LE BLUE DU CAFTAN / THE BLUE CAFTAN. Francia-Marruecos-Bélgica-Dinamarca, 2022. Un film de Maryam Touzani. 122 minutos.
La realizadora marroquí Maryam Touzani que ya dio muestra de su madurez en su primer largometraje Adam (2019) , ahora vuelve a reafirmar su talento en Le Bleu du Caftan abordando varios temas muy bien entrelazados.
La acción transcurre en una antigua medina de Marruecos en donde habitan Halim (Saleh Bakri) y su esposa Mina (Lubna Azabal), una pareja de mediana edad que son dueños de una pequeña tienda dedicada a la elaboración de caftanes. El caftán de origen marroquí es una tradicional vestimenta usada especialmente en los países musulmanes que requiere especial dedicación para su confección. Es así que Halim como eficiente sastre artesanal dedica la mayor parte de su tiempo en la costura y el bordado de la tela a fin de lograr un óptimo resultado, sobre todo en un caftán azul que requiere gran cuidado. Por su parte Mina, a pesar de que se encuentra afectada por una grave enfermedad, no se inhibe para atender a la clientela como así también ocuparse de los aspectos administrativos. A fin de satisfacer la demanda existente, Halim ha contratado a Youssef (Ayoub Missioui), un joven aprendiz dispuesto a ayudarlo.
La presencia del muchacho y su afinidad con Halim es vista con suspicacia por Mina y eso es debido a que Halim es homosexual. Ese aspecto es narrado con especial fineza por Touzani a través de gestos y miradas que traducen más que un sinnúmero de palabras. No obstante que la mujer no ignora la orientación sexual de su marido, el matrimonio se ha mantenido muy unido a través del tiempo. Sin llevar una doble vida dentro del marco de un país musulmán, Halim logra satisfacer sus deseos en muy discretos y casuales encuentros en el baño turco local al cual suele concurrir.
El excelente guión de la realizadora con la colaboración de Nabil Ayouch ofrece una buena mirada a la vida cotidiana y sus costumbres de esa medina conservadora; eso queda ilustrado en una salida nocturna del matrimonio en que es detenido por un policía solicitando documentos de identidad o bien el certificado de casamiento. Asimismo, es apreciable la sutilidad empleada por la cineasta al enfocar la dinámica que se produce en la relación matrimonial con la presencia de Youssef reflejando la atracción existente entre él y Halim.
A través de la magnífica puesta escénica, Touzani permite que el film emocione genuinamente debido en gran parte a la excelente interpretación del trío protagónico. Así Bakri deslumbra como el ser vulnerable por haber vivido sexualmente reprimido a pesar de brindar un profundo amor hacia su mujer y que se desvela por atenderla de la mejor forma posible a medida que avanza su enfermedad terminal. Por su parte Azabal transmite con gran convicción la imagen de una mujer de firme carácter decidida a no claudicar y que amando entrañablemente a su marido cuida al mismo tiempo de que el negocio prosiga su marcha normal sin su presencia. Ambos actores permiten que sus personajes adquieran una notable complicidad y es así que en una de las escenas más conmovedoras del relato, él se disculpa ante ella por su orientación sexual en tanto que ella le responde que ha sido orgullosa de tenerlo como esposo. Por su parte Missioui gratamente impresiona como el joven que se va integrando al matrimonio y colabora con Halif en el cuidado de Mina cuando ella ya se encuentra impedida de mantenerse en pie.
En suma, he aquí un enternecedor drama que sublima al amor de un modo especial aceptando las diferencias, como asimismo permite que el espectador se imponga del minucioso trabajo involucrado en la confección de un caftán. Jorge Gutman