Asimismo no menos importante es que Kepten haya contado con la colaboración de Lisa Rubin como asistente de dirección, quien es la dinámica directora ejecutiva y artística del Centro Segal.
Otro factor relevante de esta producción es la excelente coreografía alcanzada por Sean Cheesman. Con la acertada precisión de un fino reloj de orfebrería, el coreógrafo logra un ensamble perfecto de las canciones y danzas realizadas por el elenco.
Y a propósito del elenco si bien en primera instancia el foco de la historia se centraliza en Foote y Murphy transmitiendo el ardor de la pasión sexual, no menos importante es la actuación de las seis artistas que a la manera de un coro griego interpretan las voces internas de Eva y que además se lucen como instrumentistas de la pequeña banda de música bajo la dirección musical de Nick Burgess; la energía y entusiasmo desplegados durante todo el espectáculo llega a contagiar vivamente al espectador.
Palabras finales ameritan el eficiente diseño de iluminación de Martin Sirois y en especial el diseño de video que para quienes no disponen de celulares pueden seguir los diálogos texteados, además de las comunicaciones que mantiene Eva con su hijito Josh (voz de Andrew Shaver).
En conclusión: el público de Montreal tiene la oportunidad de apreciar un espectáculo de notable jerarquía a través de un erótico drama romántico ataviado de una atractiva partitura con 8 actores de primer nivel, una impecable puesta escénica y una extraordinaria coreografía.