L’ÉTABLI. Francia-Bélgica, 2023. Un film de Mathias Gokalp. 117 minutos
Después de su primer largometraje Rien de personnel (2009), el realizador francés Mathias Gokalp retorna con L’établi en el que considera la singular experiencia vivida por Robert Linhart que transmitió en el libro epónimo publicado en 1978.

Swan Arlaud
La adaptación realizada en el guión escrito por el realizador conjuntamente con Nadine Lamari y Marcia Romano, presenta a Linhart (Swan Arlaud), un profesor universitario de filosofía de ideología izquierdista que en septiembre de 1968 es contratado como operario en la fábrica de automóviles Citroën ubicada en el distrito 13 de París.
El propósito de una persona de gran cultura y a la vez docente en una importante universidad que renuncie a su cargo para trabajar en la cadena de montaje de una factoría automotriz tiene su explicación; después de los sucesos de mayo de 1968 generados por el descontento social imperante en Francia, para mantener vivo el espíritu revolucionario muchos estudiantes, intelectuales y militantes fueron reclutados clandestinamente por las fábricas como en el caso de Linhart..
Ocultando su condición de catedrático, Robert manifiesta al director de la fábrica (Denis Podalydès) tener un certificado de estudios y que desea trabajar debido a que el comercio de su padre quebró. Una vez contratado, como obrero va realizando su tarea al propio tiempo que observa la humillación, falta de respeto y racismo que deben tolerar sus camaradas por parte de sus supervisores.
A medida que transcurre el tiempo la jerarquía patronal decide que los operarios trabajen varias horas extras por semana sin adicional remuneración, quebrando de este modo los acuerdos de Grenelle en el que las horas extraordinarias deben ser retribuidas. Es así que comienza a surgir la idea de huelga en donde Linhart acompañado de otros militantes de extrema izquierda, entre ellos el joven Yves (Lorenzo Lefebvre), incentivan el movimiento; con todo el representante del sindicato (Olivier Gourmet) se opone en principio a la decisión de parar porque eso afectaría a las familias de los operarios, la mayor parte de la mismas integradas por inmigrantes de humilde condición. Sin embargo cuando los insensibles capataces oprimen cada vez más a los obreros que se encuentran exhaustos física y mentalmente, la huelga llega a concretarse a mediados de febrero de 1969.
Con una apreciable reproducción de la época en que transcurre Gokalp ofrece aquí un muy buen documento ilustrativo reflejando las diferentes modalidades, actitudes y puntos de vista de los trabajadores con sus diferentes personalidades, sin recurrir a golpes bajos. Con un buen elenco, integrado en gran parte por muy eficientes intérpretes poco conocidos (Raphaëlle Rousseau, Éric Nantchouang, Malek Lamraoui y Robin Migné, entre otros), se destaca el excelente desempeño protagónico de Swann Arlaud; el actor auténticamente transmite al idealista individuo que perteneciendo a una clase social decididamente diferente a las de sus colegas se identifica plenamente con ellos contando a tal fin con el apoyo que recibe de su abnegada esposa Nicole (Mélanie Thierry).
La anecdótica historia relatada deja espacio para reflexionar si acaso los problemas que atravesó Francia medio siglo atrás tienen o no repercusión actual; aunque las condiciones no sean las mismas que en los años 60, no pasan desapercibidos los movimientos de marcada protesta acaecidos recientemente con motivo de la decisión del gobierno francés en aplazar por dos años la edad de retiro jubilatorio de la población activa. En todo caso, más allá de dicha conjetura, el público tiene la oportunidad de juzgar un elocuente film de notable connotación social. Jorge Gutman