L’INNOCENT / THE INNOCENT. Francia, 2022. Un film de Louis Garrel. 99 minutos
He aquí una elegante comedia nutrida de gracia, romance, suspenso y acción que el realizador y actor Louis Garrel ha logrado con L’Innocent. El propósito de divertir y entretener a granel ha sido posible merced a la eficacia del buen guión del realizador compartido con Tanguy Viel y Naïla Guiguet, a su ritmo fluido y a un cuarteto de buenos actores que le insuflan brío y dinamismo a la historia narrada.
El comienzo del relato es sumamente ocurrente en donde se observa al viudo ictiólogo Abel (Garrel) que no puede ocultar su inquietud cuando su sexagenaria madre Sylvie (Anouk Grinberg) le comunica que se casará con Michel (Roschdy Zem), un reincidente convicto al que conoció mientras impartía clases de teatro en la cárcel. Con gran reluctancia y con un rostro lejos de expresar conformidad, Abel acude al enlace de la feliz pareja que tiene lugar en la prisión.
Una vez que obtiene su libertad, Michel se comporta de la manera más noble con Sylvie a quien le abre una florería para que se ocupe de la misma. Sin embargo, el impetuoso y desconfiado Louis a fin de proteger a su madre se dedica a investigar los pasos de su padrastro y en esa tarea detectivesca cuenta con la colaboración de su gran amiga Clémence (Noémie Merlant).
Si bien todo resulta demasiado bueno para que sea cierto, el relato cobra un giro imprevisto cuando Abel a ocultas de su madre entra en contacto directo con Michel quien conjuntamente con Clémence participarán en una operación non sancta que involucra apoderarse de un costoso cargamento de caviar proveniente de Irán. No es necesario proseguir detallando lo que sobreviene, excepto anticipar que a partir de allí el film adopta un convincente giro generando un muy buen thriller. A todo ello se agrega el ingrediente romántico de Abel con Clémence que aunque predecible evita los estereotipos que a veces frecuenta este género.
Esta película nada pretenciosa logra lo que se propone como es el de divertir sanamente sin recargar las tintas. Además de estar magníficamente relatada, la forma en que están esbozados sus personajes permite crear una inmediata empatía con los mismos; claro está que eso es debido a la magnífica caracterización lograda por el cuarteto integrado por Garrel, Zem, Merlant y Grinberg.
Manteniendo un tono preciso y coherente en la combinación de sus diversos componentes, el realizador permite que el interés del espectador se mantenga constante desde el principio hasta su desenlace, evitando que su metraje se extienda más allá de lo estrictamente necesario.
En suma, L’Innocent configura un entretenimiento ameno y accesible, capaz de conformar a todo tipo de público. Jorge Gutman