El Poder de la Música

FLO­RA AND SON. Irlan­da-Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por John Car­ney. 95 minutos

Una vez más se apre­cia cómo la músi­ca cons­ti­tu­ye un ele­men­to enri­que­ce­dor y capaz de mejo­rar la vida de las per­so­nas. Habien­do rea­li­za­do en 2007 su bri­llan­te come­dia musi­cal Once, John Car­ney en Flo­ra and Son, vuel­ve a con­si­de­rar la músi­ca como un fac­tor vital con la ido­nei­dad de unir y recon­for­tar a dos per­so­nas afec­ti­va­men­te distantes.

Eve Hew­son y Joseph Gordon-Levitt

El guión del rea­li­za­dor ubi­ca la acción en un modes­to barrio de Dublin don­de vive Flo­ra (Eve Hew­son), una mujer que no ha encon­tra­do un sen­ti­do pre­ci­so a su vida cuan­do a los 17 años dio a luz a su hijo Max y como madre mono­pa­ren­tal haber teni­do que resig­nar la posi­bi­li­dad de con­cre­tar los sue­ños de un hori­zon­te más prós­pe­ro; eso moti­vó a que vol­ca­ra incons­cien­te­men­te su resen­ti­mien­to hacia el chi­co y es así que la inter­ac­tua­ción entre ambos no ha sido muy feliz. En la actua­li­dad Max (Orén Kin­lan) de 14 años es un joven rebel­de que vivien­do con su madre sin gran afec­to tam­po­co encuen­tra gran ayu­da en su padre (Jack Rey­nor); no obs­tan­te su gran incli­na­ción hacia la músi­ca pop y como aspi­ran­te a rape­ro, efec­túa cier­tas pille­rías delic­ti­vas corrien­do el ries­go de ser inter­na­do en un cen­tro juve­nil. Cuan­do un buen día Flo­ra encuen­tra en un basu­re­ro una gui­ta­rra, tra­ta de con­gra­ciar­se con su hijo ofre­cién­do­se­la de rega­lo, aun­que él recha­za el obse­quio; en con­se­cuen­cia con el ins­tru­men­to en mano Flo­ra deci­de tomar cla­ses de músi­ca en línea con Jeff (Joseph Gor­don-Levitt), un frus­tra­do gui­ta­rris­ta que resi­de en Los Ánge­les y quien a pesar de su ido­nei­dad musi­cal no lle­gó a imponerse.

A par­tir de allí, a pesar de la dis­tan­cia físi­ca que los sepa­ra, sur­ge entre maes­tro y alum­na un víncu­lo sen­ti­men­tal; a tra­vés de suce­si­vas lec­cio­nes ella comien­za a domi­nar la gui­ta­rra en tan­to que Jeff encuen­tra satis­fac­ción al com­pro­bar los pro­gre­sos de su dis­cí­pu­la. En el pro­ce­so de crea­ti­vi­dad que va expe­ri­men­tan­do, Flo­ra apre­cia la habi­li­dad musi­cal de su hijo como com­po­si­tor y letris­ta, lo que per­mi­te com­ple­men­tar los temas musi­ca­les que con­jun­ta­men­te inter­pre­tan ella y su pro­fe­sor. Resul­ta­do de todo ello es el afian­za­mien­to del víncu­lo entre Flo­ra y su hijo como así tam­bién el pla­tó­ni­co roman­ce musi­cal entre ella y Jeff.

En mate­ria de inter­pre­ta­ción Hew­son en su debut cine­ma­to­grá­fi­co mara­vi­lla como la mujer que final­men­te encuen­tra una razón para esca­par de su ruti­na­ria exis­ten­cia median­te el flo­re­ci­mien­to del amor mater­nal; en tal sen­ti­do es emo­ti­va la esce­na en que feliz­men­te uni­dos madre e hijo ofre­cen un con­cier­to sien­do aplau­di­dos por la entu­sias­ta audien­cia. Asi­mis­mo resul­ta des­ta­ca­ble la par­ti­ci­pa­ción de Gor­don-Levitt quien como el apues­to y caris­má­ti­co pro­fe­sor refle­ja una sen­si­ble y entra­ña­ble ter­nu­ra hacia su discípula.

Aun­que esta his­to­ria pue­de resis­tir cre­di­bi­li­dad al supo­ner que en bre­ve lap­so sus per­so­na­jes demues­tran poseer un asom­bro­so talen­to musi­cal, la efec­ti­va narra­ción de Car­ney per­mi­te que a mane­ra de una sen­ci­lla fábu­la brin­de el men­sa­je sobre cómo la posi­ti­va fuer­za impreg­na­da del len­gua­je musi­cal ‑inde­pen­dien­te­men­te de su géne­ro- avi­va el espí­ri­tu logran­do una autén­ti­ca comu­ni­ca­ción huma­na. En esen­cia, sin gran­di­lo­cuen­cia algu­na este hones­to film resul­ta gra­ta­men­te apre­cia­do por el públi­co asis­ten­te. Jor­ge Gutman