Rei­vin­di­ca­ción Femenina

WOMEN TAL­KING. Esta­dos Uni­dos, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Sarah Polley. 104 minutos.

La muy bue­na actriz y remar­ca­ble direc­to­ra Sarah Polley se ubi­ca nue­va­men­te detrás de la cáma­ra para ilus­trar un sóli­do dra­ma de con­cien­ti­za­ción y rei­vin­di­ca­ción femenina.

Una esce­na del elenco

Has­ta la fecha se han vis­to varios fil­mes con­si­de­ran­do la vio­len­cia físi­ca a la que la mujer ha sido expues­ta. En este caso abor­dan­do el mis­mo tópi­co Polley adap­tó una nove­la publi­ca­da en 2018 de la escri­to­ra Miriam Toews en la que rela­ta nefas­tos hechos acae­ci­dos en el seno de una comu­ni­dad meno­ni­ta en Bolivia.

El rela­to de la rea­li­za­do­ra se ubi­ca en 2010 den­tro de una comu­ni­dad igual­men­te meno­ni­ta y reli­gio­sa, don­de las muje­res son pri­va­das del dere­cho de apren­der a leer y escri­bir. En ausen­cia tran­si­to­ria de los hom­bres, las dos damas mayo­res Aga­ta (Judith Ivey) ‑madre de Ona (Roo­ney Mara) y Salo­mé (Clai­re Joy)- y Gre­ta (Shei­la McCarthy) ‑pro­ge­ni­to­ra de Mari­che (Jes­sie Buc­kley) con­vo­can a sus fami­lias a un cón­cla­ve para tomar con­cre­ta acción fren­te al horror que las muje­res han sufri­do por la vio­len­cia mas­cu­li­na al haber sido dro­ga­das y vio­la­das en esta­do de incons­cien­cia; afor­tu­na­da­men­te, esas nefas­tas esce­nas no son expli­ci­ta­das en la pan­ta­lla. La reu­nión tie­ne lugar en un pajar y todo está dis­pues­to para que el gru­po feme­nino se pro­nun­cie al respecto.

El guión de Polley ofre­ce un monó­lo­go pre­ci­so a cada una de las muje­res quie­nes debe­rán optar por seguir man­te­nien­do el sta­tu quo exis­ten­te y per­do­nar a los agre­so­res, aban­do­nar la comu­ni­dad con el ries­go de que­dar exco­mul­ga­das, o que­dar­se para luchar fie­ra­men­te con­tra sus asal­tan­tes. En esa asam­blea, las prin­ci­pa­les inter­ven­cio­nes están a car­go de Ona, su her­ma­na Salo­mé y Mari­che. Ona ‑que se encuen­tra emba­ra­za­da por haber sido víc­ti­ma de agre­sión sexual- no pue­de ocul­tar su esta­do y se pro­nun­cia a favor de que las muje­res pue­dan lograr un nivel de edu­ca­ción que les per­mi­ta hacer­se valer en las deci­sio­nes que se tomen en la comu­ni­dad; por su par­te, Salo­mé abo­ga con fie­re­za por el enfren­ta­mien­to con los machis­tas de la colo­nia en tan­to que Mari­che pre­fie­re irse defi­ni­ti­va­men­te del tóxi­co lugar. En el momen­to de la vota­ción, una opción que­da exclui­da mien­tras que las otras dos resul­tan empa­ta­das y por lo tan­to se impo­ne una deci­sión final. Con el gru­po se encuen­tra August (Ben Whishaw), el noble maes­tro de escue­la y úni­co hom­bre res­pe­ta­do por estas anal­fa­be­tas muje­res, quien como tes­ti­go de lo que suce­de en el recin­to se encar­ga de pre­pa­rar las minu­tas de la reunión.

La con­cep­ción del sub­ver­si­vo rela­to sub­yu­ga por la inter­ac­ción man­te­ni­da entre sus per­so­na­jes a tra­vés de sus ani­ma­dos diá­lo­gos. Sin embar­go, lo expues­to se ase­me­ja más a tea­tro fil­ma­do con un úni­co esce­na­rio en su mayor par­te: a ello se agre­ga que el rit­mo impues­to por Polley decae a tra­vés de pro­lon­ga­das esce­nas repe­ti­ti­vas lo que con­tri­bu­ye a que en un momen­to dado el tedio se haga sentir.

