L’ORIGINE DU MAL / THE ORIGIN OF EVIL. Canadá-Francia, 2022. Un film escrito y dirigido por Sébastien Marnier. 122 minutos
Como en algunos filmes de Hitchcock o más cercanamente de Chabrol, este thriller tiene la particularidad de que nada es como parece ser; en consecuencia, hay más de una sorpresa que el realizador Sébastien Marnier depara en su guión.
El relato comienza con Stéphane (Laure Calamy) quien trabajando en una manufactura empaquetadora de pescados vive humildemente en un lugar que arrienda y que en breve tiempo será desalojada del mismo; asimismo se la ve visitando la cárcel donde se encuentra su pareja lesbiana (Suzanne Clément) purgando un delito. Para mejorar su situación económica logra identificar el teléfono de su distanciado padre Serge (Jacques Weber), un hombre maduro de excelente situación económica quien desde hace tiempo formó una nueva familia a la que ella nunca llegó a conocer. Prontamente Stéphane se dirige a la isla de Porquerolles ubicada al sureste de Francia, donde su progenitor la aguarda y traslada a su fastuosa mansión; allí conoce a su esposa Stella (Dominique Blanc), a su hija George (Doria Tillier) y la empleada doméstica Agnês (Veronique Ruggia), donde cada uno de estos personajes está munido de especiales características. Serge que acoge amablemente a Stéphane tiene algunos raptos de violencia hacia su mujer quien es una compulsiva compradora, en tanto que George es una chica de firme carácter decidida en ocuparse de las finanzas de su padre enfermo y que considera a Stéphane como intrusa; finalmente Agnês es la suspicaz sirvienta que merodea alrededor de la familia para estar al tanto de lo que sucede alrededor suyo.
Como el relato es efectuado desde la óptica de Stéphane, nada se sabe de su propia familia, pero lo que queda claro es que tanto ella como Stella y Agnès están interesadas en la herencia del frágil Serge y para ello complotan tratando de declararlo senil. Lo que sobreviene a continuación no conviene revelar porque eliminaría el suspenso del relato; pero no es indiscreción señalar que la historia deviene más complicada en la medida que entra en juego la apropiación de identidad de uno de los personajes motivando que al final emerja un imprevisible villano.
No existe un mensaje preciso que se desprenda de esta historia, aunque el origen del mal ‑al que alude el título del film– radica en la codicia de sus personajes por el dinero sin que exista un comportamiento moral como tampoco humano que los pueda destacar. Ciertas inconstancias del guión que resisten credibilidad son atenuadas por la mesurada dirección de Marnier y el satisfactorio elenco encabezado por la solvente actuación de Calamy permitiendo que sin ser excepcional L’Origine du Mal conforme un intrigante thriller.
Jorge Gutman