Crónica de Jorge Gutman
ANNIE, LA COMEDIA MUSICAL
Después de haberse cancelado su presentación por espacio de una semana debido al Covid 19 que afectó a una veintena del equipo participante, finalmente ha visto la luz Annie – La Comédie Musicale, la producción que el Festival Juste pour rire ofrece durante la presente temporada estival en el Teatro Saint-Denis.
Desde su estreno en Broadway, en Abril de 1977, la pieza concebida por Thomas Meehan con canciones compuestas por Charles Strouse además de haber sido galardonada con 7 premios Tony, ha sido representada en 34 países con un éxito extraordinario. Siendo la primera vez por quien escribe estas líneas de juzgarla en idioma francés, desde el vamos se puede anticipar que la traducción realizada por el director Serge Denoncourt y de la letra de las canciones, en este caso con la participación de Manuel Tadros, es a todas luces maravillosa, en la medida que esta Annie reproduce el espíritu de la versión original inglesa.
No es necesario explicitar la historia que transcurre en Nueva York, en los comienzos de la década del 30, época de la gran depresión. En ese entorno, la huérfana Annie de 11 años acompañada de su perrita Sandy, anhela encontrar algún día a sus padres, mientras permanece en un orfanato junto con otras compañeritas, sufriendo las humillaciones de la malvada guardiana; la niña está lejos de sospechar que por un vaivén favorable del destino su vida habrá de cambiar.
Más allá de su emotiva trama, interesa destacar aquí los estupendos valores del espectáculo, comenzando por la interpretación. Ha sido un gran hallazgo el haber seleccionado a Kayla Tucker quien con increíble desenvoltura y contagioso entusiasmo se introduce en la piel de la pelirroja e inteligente Annie; verla actuar, cantar y bailar, pareciera que se está frente a la auténtica heroína. Igualmente impresionante es la caracterización que realiza Geneviève Alarie dando vida a Madame Hannigan, la despótica, gruñona y alcohólica directora del orfanato dedicada a explotar salvajemente a las niñas. Por su parte es ampliamente convincente la participación de David Savard como el multimillonario Warbucks quien con su frialdad de empresario terminará derritiendo su corazón al salir al encuentro de la cautivante Annie. Véronique Claveau sale airosa animando a la secretaria de Warbucks, en tanto que Kevin Houle y Émily Bégin satisfactoriamente caracterizan al dúo de truhanes que disfrazados apropiadamente pretenden asumir la paternidad de Annie. Párrafo aparte merece la actuacion de las 12 menores intérpretes„entre las mismas la benjamina del grupo Juliette Aubin„ animando a las huérfanas del orfanato a través del canto y baile en conjunto. Por último la canina Chloée, admirablemente amaestrada, se comporta como una artista profesional en las escenas en que aparece al lado de Annie.
La coreografía es otro de los sólidos valores de esta producción en la que la coreógrafa Wynn Holmes de manera estupenda conjugó el teatro, la música y las danzas a fin de permitir el eficiente avance de la narración.
En esta época en que la escenografía suele ser minimalista, no deja de sorprender la extraordinaria concepción obtenida por Guillaume Lord; es así que se asiste sin notarlo a varios cambios de decorados realizados con inusitada rapidez y eficiencia; son dignos de destacar el dormitorio de las niñas, el interior del orfanato, las calles de un sector desfavorecido de Nueva York por la depresión económica; la lujosa mansión del potentado Warbucks; el estudio de una emisora radial, así como el despacho del Presidente Roosevelt (Joseph Bellerose) en ocasión de la visita que efectúa Annie a la Casa Blanca.
Los números musicales constituyen otro de los pilares del espectáculo, con la dirección musical y arreglos del pianista Lorenzo Somma. La melodía más popular es Demain vocalizada por Annie; que a través de su letra, elle le hace saber al Primer Mandatario que no obstante la gran crisis económica que vive el país, hay un “Mañana” en que la dramática situación de la población habrá de revertirse con el sol comenzando nuevamente a brillar.
Serge Denouncourt reafirma una vez más que es uno de los más grandes directores de la escena canadiense; en esta oportunidad ha logrado una deslumbrante puesta escénica que permite resaltar esta gran producción..En conclusión, Annie, la comédie musicale es un espectáculo a todas luces brillante, capaz de satisfacer tanto al púbico adulto como a la población menuda, permitiendo que se salga feliz del teatro tarareando Tomorrow.
La pieza seguirá representándose en el Teatro Saint-Denis hasta el 31 de julio para posteriormente ser ofrecida en el auditorio Albert Rousseau de Quebec, a partir del 12 de agosto.
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