Lo que es indis­cu­ti­ble es su mag­ní­fi­co elen­co don­de ade­más de los artis­tas men­cio­na­dos, el repar­to se com­ple­ta con la par­ti­ci­pa­ción de Kate Hallett dan­do vida a Aut­je quien es la narra­do­ra de la his­to­ria, Liv McNeil como Neit­je, su gran ami­ga y muy espe­cial­men­te en un bre­ve y mag­ní­fi­co desem­pe­ño la pre­sen­cia de la vete­ra­na Fran­ces McDor­mand carac­te­ri­zan­do a una madu­ra mujer que pron­ta­men­te se reti­ra de la reu­nión por­que de nin­gún modo acep­ta la idea de dejar la comunidad.

En esen­cia, aun­que sin agre­gar nada nue­vo a lo ya cono­ci­do Women Tal­king cons­ti­tu­ye un posi­ti­vo ale­ga­to reafir­man­do el pre­di­ca­men­to del movi­mien­to #metoo en su denun­cia del abu­so y vio­len­cia sexual de la mujer y la miso­gi­nia impe­ran­te. Jor­ge Gutman

Inex­pli­ca­ble Infanticidio

SAINT OMER. Fran­cia, 2022. Un film de Ali­ce Diop. 122 minutos

La expe­ri­men­ta­da docu­men­ta­lis­ta Ali­ce Diop abor­da por pri­me­ra vez un lar­go­me­tra­je de fic­ción y su debut no pudo haber sido más aus­pi­cio­so al haber logra­do una his­to­ria de con­si­de­ra­ble impac­to emo­cio­nal. La rea­li­za­do­ra se ha ins­pi­ra­do en el infan­ti­ci­dio come­ti­do por Fabienne Kanou en noviem­bre de 2013 al haber aban­do­na­do en horas noc­tur­nas a su hiji­ta de 15 meses en una pla­ya del nor­te de Fran­cia, aguar­dan­do a que la alta marea del mar la arras­tra­ra consigo.

Gus­la­gie Malanda

El guión de Diop com­par­ti­do con Amri­ta David y Marie Ndia­ye intro­du­ce a Rama (Kay­jie Kaga­me), una joven escri­to­ra fran­co-sene­ga­le­sa que para su pró­xi­mo libro tie­ne pro­yec­ta­do aden­trar­se en una ver­sión con­tem­po­rá­nea del mito de Medea. La oca­sión no pudo haber­le sido más pro­pi­cia cuan­do se pre­sen­ta el caso de un fili­ci­dio don­de Lau­ren­ce Coly (Gus­la­gie Malan­da), una inmi­gran­te de Sene­gal, es acu­sa­da de haber mata­do a su hiji­ta de 15 meses en Saint-Omer, por lo tan­to Rama está dis­pues­ta a asis­tir al juicio.

La gran atrac­ción del rela­to resi­de en la enig­má­ti­ca per­so­na­li­dad de Lau­ren­ce quien al ser inte­rro­ga­da por la jue­za (Valé­rie Dré­vi­lle) mani­fies­ta abier­ta­men­te que ella es la res­pon­sa­ble del cri­men come­ti­do; lo más sor­pren­den­te es que ade­más de con­si­de­rar­se ino­cen­te desea saber las razo­nes que la impul­sa­ron a come­ter el abo­mi­na­ble cri­men de la cria­tu­ra a la que ella fer­vien­te­men­te amó. Con todo, apa­ren­te­men­te no exis­te moti­vo alguno para supo­ner que Lau­ren­ce pade­ce de des­equi­li­brio mental.

