Los Amo­res de una Madre

LES HOM­MES DE MA MÈRE. Cana­dá, 2023. Un film de Anik Jean. 122 minutos

En su debut como rea­li­za­do­ra Anik Jean con­si­de­ra la mane­ra en que la muer­te de un ser que­ri­do pue­de afec­tar y a la vez modi­fi­car la vida del fami­liar que le sobre­vi­ve. Ani­ma­da de bue­nas inten­cio­nes la rea­li­za­do­ra tra­ta de vol­car su sen­si­bi­li­dad en este melo­dra­ma en la medi­da que ella vivió en car­ne pro­pia la no muy leja­na des­apa­ri­ción de su padre. Para ello con­tó con el libre­to de su ami­ga Mary­se Laten­dres­se quien a su vez vol­có su pro­pia expe­rien­cia al haber­se ins­pi­ra­do en los amo­res vivi­dos por su pro­pia madre.

Léa­ne Labrèche-Dor

La his­to­ria rela­ta el deve­nir de Elsie (Léa­ne Labrè­che-Dor) una apa­sio­na­da fotó­gra­fa de poco más de trein­ta años que tra­ba­ja como mese­ra en un bar de Mon­treal. Aca­ba de per­der a su madre Anne (Anne-Marie Cadieux), enfer­ma de cán­cer a quien acom­pa­ñó y tra­tó de con­for­tar en la últi­ma eta­pa de su exis­ten­cia; ella que­da sor­pren­di­da cuan­do el nota­rio (Louis-Geor­ge Girard) le lee el tes­ta­men­to don­de Anne pide a su hija que con las ceni­zas de su cre­ma­ción, ella ubi­que a los cin­co ex mari­dos que en dife­ren­tes eta­pas com­par­tie­ron su vida; el pro­pó­si­to es el de acom­pa­ñar a cada uno a des­pa­rra­mar las ceni­zas ‑pre­via­men­te divi­di­das en sepa­ra­das urnas- en los luga­res que les resul­te más conveniente.

Pro­fun­da­men­te dolo­ri­da por la des­apa­ri­ción de su pro­ge­ni­to­ra que fue una actriz de tea­tro, ella cum­ple con su volun­tad y es así que ubi­ca­rá a Neal (Colm Fio­re), J.A. (Marc Mes­sier), Yves (Benoît Gouin) y Paul (Patrick Huard) quien ha sido su padre bio­lói­gi­co al que no vio des­de lar­go tiem­po por haber deja­do el hogar..El quin­to ex cón­yu­ge es Robert, pero para gran sor­pre­sa de Elsie, su hijo Gaby (Jean-Simon Leduc) le comu­ni­ca que falleció.

La pre­mi­sa del guión resi­de en des­ta­car cómo Elsie va cono­cien­do deta­lles des­co­no­ci­dos de su madre y de qué mane­ra el con­tac­to de los hom­bres seña­la­dos ha ser­vi­do para que ella reco­bre una iden­ti­dad que había per­di­do. Si bien tan­to Jean como Laten­dres­se tra­tan de insu­flar legí­ti­ma emo­ción en la narra­ción efec­tua­da, hay algu­nos aspec­tos que resul­tan for­za­dos; es así que la rela­ción román­ti­ca de Elsie con Gabi man­te­ni­da en el pasa­do y rena­ci­da des­pués de 10 años de ausen­cia dis­ta de cobrar cre­di­bi­li­dad; menos aún es que sin un apro­pia­do desa­rro­llo dra­má­ti­co, el fuer­te resen­ti­mien­to de ella hacia su padre pue­da repen­ti­na­men­te trans­for­mar­se en un pro­fun­do amor paterno-filial.

No obs­tan­te las obje­cio­nes seña­la­das, los momen­tos más emo­ti­vos del film se encuen­tran en la comu­ni­ca­ción de Elsie con Neal recor­dan­do las actua­cio­nes que su madre tuvo con él en el fes­ti­val de Strat­ford como así tam­bién cuan­do en su niñez el actor le rega­ló su pri­me­ra cáma­ra foto­grá­fi­ca. Igual­men­te con­vin­cen­te resul­ta el con­tac­to de ella con J.A, que a pesar de su demen­cia men­tal le demues­tra su cari­ño y afec­to y le trans­mi­te el pla­cer que sin­tió al haber com­par­ti­do con Anne la músi­ca de óperas.

En su pri­mer tra­ba­jo, la novel rea­li­za­do­ra ofre­ce un rela­to hones­to que lle­ga a inte­re­sar fun­da­men­tal­men­te por la exce­len­cia de su elen­co don­de ade­más de Labrè­che-Dor inter­pre­tan­do irre­pro­cha­ble­men­te el rol cen­tral, igual­men­te tra­sun­tan huma­ni­dad la pres­ta­ción de los acto­res carac­te­ri­zan­do las dife­ren­tes per­so­na­li­da­des de los espo­sos de Anna. En loss fac­to­res téc­ni­cos de pro­duc­ción se dis­tin­guen la bue­na foto­gra­fía de Ste­ve Asse­lin y la acer­ta­da músi­ca selec­cio­na­da por Jean. Jor­ge Gutman