THE HOLDOVERS. Estados Unidos, 2023. Un film de Alexander Payne. 133 minutos
Una comedia dramática de nobles sentimientos es apreciada en The Holdovers, el reciente trabajo de Alexander Payne, donde efectúa un excelente estudio de caracteres a través de sus tres principales personajes.
Valiéndose del guión de David Hemingson, con gran precisión Payne describe a Paul Hunham (Paul Giamatti), un individuo de edad media que viviendo solitariamente y en cierta forma desilusionado del entorno que lo rodea rodea encuentra en la enseñanza una válvula de escape a su frustración.
Como profesor de historia antigua de Barton Academy, un internado de varones elitista de educación media ubicado en New England, su alumnado mayormente proviene de familias adineradas. Demostrando su irascibilidad debido al comportamiento un tanto indisciplinado de los jóvenes, asimismo es sumamente exigente como docente en la medida que desea obtener de ellos un alto rendimiento académico. Naturalmente, los estudiantes tampoco simpatizan con él y entre los mismos se encuentra el rebelde Angus Tully (Dominic Sessa) que aunque brillante alumno es también belicoso y ese comportamiento Hunham no está dispuesto a tolerar. A todo ello, el docente resiste la presión de la dirección escolar de ser más clemente con trabajos mediocres de ciertos alumnos, teniendo en cuenta que algunos son hijos de influyentes políticos.
El relato transcurre en el mes de diciembre de 1970, en los días previos a las festividades navideñas y cuando llega el momento del temporario receso escolar, los alumnos retornan a sus hogares. Sin embargo hay algunos que no tienen quien los recoja y por lo tanto deben permanecer en el establecimiento; es así que Paul se irrita cuando se le ordena que deberá hacerse cargo de la supervisión de cuatro estudiantes que permanecerán en la escuela; si bien tres de ellos finalmente quedan liberados por sus familiares, no es así el caso de Angus cuya madre prefirió viajar al Caribe con su padrastro desentendiéndose de su hijo.
Por lo tanto Paul y Angus, dos personas que no se toleran, no tienen otra opción que aceptar la situación tal como se presenta. A todo ello, Mary Lamb (Da’Vine Joy Randolph), la abnegada cocinera del colegio que es observadora de todo lo que acontece a su alrededor, actúa de algún modo como intermediaria entre el profesor y su discípulo para que las diferencias existentes se atenúen; en tal sentido, esta mujer que ha sufrido la terrible pérdida de su hijo sirviendo en Vietnam pasará por primera vez la Navidad sin él y por esa razón para esta ocasión al menos tendrá el consuelo de sentirse acompañada por Paul y Angus.
Durante estas vacaciones se irá estableciendo un sólido acercamiento entre los tres personajes al irse imponiendo de sus historias íntimas nutridas de momentos dolorosos; es así que cada persona del trío al revelar sus inquietudes va reflejando sus verdaderos sentimientos.
Giamatti nuevamente demuestra la gran complicidad que mantiene con el realizador; casi dos décadas después de la conjunta colaboración en el excelente film Sideways (2004), aquí nuevamente despliega su condición de notable actor. Es notable cómo gradualmente su personaje gruñón, misántropo y poco complaciente va cediendo paso a un ser afectuoso y compasivo al ir descubriendo las razones que han hecho de Angus un ser insurrecto y agresivo.
Por su parte, Sessa sin haber tenido experiencia previa actoral, es la gran revelación de este film; sumergiéndose por completo en la complejidad de su personaje, el novel actor transmite con completa convicción, la transición del inmaduro y perturbador muchacho para finalmente dar paso al joven capaz de respetar y admirar a su profesor así como expresar su tácito agradecimiento por un gran acto de generosidad demostrado, que no conviene revelar.
Finalmente no menos remarcable es la interpretación de Da’Vine Joy Randolph como la mujer de gran corazón, quien frente a la gran pérdida sufrida, encuentra solaz y consuelo con la presencia de Paul y Angus.
En suma, además de probar cómo las apariencias engañan frente a la primera impresión causada por sus principales personajes, Payne ofrece un relato profundamente humano, donde el patetismo, acogedor humor, calidez y sentimiento se combinan satisfactoriamente. En suma, The Holdovers es un film meritorio y capaz de perdurar en la memoria del espectador. Jorge Gutman