Si bien la mayor par­te de esta his­to­ria se con­cen­tra en el jui­cio desa­rro­lla­do a lo lar­go de varias jor­na­das, el rela­to igual­men­te enca­ra la situa­ción per­so­nal y fami­liar de Rama; estan­do casa­da con Adrien (Tho­mas de Pour­query) ella se encuen­tra en los pri­me­ros esta­dios de emba­ra­zo, hecho que le ocul­ta a su madre con quien man­tie­ne una difí­cil rela­ción. A medi­da que la audien­cia pro­si­gue Rama se intere­sa con mayor inten­si­dad en el caso de la incul­pa­da y de qué mane­ra eso podrá influir en su futu­ra mater­ni­dad tenien­do en cuen­ta cier­tos trau­mas expe­ri­men­ta­dos en el pasa­do; por lo tan­to su esta­do aní­mi­co está vin­cu­la­do con lo que el des­tino le aguar­da­rá a Laurence.

Con una mag­ní­fi­ca pues­ta escé­ni­ca más pro­pia de un docu­men­tal que de una his­to­ria de fic­ción, la rea­li­za­do­ra per­mi­te que el rela­to con­cen­tre per­ma­nen­te­men­te la aten­ción del espec­ta­dor; ade­más de la direc­ción y del sóli­do guión, las remar­ca­bles actua­cio­nes de Kaga­me y de Malan­da resal­tan los valo­res de este exce­len­te film que obtu­vo el Gran Pre­mio del Jura­do en el fes­ti­val de Vene­cia de 2022. Jor­ge Gutman 

Un Enga­ño­so Thriller

L’ORIGINE DU MAL / THE ORI­GIN OF EVIL. Cana­dá-Fran­cia, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Sébas­tien Mar­nier. 122 minutos

Como en algu­nos fil­mes de Hitch­cock o más cer­ca­na­men­te de Cha­brol, este thri­ller tie­ne la par­ti­cu­la­ri­dad de que nada es como pare­ce ser; en con­se­cuen­cia, hay más de una sor­pre­sa que el rea­li­za­dor Sébas­tien Mar­nier depa­ra en su guión.

Lau­re Calamy

El rela­to comien­za con Stépha­ne (Lau­re Calamy) quien tra­ba­jan­do en una manu­fac­tu­ra empa­que­ta­do­ra de pes­ca­dos vive humil­de­men­te en un lugar que arrien­da y que en bre­ve tiem­po será des­alo­ja­da del mis­mo; asi­mis­mo se la ve visi­tan­do la cár­cel don­de se encuen­tra su pare­ja les­bia­na (Suzan­ne Clé­ment) pur­gan­do un deli­to. Para mejo­rar su situa­ción eco­nó­mi­ca logra iden­ti­fi­car el telé­fono de su dis­tan­cia­do padre Ser­ge (Jac­ques Weber), un hom­bre madu­ro de exce­len­te situa­ción eco­nó­mi­ca quien des­de hace tiem­po for­mó una nue­va fami­lia a la que ella nun­ca lle­gó a cono­cer. Pron­ta­men­te Stépha­ne se diri­ge a la isla de Por­que­ro­lles ubi­ca­da al sur­es­te de Fran­cia, don­de su pro­ge­ni­tor la aguar­da y tras­la­da a su fas­tuo­sa man­sión; allí cono­ce a su espo­sa Ste­lla (Domi­ni­que Blanc), a su hija Geor­ge (Doria Tillier) y la emplea­da domés­ti­ca Agnês (Vero­ni­que Rug­gia), don­de cada uno de estos per­so­na­jes está muni­do de espe­cia­les carac­te­rís­ti­cas. Ser­ge que aco­ge ama­ble­men­te a Stépha­ne tie­ne algu­nos rap­tos de vio­len­cia hacia su mujer quien es una com­pul­si­va com­pra­do­ra, en tan­to que Geor­ge es una chi­ca de fir­me carác­ter deci­di­da en ocu­par­se de las finan­zas de su padre enfer­mo y que con­si­de­ra a Stépha­ne como intru­sa; final­men­te Agnês es la sus­pi­caz sir­vien­ta que mero­dea alre­de­dor de la fami­lia para estar al tan­to de lo que suce­de alre­de­dor suyo.

