MEMORY. Estados Unidos-México, 2023. Un film escrito y dirigido por Michel Franco. 100 minutos
Como lo ha efectuado en varios trabajos de su filmografía, entre otros Después de Lucia (2012), Chronic (2015) y Las Hijas de Abril (2017), el talentoso cineasta azteca Michel Franco nuevamente aborda en Memory un drama psicológico, en donde como su título lo anticipa, la memoria constituye el tema central.
En la primera secuencia se observa a Sylvia (Jessica Chastain) quien, como lo ha venido haciendo durante más de una década, asiste a un encuentro de Alcohólicos Anónimos, teniendo en cuenta que esa comunidad de personas la ayudó a eliminar su adicción a la bebida por lo que ahora se encuentra en completa sobriedad. Viviendo con su hija adolescente Anna (Brooke Timber) en un modesto departamento neoyorkino, se desempeña como trabajadora social en un hogar público apoyando a gente que enfrenta problemas de salud mental. De naturaleza taciturna, su rostro delata cierta preocupación, que durante el transcurso del relato se sabrá el motivo. .
El film adquiere impulso cuando en una reunión con antiguos camaradas de la escuela secundaria, se le acerca a su mesa un hombre y ella de inmediato se aleja de él como asimismo deja el lugar y se dirige a su casa aunque inquieta porque ese individuo sigue sus pasos. A la mañana siguiente Sylvia descubre que próximo a su edificio se halla su perseguidor quien pernoctó a la intemperie durante toda la noche desprotegido del frío. Revisando su documentación se entera que se llama Saul (Peter Sarsgaard) y cuando ella logra comunicarse con su hermano Isaac (Josh Charles) que lo cuida, se impone que padece de una prematura demencia que le conduce al olvido. Asimismo, en ese sorpresivo encuentro Sylvia está convencida que Saul ha sido uno de los compañeros de escuela que en ese entonces la asaltó sexualmente; sin embargo, al ser increpado él niega haber cometido semejante acción.
A partir de ese inusual encuentro, Sylvia accede al pedido de Isaac que cuide y proteja a su hermano mientras él deba ausentarse del hogar. A todo ello se va descubriendo que Sylvia tiene sus propios problemas en donde se llega a saber que ella ha vivido traumatizada por lúgubres eventos sufridos en su infancia en el ámbito de su hogar. El director agrega una complicación adicional a la historia cuando Olivia (Merrit Wever), la hermana de Sylvia con quien sostiene una buena relación, le manifiesta que la violación de Saúl nunca ha existido; al propio tiempo entra en escena su madre (Jessica Harper) con quien se mantiene distanciada y en donde comienzan a develarse turbios secretos del pasado que esta mujer prefiere que permanezcan ocultos.
De lo que antecede en forma ambigua no resulta claro si acaso la fallida memoria es atributo exclusivo de Saul o si Sylvia también resulta afectada al imaginar eventos que no han ocurrido.
A pesar de la noble intención de Franco en analizar cómo afecta la pérdida de memoria, él no logra su objetivo en la medida que su relato carece de la profundidad necesaria que este tópico requiere. Sin entrar a considerar los muchos hilos sueltos del guión, la narrativa resulta fragmentada, pasando de una secuencia a la otra a través de escenas poco elaboradas y a su vez repetitivas. Eso se agrava al añadir en la segunda parte de esta historia un poco convincente vínculo romántico entre Sylvia y Saul para demostrar cómo esas dos almas perturbadas encontrarán sosiego y solaz mediante el amor que los une.
Ciertamente, la madurez actoral de Chastain y Sarsgaard en las excelentes caracterizaciones de sus vulnerables personajes justifica la razón de visionar este film que sin ser necesariamente mediocre no alcanza el nivel de calidad al que Franco acostumbra brindar al cinéfilo selectivo. Jorge Gutman