ANATOMIE D’UNE CHUTE / ANATOMY OF A FALL. Francia, 2023. Un film de Justine Triet. 151 minutos
Con el inmejorable antecedente de haber logrado la Palma de Oro en el Festival de Cannes, este film de la realizadora Justine Triet reúne todos los elementos necesarios para gratificar a la audiencia.

Sandra Hüller
Con el impecable guión de Triet compartido con Arthur Harari, Anatomie d’une chute intriga a lo largo de su desarrollo y a modo de un crucigrama concentra su interés hasta la escena final. La historia está ambientada en los Alpes de Francia, en las cercanías de la ciudad de Grenoble donde viven el matrimonio integrado por Sandra (Sandra Hüller) su marido Samuel (Samuel Theis) y el hijo Daniel (Milo Machado Graner) de 11 años.
En un breve prólogo Sandra que es una distinguida escritora alemana es entrevistada por una periodista; a través de una elipsis se observa a Daniel quien habiendo salido con su perro para un pequeño paseo en el nevado paraje al regresar comprueba que su padre está caído, ensangrentado y muerto en el exterior del chalet donde habita la familia. Al llamar a su madre, Sandra acude desesperada para enfrentarse con el dramático cuadro de su esposo.
En esta primera parte del film comienza a surgir la duda si acaso el deceso de Samuel ha sido producto de un accidente, un suicidio, o un crimen provocado por alguien. En la investigación forense realizada al no haber ninguna persona que entró a la casa, queda entonces Sandra como sospechosa de haber provocado la muerte de su esposo. A todo ello, el niño transita desde la completa confianza depositada en su madre hacia la duda que lo agobia.
De allí en más se asiste en su primera parte a un proceso judicial en el que Sandra es defendida por un competente abogado amigo (Swan Arlaud) a la vez que ella es implacablemente acusada por el procurador fiscal (Antoine Reinartz).
Si bien el relato se desarrolla linealmente, hay una larga escena que retrotrae a la noche anterior al deceso de Samuel. Al haberse descubierto un video que él había grabado en ese entonces, se evidencia una fuerte pelea conyugal. Es así que la historia adquiere un matiz decididamente más interesante que el juicio en sí mismo al revelar la descomposición existente en la relación matrimonial. El vínculo comenzó a agrietarse cuando años atrás a causa de un accidente involuntario de Samuel se produjo una considerable lesión en el niño provocándole una ceguera parcial. En todo caso en la referida disputa conyugal se puede apreciar cómo el éxito profesional de Sandra como escritora y a la vez como mujer independiente es objeto de celos por parte de Samuel en la medida que él como escritor nunca ha llegado a destacarse; el desequilibrio profesional entre ambos motiva a que Samuel haya quedado resentido y en estado vulnerable. A todo ello Daniel es el atento y penoso testigo de lo que acontece con sus padres.
Sin anticipar el veredicto del jurado, lo cierto es que se asiste a un apasionante drama conyugal. En el mismo Triet minuciosamente expone diferentes situaciones que lentamente se van desgranando como consecuencia de la muerte de Samuel y en donde se reflejan ciertas implicaciones de carácter ético y moral.
Además de la excelente realización en donde Triet reafirma su condición de consumada directora, el film se valoriza por la remarcable descripción de sus principales personajes que han sido muy bien caracterizados por el sólido elenco encabezado por Hüller; la recordada intérprete de Toni Erdmann (2016) vuelve a destacarse representando a una compleja y enigmática mujer frustrada en su matrimonio. Asimismo queda resaltada la talentosa actuación de Machado Graner expresando la emoción de un menor frente a una madre que quiere y a la vez sensiblemente dolorido por la desaparición de su progenitor.
Acertadamente, la cineasta deja abierto el desenlace de esta intrigante historia donde la melancolía de la escena final se asocia con la banda sonora que permite oír un bello preludio de Chopin. Jorge Gutman