Como el rela­to es efec­tua­do des­de la ópti­ca de Stépha­ne, nada se sabe de su pro­pia fami­lia, pero lo que que­da cla­ro es que tan­to ella como Ste­lla y Agnès están intere­sa­das en la heren­cia del frá­gil Ser­ge y para ello com­plo­tan tra­tan­do de decla­rar­lo senil. Lo que sobre­vie­ne a con­ti­nua­ción no con­vie­ne reve­lar por­que eli­mi­na­ría el sus­pen­so del rela­to; pero no es indis­cre­ción seña­lar que la his­to­ria devie­ne más com­pli­ca­da en la medi­da que entra en jue­go la apro­pia­ción de iden­ti­dad de uno de los per­so­na­jes moti­van­do que al final emer­ja un impre­vi­si­ble villano.

No exis­te un men­sa­je pre­ci­so que se des­pren­da de esta his­to­ria, aun­que el ori­gen del mal ‑al que alu­de el títu­lo del film– radi­ca en la codi­cia de sus per­so­na­jes por el dine­ro sin que exis­ta un com­por­ta­mien­to moral como tam­po­co humano que los pue­da des­ta­car. Cier­tas incons­tan­cias del guión que resis­ten cre­di­bi­li­dad son ate­nua­das por la mesu­ra­da direc­ción de Mar­nier y el satis­fac­to­rio elen­co enca­be­za­do por la sol­ven­te actua­ción de Calamy per­mi­tien­do que sin ser excep­cio­nal L’Origine du Mal con­for­me un intri­gan­te thriller.
Jor­ge Gutman

Una Hila­ran­te Comedia

JACK ABSO­LU­TE FLIES AGAIN

Kel­vin Flet­cher y Lau­rie David­son. (Foto: Brinkhoff Moegenburg)

En una nue­va pre­sen­ta­ción tea­tral des­de los esce­na­rios de Ingla­te­rra, Natio­nal Thea­tre Live pre­sen­ta­rá en los cines cana­dien­ses la obra de Richard Bean y Oli­ver Chris, Jack Abso­lu­te Flies Again que se repre­sen­tó en el tea­tro Oli­vier de Lon­dres duran­te el verano del año pasa­do y ha sido fil­ma­da en una de sus representaciones.

Lau­rie David­son. (Foto: Brinkhoff Moegenburg)

La pie­za que está diri­gi­da por Emily Burns está basa­da en la obra The Rivals de Richard Brins­ley She­ri­dan que escri­ta en 1775 cons­ti­tu­ye una sáti­ra social de los valo­res impe­ran­tes en el siglo XVIII.

Caro­li­ne Quen­tin y Peter For­bes. (Foto: Brinkhoff Moegenburg)

En esta pro­duc­ción Bean y Chris reubi­ca­ron la his­to­ria en el siglo 20 cuya acción trans­cu­rre en Ingla­te­rra duran­te la Segun­da Gue­rra en Mala­prop Man­sions, que alber­ga tran­si­to­ria­men­te a una ofi­ci­na de la RAF (Royal Air For­ce). Allí se desem­pe­ñan varios pilo­tos de gue­rra y uno de ellos es Jack Abso­lu­te (Lau­rie David­son) quien en su retorno al país tra­ta de con­quis­tar a Lydia Lan­gue (Nata­lie Sim­pson), la mujer de sus sue­ños quien es tam­bién pilo­to. En tan­to ella, que en la ver­sión actual es una deter­mi­na­da femi­nis­ta, a su vez está fuer­te­men­te atraí­da por Dud­ley Scunthor­pe (Kel­vin Flet­cher), un mecá­ni­co de la cla­se obre­ra quien está ena­mo­ra­do de otra mujer.

Sin nece­si­dad de pro­se­guir en el desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos, se pue­de anti­ci­par que esta reide­ra come­dia nutri­da de fal­sas iden­ti­da­des y de trián­gu­los amo­ro­sos ha satis­fe­cho a la mayo­ría de la crí­ti­ca lon­di­nen­se des­ta­can­do la ágil pues­ta escé­ni­ca de Burns y el entu­sias­mo des­ple­ga­do por el homo­gé­neo elen­co enca­be­za­do por David­son, Sim­pson, Flet­cher, Caro­li­ne Quen­tin, Kerry Howard y Peter For­bes. El repar­to se com­ple­ta con James Corri­gan, Theo Cowan, Shai­lan Gohil, Jor­dan Met­cal­fe, Akshay Sha­ran, Tim Steed, Hele­na Wil­son, Millie Hika­sa, Chris Jen­kins, Geor­ge Kemp, Joan­na McGuin­ness y Geof­frey Towers.

