ETERNAL SPRING / PRINTEMPS ÉTERNEL Canadá, 2022. Un documental escrito y dirigido por Jason Loftus. 86 minutos
Con el antecedente de la cálida recepción recibida en el Festival Hot Docs de este año ahora se estrena Eternal Spring, un encomiable híbrido documental de Jason Loftus que representará a Canadá en la competencia del Oscar a Mejor Película Internacional.
La historia se remonta a un episodio acontecido en la ciudad de Changchun, localizada al norte de China con una población de 7 millones, teniendo como antecedente la decisión adoptada por el gobierno chino que prohibió en julio de 1999 las operaciones de Falun Gong. Esta asociación espiritual creada en 1992 tenía como propósito la práctica de ejercicios de meditación fundados en la verdad, benevolencia y tolerancia, pero su gran popularidad lograda al poco tiempo constituyó una amenaza para el gobierno dictatorial de Jiang Zemin quien lanzó una gran represión contra sus miembros.
Como consecuencia de esa interdicción, casi una veintena de practicantes de ese grupo espiritual recurrieron a una audaz maniobra que se cristalizó el 5 de marzo de 2002. Ese día ellos lograron piratear una emisora de televisión estatal por cable en el espacio de mayor difusión para denunciar la desinformación efectuada por el gobierno y la represión ejercida contra la etnia musulmana de los uigures y los musulmanes budistas.
Merced a la excelente participación del dibujante chino Daxiong, hoy residente en Toronto y que aunque no estuvo implicado directamente en la operación fue testigo de la misma, este documental cobra una inusual solidez. A través de sus magníficos esbozos e ilustraciones realizados con su compañía quedan reproducidas de manera estupenda la ejecución del plan, su repercusión y las dramáticas consecuencias producidas por este sorprendente suceso donde más de 5000 integrantes de Falun Gong, siendo algunos de ellos ejecutados. Asimismo, en un enfoque más tradcional, el documental destaca el encuentro de Daxiong con algunos de los sobrevivientes que pudieron escapar de China y lograron exiliarse en Corea del Sur, Estados Unidos y Canadá.
Mediante una impecable realización en la que Loftus mencionó la contribución de su esposa Masha, que precisamente es oriunda de Changchun, este documental constituye una dramática denuncia hacia toda forma de supresión de los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión y del credo religioso. Lamentablemente, a pesar de haber transcurrido más de dos décadas de lo que refleja este film, el grave problema sigue subsistiendo al constatar las medidas que el actual gobierno chino ejerce en la población de Hong Kong, Xinjiang y Tibet así como lo que acontece en Myanmar y en otras regiones del mundo.
Por su contenido y sus excelentes valores visuales de animación, este remarcable documental impide que el espectador se mantenga indiferente y es decididamente recomendable. Jorge Gutman