La Habi­ta­ción de las Maravillas

LA CHAM­BRE DES MER­VEI­LLES. Fran­cia, 2023. Un film de Lisa Azue­los. 93 minutos.

En más de una opor­tu­ni­dad el cine ha con­si­de­ra­do el dra­ma de padres que deben afron­tar situa­cio­nes ines­pe­ra­das al peli­grar la vida de sus hijos. Ese es el tema que la direc­to­ra Lisa Azue­los enca­ra en La Cham­bre des Mer­vei­lles, aun­que su rela­to no lle­ga a tras­cien­der al optar por un for­za­do sen­ti­men­ta­lis­mo que ade­más es poco convincente.

La pelí­cu­la está basa­da en el exi­to­so libro homó­ni­mo de Julien San­drel quien asi­mis­mo es el autor del guión com­par­ti­do con Juliet­te Salles y Fabien Sua­rez. Como en algu­nos casos sue­le ocu­rrir, no siem­pre una nove­la se pres­ta a ser tra­du­ci­da en imá­ge­nes, como ocu­rre en esta ocasión.

Ale­xan­dra Lamy

Ale­xan­dra Lamy ani­ma a Thel­ma, la madre mono­pa­ren­tal de Louis (Hugo Ques­tel), un niño de 12 años que a veces se invo­lu­cra en pro­ble­mas. Ella es una mujer muy ata­rea­da en su tra­ba­jo de emplea­da de un alma­cén y tra­ta de la mejor mane­ra posi­ble de cui­dar y criar a su hijo.

El dra­ma se pro­du­ce cuan­do el chi­co se acci­den­ta gra­ve­men­te y entra en un pro­fun­do coma. Estan­do en todo momen­to jun­to a su lecho en el hos­pi­tal en que se encuen­tra, no pue­de evi­tar el pro­fun­do dolor que la envuel­ve al con­tem­plar a ese ser iner­te, estan­do a veces acom­pa­ña­da por su madre (Muriel Robin).

La his­to­ria cobra un giro impre­vis­to cuan­do Thel­ma des­cu­bre el dia­rio de su hijo y al leer su tex­to ve que él ha escri­to 10 cosas a ser rea­li­za­das antes que el mun­do se aca­be. Cre­yen­do que si ella cum­ple su deseo, Louis logra­rá des­per­tar del coma, eso la impul­sa a reco­rrer dife­ren­tes luga­res del mun­do inclu­yen­do Japón, Por­tu­gal, Esco­cia, el sur de Fran­cia, así como nadar con balle­nas o prac­ti­car el ska­te como solía hacer­lo Louis.

En con­se­cuen­cia, el dra­ma rea­lis­ta se con­vier­te en un rela­to de fan­ta­sía que des­can­sa en los sacri­fi­cios de una madre para que la divi­ni­dad reali­ce mila­gros sal­van­do a su hijo.

Sin mayor intros­pec­ción psi­co­ló­gi­ca, ape­lan­do a un melo­dra­ma poco con­vin­cen­te que tie­ne como pro­pó­si­to el dejar al espec­ta­dor con la sen­sa­ción de que has­ta la mayor tra­ge­dia tie­ne solu­ción favo­ra­ble, esta pelí­cu­la más allá de sus para­di­sía­cos pai­sa­jes dis­ta de satis­fa­cer. Jor­ge Gutman