La pie­za será exhi­bi­da el 15 y 19 de Enero de 2023 en selec­tas salas de Cine­plex

Una Prin­ce­sa Rusa

FEDO­RA

En una nue­va trans­mi­siión des­de el Metro­po­li­tan Ope­ra (MET) a los cines del mun­do se podrá apre­ciar Fedo­ra, la ópe­ra de Umber­to Gior­dano (1867 – 1948) y libre­to de Artu­ro Colaut­ti que se basa en el dra­ma homó­ni­mo de Vic­to­rien Sar­dou y se dio a cono­cer en noviem­bre de 1898 en el Tea­tro Líri­co de Milán.

No obs­tan­te sus indu­da­bles méri­tos, esta ópe­ra no es muy fre­cuen­ta­da y el MET la repo­ne des­pués de 25 años de ausen­cia en su reper­to­rio. Estruc­tu­ra­da en tres actos la tra­ma se desa­rro­lla en la Rusia zaris­ta hacia fina­les del siglo 19 y trans­cu­rre en su comien­zo en San Peters­bur­go, pos­te­rior­men­te en París y final­men­te en los Alpes Sui­zos. Su pro­ta­go­nis­ta es Fedo­ra, una prin­ce­sa rusa, quien inten­ta ven­gar­se del Con­de Loris Ipa­noff por haber ase­si­na­do a su novio; sin embar­go antes de saber el moti­vo que con­du­jo al homi­ci­dio de su pro­me­ti­do y a ena­mo­rar­se de Loris, ella adop­ta una medi­da cuya con­se­cuen­cia moti­va­rá la muer­te del her­mano del Con­de y pos­te­rior­men­te la de su madre. El pro­fun­do remor­di­mien­to de Fedo­ra la impul­sa­rá a adop­tar una trá­gi­ca decisión.

Sonia Yon­che­va y Piotr Bec­za­la. (Foto: Ken Howard)

Este dra­ma de odio, pasión y cul­pa reúne bellas melo­días como el Inter­mez­zo del Segun­do Acto, así como emo­ti­vas arias inclu­yen­do entre otras O Gran­di occhi lucen­tiAmor ti vie­ta y Anda­te, anda­te pure.   

Esta crea­ción líri­ca requie­re que la pro­ta­go­nis­ta reúna impor­tan­tes apti­tu­des voca­les lo que en este caso ha sido logra­do por la remar­ca­ble soprano Son­ya Yon­che­va quien fue acla­ma­da cuan­do inter­pre­tó Fedo­ra en octu­bre de 2022 en la Sca­la de Milán. A su lado se dis­tin­guen el tenor Piotr Bec­za­la como el Con­de Loris, la soprano Rosa Feo­la ani­man­do a la Con­de­sa Olga Suka­rev, que es la sobri­na y con­fi­den­te de Fedo­ra, y el barí­tono Lucas Mea­chem encar­nan­do al Cón­sul de Fran­cia De Srieix; en otros roles par­ti­ci­pan el bajo-barí­tono Jeaong­cheof Cha, el bajo Richard Berns­tein y el pia­nis­ta Bryan Wagorn.

Rosa Feo­la y Lucas Mea­chem. (Foto: Ken Howard)

La pues­ta escé­ni­ca es de David McVi­car en tan­to que el maes­tro Mar­co Armi­lia­to tie­ne a su car­go la direc­ción orques­tal. La esce­no­gra­fía es de Char­les Edwards, el dise­ño de ves­tua­rio esde Bri­git­te Reif­fens­tuel en tan­to que Adam Sil­ver­man es res­pon­sa­ble del dise­ño de iluminación.

Fedo­ra será trans­mi­ti­da en direc­to y en alta fide­li­dad en nume­ro­sas salas de Cine­plex el 14 de enero de 2023 y nue­va­men­te difun­di­da el 4 de febre­ro de 2023

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