Un Espec­ta­cu­lar Musical

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

ALAD­DIN 

Tal como se había anti­ci­pa­do, el públi­co de Mon­treal tie­ne oca­sión de pre­sen­ciar Alad­din. Esta come­dia musi­cal de Dis­ney Thea­tri­cal Pro­duc­tions pre­sen­ta­da por Even­ko está basa­da en “Ala­dino y la Lám­pa­ra Mara­vi­llo­sa”, uno de los cuen­tos orien­ta­les de Las Mil y Una Noches y que fue tras­la­da­do al cine en el exi­to­so film de ani­ma­ción de Dis­ney de 1992.

Sen­zel Ahmady y Adi Roy (Foto: Dis­ney Thea­tri­cal Productions)

Como en todo espec­tácu­lo musi­cal, su éxi­to depen­de de la armo­nio­sa con­ju­ga­ción de una his­to­ria atrac­ti­va con­du­cen­te a la músi­ca y sazo­na­da con can­cio­nes y dan­zas. En este caso, el libre­to de Chad Begue­lin es una mera excu­sa para que la come­dia resal­te visual­men­te. Su tra­ma gira en torno de Jaz­mi­ne (Sen­zel Ahmady), una joven prin­ce­sa que rehú­sa some­ter­se a la volun­tad de su padre, el Sul­tán (Sorab Wadia), quien desea que su hija se case con un prín­ci­pe. En una de sus esca­pa­das Jaz­mi­ne lle­ga a cono­cer a Alad­din (Adi Roy) sur­gien­do una mutua atrac­ción, sin que este humil­de mucha­cho sepa que está fren­te a una prin­ce­sa. Cuan­do el joven, a ins­tan­cias del visir Jafar (Anand Nagraj), entra a una caver­na para ubi­car una mági­ca lám­pa­ra al encon­trar­la invoun­ta­ria­men­te la fro­ta e ines­pe­ra­da­men­te sur­ge la pre­sen­cia de un Genio (Mar­cus M. Mar­tin). Éste le con­ce­de la posi­bi­li­dad de que expre­se tres deseos; en con­se­cuen­cia, Alad­din apro­ve­cha la opor­tu­ni­dad para con­ver­tir­se en prín­ci­pe y poder así con­traer enla­ce con su ama­da Jaz­mi­ne quien a su vez habrá de con­ten­tar a su padre.

Mar­cus M. Mar­tin (Foto: Dis­ney Thea­tri­cal Productions )

El argu­men­to con­lle­va a la inter­pre­ta­ción de varios núme­ros musi­ca­les con­ce­bi­dos por Alan Men­ken con las pala­bras de Howard Ash­man, Tim Rice y Chad Begue­lin, que resul­ta­rán cono­ci­dos para quie­nes vie­ron el film de Dis­ney; no obs­tan­te aquí hay otras can­cio­nes nue­vas como lo son Proud of Your Boy, The­se Pala­ce Walls y Some­body Got Your Back.

Una esce­na (Foto: Dis­ney Thea­tri­cal Productions)

Excep­cio­nal resul­ta la extra­or­di­na­ria coreo­gra­fía de Casey Nicho­law quien es igual­men­te res­pon­sa­ble de la pues­ta escé­ni­ca, así como el mag­ní­fi­co dise­ño del ves­tua­rio de Gregg Bar­nes y la esce­no­gra­fía de Bob Crowley.

En cuan­to al elen­co, a jui­cio de quien escri­be estas líneas, el que mara­vi­lla es Mar­tin quien impri­me un dina­mis­mo y brío tan­to como actor a la vez que como can­tan­te y bai­la­rín; así el núme­ro musi­cal Friends Like Me que com­par­te con Roy al final del pri­mer acto, es a todas luces memorable.

En el rol pro­ta­gó­ni­co el caris­má­ti­co Roy trans­mi­te con­vic­ción en el rol pro­ta­gó­ni­co y man­tie­ne una bue­na quí­mi­ca con la igual­men­te atra­yen­te Ahmady ani­man­do a la pare­ja román­ti­ca de la his­to­ria; en tal sen­ti­do adquie­re un aura espe­cial la esce­na en que con­jun­ta­men­te can­tan A Who­le New World mien­tras son trans­por­ta­dos en una alfom­bra mági­ca que se va ele­van­do a tra­vés del espa­cio. Actuan­do, can­tan­do y bai­lan­do igual­men­te satis­fa­cen Nagraj como el malé­vo­lo Jafar, Aaron Choi como su com­pin­che Iago, así como Jake Letts, Ben Cha­vez y Colt Prat­tes ani­man­do a tres bue­nos ami­gos (Bab­kab, Omar y Kas­sim, respectivamente).

Sin alcan­zar la enver­ga­du­ra de La Bella y la Bes­tia igual­men­te de Dis­ney, Alad­din reúne los ingre­dien­tes nece­sa­rios para con­for­mar y entre­te­ner amplia­men­te tan­to a adul­tos como a la pobla­ción menu­da, hecho cons­ta­ta­do en la cáli­da recep­ción del públi­co asis­ten­te a la pri­me­ra repre­sen­ta­ción de Montreal.

El musi­cal con­ti­núa has­ta el 2 de abril en la sala Wil­frid-Pelle­tier de la Pla­ce des Arts

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