Un Buen Dra­ma Escandinavo

THE PRO­MI­SED LAND. Dina­mar­ca-Ale­ma­nia-Sue­cia, 2023. Un film de Niko­laj Arcel. 127 minutos.

Un épi­co wes­tern ambien­ta­do en el siglo XVIII es lo que se apre­cia en The Pro­mi­sed Land del rea­li­za­dor Niko­laj Arcel. El film basa­do en la nove­la El Capi­tán y Ann Bar­ba­ra de la escri­to­ra dane­sa Ida Jes­sen publi­ca­da en 2020 .ha sido muy bien adap­ta­da en el guión del cineas­ta y Anders Tho­mas Jensen.

Mads Mik­kel­sen

El pro­ta­go­nis­ta de este his­to­ria es Lud­wig Kah­len (Mads Mik­kel­sen), un jubi­la­do mili­tar que habien­do esta­do al ser­vi­cio del ejér­ci­to ale­mán duran­te 25 años, retor­na en 1755 a Dina­mar­ca, su tie­rra natal, con el pro­pó­si­to de colo­ni­zar y cul­ti­var un vas­to y ári­do pára­mo de la penín­su­la de Jutlan­dia. Has­ta ese enton­ces, la pobre­za del sue­lo impi­dió que ese lugar pudie­ra pros­pe­rar. No obs­tan­te, Kah­len está con­ven­ci­do que él podrá lograr­lo y para ello desea obte­ner la auto­ri­za­ción del monar­ca Fede­ri­co V. Sien­do aten­di­do por el can­ci­ller del rey (Seren Malling), la peti­ción es en prin­ci­pio recha­za­da; sin embar­go cuan­do el capi­tán mani­fies­ta que el pro­yec­to será finan­cia­do por él con el dine­ro de su pen­sión y que lo úni­co que requie­re a cam­bio es adqui­rir un títu­lo de noble­za con casa seño­rial y sir­vien­tes, con­si­gue que su pro­yec­to sea aceptado.

Cuan­do comien­za a imple­men­tar su tra­ba­jo se encuen­tra con que enfren­ta un obs­tácu­lo por par­te de Fre­de­rik De Schin­kel (Simon Ben­neb­jerg), un pode­ro­so terra­te­nien­te de la zona, quien tra­ta a sus emplea­dos como si fue­ran sus escla­vos; ade­más con­si­de­ra a Kah­len como un laten­te anta­go­nis­ta que en caso de tener éxi­to en su misión, él podrá per­der los pri­vi­le­gios que dis­fru­ta has­ta el presente.

A pesar de ello Lud­wig no se inmu­ta ya que está habi­tua­do a lidiar con las adver­si­da­des que enfren­ta tenien­do en cuen­ta que él ha sido un bas­tar­do naci­do de una humil­de madre que fue vio­la­da por un hom­bre que la aban­do­nó, pero eso no le impi­dió seguir una exi­to­sa carre­ra mili­tar. Es así que aho­ra con el apo­yo del clé­ri­go de la región (Gus­tav Lindh), logra tomar a su ser­vi­cio a Ann Bar­ba­ra (Aman­da Collin) y su mari­do Johan­nes Erik­sen (Mor­ten Hee Ander­sen) quie­nes habien­do tra­ba­ja­do para Shin­kel logra­ron huir de él; asi­mis­mo cuen­ta con la ayu­da de la niña gita­na Anmai Mus (Meli­na Hag­berg) a quien pro­te­ge como si fue­ra su hija al haber sido mar­gi­na­li­za­da por su tez oscu­ra. Lamen­ta­ble­men­te, al poco tiem­po Erik­sen logra ser des­cu­bier­to y cap­tu­ra­do por los secua­ces del sádi­co villano quien ter­mi­na ase­si­nán­do­lo brutalmente.

Cuan­do Lud­wig con su equi­po logra cons­truir una casa en esa tie­rra bal­día y ade­más comien­za a brin­dar sus pri­me­ros fru­tos con la cose­cha de papas envia­das a la cor­te real, el enfren­ta­mien­to del mili­tar con el psi­có­pa­ta lati­fun­dis­ta es total, sobre todo cuan­do De Schin­kel se vale de sus cri­mi­na­les secua­ces para ate­rro­ri­zar a quie­nes cola­bo­ran con Kahlen.

Con mano fir­me Arcel obtie­ne un rela­to vibran­te que den­tro de la temá­ti­ca cen­tral esbo­za varios aspec­tos pre­do­mi­nan­tes de la cul­tu­ra escan­di­na­va de la épo­ca, tales como las dife­ren­cias de cla­ses exis­ten­tes, el racis­mo de los colo­nos ale­ma­nes que lle­gan a la zona, como asi­mis­mo el abu­so sexual y en gene­ral la miso­gi­nia prevaleciente.

El elen­co es nada menos que exce­len­te comen­zan­do con Mik­kel­sen quien habien­do ya tra­ba­ja­do con el cineas­ta en A Royal Affair (2012), se apre­cia la com­pli­ci­dad que man­tie­ne con el rea­li­za­dor; aquí Arcel con­si­gue que el efi­cien­te actor trans­mi­ta en su per­so­na­je la amplia gama de sen­ti­mien­tos que lo envuel­ven, sobre todo en su rela­ción román­ti­ca que lle­ga a esta­ble­cer con Ann Bar­ba­ra y el cari­ño que como padre sus­ti­tu­to vuel­ca a Anmai Mus. Igual­men­te cau­ti­va Aman­da Collin ani­man­do a la deso­la­da viu­da que ade­más de encon­trar solaz y com­par­tir su sole­dad con Lud­wig logra­rá ejer­cer su ven­gan­za con­tra el dia­bó­li­co De Schin­kel por haber­la some­ti­do sexual­men­te y por la sádi­ca muer­te infli­gi­da a su espo­so; por su par­te, Hag­berg trans­mi­te dul­zu­ra como la niña. En otros pape­les, sobre­sa­len Ben­neb­jerg como el villano lati­fun­dis­ta así como Kris­ti­ne Jujath Thoirp ani­man­do a Edel Hele­ne, la pro­me­ti­da pri­ma de De Schinkel.

En suma, el ciné­fi­lo asis­te a un escan­di­na­vo dra­ma de épo­ca muy bien rea­li­za­do y actua­do. Jor­ge Gutman