Com­pli­ca­cio­nes de un Docente

EL SUPLEN­TE. Argen­ti­na-Ita­lia-Méxi­co-Espa­ña, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Die­go Ler­man. 110 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Netflix 

Si al prin­ci­pio todo haría supo­ner que El Suplen­te se cen­tra en la rela­ción que se esta­ble­ce entre un edu­ca­dor y su alum­na­do, el rea­li­za­dor Die­go Ler­man aspi­ra a algo más al asu­mir un com­pro­mi­so social y polí­ti­co en el tema que abor­da. Lo que se pue­de des­de ya anti­ci­par es que el cineas­ta rati­fi­ca una vez más su talen­to de buen narra­dor como ya lo ha demos­tra­do en el pasa­do con Tan de Repen­te (2002), Mien­tras Tan­to (2006), La Mira­da Invi­si­ble (2010), Refu­gia­do (2014) y Una Espe­cie de Fami­lia (2017).

El pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria con­ce­bi­da por Ler­man, María Mei­ra y Lucia­na De Mello pre­sen­ta a Lucio Gar­men­dia (Juan Minu­jin), un inte­lec­tual frus­tra­do de apro­xi­ma­da­men­te cua­ren­ta años que al no fruc­ti­fi­car su carre­ra lite­ra­ria acep­ta el car­go de pro­fe­sor suplen­te de lite­ra­tu­ra en una escue­la secun­da­ria ubi­ca­da en la Isla Maciel, un subur­bio des­fa­vo­re­ci­do situa­do a cor­ta dis­tan­cia de Bue­nos Aires. Sin expe­ri­men­tar gran entu­sias­mo por la tarea que debe­rá efec­tuar, al poco tiem­po con­si­gue crear una atmós­fe­ra apa­ci­ble con sus ado­les­cen­tes estu­dian­tes. Esa pri­me­ra par­te del film en don­de se dis­cu­te en cla­se la uti­li­dad de la lite­ra­tu­ra con espe­cial refe­ren­cia a la poe­sía, está muy bien ela­bo­ra­da a tra­vés de intere­san­tes diá­lo­gos gene­ra­dos entre el pro­fe­sor y sus alum­nos poco entu­sias­tas en esa temática.

En el ámbi­to per­so­nal, Lucio está recien­te­men­te divor­cia­do de su mujer Marie­la (Bár­ba­ra Len­nie) y man­tie­ne una pro­ble­má­ti­ca rela­ción con su hija Sol (Rena­ta Ler­man) de 12 años al resis­tir­se a dar un examen para ingre­sar a un exi­gen­te y pres­ti­gio­so cole­gio; a ello cabe agre­gar su preo­cu­pa­ción por la enfer­me­dad de su padre Rober­to (Alfre­do Cas­tro) quien cono­ci­do como “El Chi­leno” es un apre­cia­do acti­vis­ta local que creó un come­dor comu­ni­ta­rio des­ti­na­do a per­so­nas de esca­sos recursos.

El fac­tor dis­pa­ra­dor del rela­to se pro­du­ce cuan­do lle­gan al esta­ble­ci­mien­to esco­lar fun­cio­na­rios de la gen­dar­me­ría y des­cu­bren la exis­ten­cia de estu­pe­fa­cien­tes; en ese escán­da­lo está invo­lu­cra­do Dilan (Lucas Arrúa), el alumno favo­ri­to de Lucio, obli­ga­do a actuar en la ven­ta de dro­gas bajo las órde­nes del capo nar­co­tra­fi­can­te local (Agus­tín Rit­tano) quien con ambi­cio­nes polí­ti­cas aspi­ra a ser el pró­xi­mo alcal­de. Con­se­cuen­te­men­te, Lucio está deter­mi­na­do a pro­te­ger la vida del mucha­cho y para ello cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de Car­men (María Mer­lino) una cole­ga pro­fe­so­ra de bio­lo­gía, a pesar de cier­ta resis­ten­cia por par­te de la direc­to­ra de la escue­la (Rita Cor­te­se). En tan­to, las cla­ses de Lucio son segui­das con la pre­sen­cia de un ins­pec­tor esco­lar (Sil­vio Puer­tas) quien como obser­va­dor está intere­sa­do por saber qué es lo que ense­ña a sus alumnos.

Den­tro de un sóli­do dra­ma bien estruc­tu­ra­do, Ler­man impri­me una diná­mi­ca pues­ta escé­ni­ca logran­do trans­mi­tir las ten­sio­nes pro­pias que se gene­ran cuan­do un edu­ca­dor que­da expues­to a situa­cio­nes com­ple­jas de carac­te­rís­ti­cas socia­les y polí­ti­cas de difí­cil reso­lu­ción. En tal sen­ti­do, la actua­ción de Minu­jin es estu­pen­da expre­san­do la varia­da gama de emo­cio­nes de su per­so­na­je que final­men­te logra­rá salir a flo­te al haber esta­ble­ci­do una corrien­te de fran­co afec­to y sim­pa­tía con sus estu­dian­tes al fina­li­zar el año esco­lar. El res­to del elen­co es asi­mis­mo satis­fac­to­rio con men­ción espe­cial de Cas­tro brin­dan­do una estu­pen­da actua­ción. Jor­ge Gutman