TÁR. Estados Unidos, 2022. Un film escrito y dirigido por Todd Field. 158 minutos
Tras 16 años de ausencia luego de estrenar su segundo film Little Children, el director Todd Field retorna con Tár narrando la historia de una afamada compositora y directora musical. El estudio que efectúa Todd es tan completo que en más de una ocasión se tiene la impresión de contemplar un documental antes que un relato de ficción; en gran parte eso es debido a la extraordinaria actuación de Cate Blanchett en el rol protagónico en el que uno cree estar observando a una persona real y no a un personaje ficticio.
Blanchett personifica a Lydia Tár, cuyos innumerables logros artísticos, entre ellos la de haber sido la primera mujer en desempeñar el cargo de directora invitada de la Orquesta Filarmónica de Berlín, son resaltados en una entrevista que le efectúa el periodista y escritor Adam Gopnik (interpretándose a sí mismo). Durante el transcurso de la misma, después de mencionar a Leonard Bernstein como el mentor de su carrera, ella se refiere a los ensayos que está realizando para un próximo registro de la Quinta Sinfonía de Mahler y cómo la especial vinculación del compositor con su esposa Alma influyó para lograr esta notable obra sinfónica. En esa entrevista asimismo remarca que un buen director de orquesta debe saber manejar el tiempo y la manera de enfocar su propia visión al enfrentar la partitura del compositor.
Durante los ensayos que se realizan se observa a Francesca (Noémie Merlant), la leal asistente personal de Tár quien eventualmente aspira a obtener el cargo de directora adjunta. En su vida privada, Lydia comparte su vivienda con su amante Sharon (Nina Hoss) que es la concertina de la orquesta y madre de la niña Petra (Mila Bogojevic) por quien la directora guarda un cariño maternal.
En una de las clases maestras que ofrece en la prestigiosa escuela musical Juillard de New York se produce un roce particular con Max (Zethpan Smith-Gneist), uno de los alumnos, quien de plano rechaza a Bach. Ella trata de demostrar la maestría del inmortal compositor tocando brevemente en el piano uno de sus bellos preludios, pero Max no lo admite aludiendo que el compositor había sido un misógino. De este enfrentamiento surge el tema sobre la importancia de separar la riqueza creativa de un artista de su vida privada.
Lo que realmente intriga a la vez que fascina es la enigmática personalidad de Lydia en la que su pasión por la música constituye la razón de su vida. Dentro de la variedad de gamas que adopta su comportamiento, por una parte se la contempla como una mujer segura de sí misma, que mantiene un trato cordial con los miembros de la orquesta y con todos aquéllos que la rodean; asimismo deja entrever su autoritarismo y oculto manipuleo hasta llegar a provocar situaciones de innecesario confrontamiento cuando caprichosamente y abusando de su poder se desprende de Sebastian (Allan Corduner), el viejo director adjunto de la orquesta.
Todd no deja de lado la acción de las redes sociales y la difusión de rumores que pueden empañar la vida de una artista, como es el caso de Tár cuando inesperadamente se la acusa de haber sido la causante del suicidio de una chica que ella había protegido. Aunque ese aspecto no queda bien clarificado, la caída en desgracia de la célebre directora se asocia a los numerosos casos que han habido a raíz del movimiento #metoo.
Como quedó mencionado al comienzo de esta nota, la caracterización que logra Blanchett es excepcional denotando a través de sus gestos, movimientos, inflexión de voz, facetas de la compleja personalidad de Tár; además es encomiable el manejo del idioma alemán de la actriz en las escenas en que su personaje ensaya con los miembros de la Orquesta Sinfónica de Berlín. Habiendo ganado el premio a la mejor actriz en el Festival de Venecia, no resulta difícil apostar que será nominada en la carrera del Oscar. Los méritos de Blanchett no ensombrecen las genuinas caracterizaciones logradas por otros miembros del elenco, incluyendo a Merlant, Hoss, Corduner y Sophie Krauer animando a una violonchelista rusa por la que Tár se siente atraída.
En líneas generales, Field ha obtenido un muy buen drama musical y un fascinante retrato humano de su protagonista; al hacerlo destaca el proceso de creatividad de una mújer de ambivalente personalidad, el lugar que ocupa como directora en un universo dominado fundamentalmente por hombres y sobre todo dejando abierta la pregunta de si la cultura debe o no ser tenida en cuenta cuando surgen aristas ocultas de la vida privada de un artista. Jorge Gutman