Fas­ci­nan­te Dra­ma Humano

ABOUT DRY GRAS­SES. Tur­quía-Fran­cia-Ale­ma­nia, 2023. Un film de Nuri Bil­ge Cey­lan. 197 minutos

El cele­bra­do cineas­ta tur­co Nuri Bil­ge Cey­lan, quien regis­tra en su haber remar­ca­bles títu­los como lo fue entre otros Win­ter Sleep que obtu­vo la Pal­ma de Oro en Can­nes 2014, vuel­ve a pro­di­gar otro fas­ci­nan­te dra­ma humano que ade­más de su con­te­ni­do atrae por su indis­cu­ti­ble belleza.

Mer­ve Diz­dar, Deniz Celi­lo­glu y Musab Ekici

El guión de Cey­lan escri­to con­jun­ta­men­te con Akin Aksu y Ebru Cey­lan cen­tra su aten­ción en Samet (Deniz Celi­lo­glu). En la pri­me­ra esce­na se lo ve bajan­do de un auto­bús pro­ve­nien­te de Estam­bul y a tra­vés del deso­la­do pasa­je inver­nal que rodea a una aldea rural de Ana­to­lia, se diri­ge a su vivien­da. Él es un hom­bre de media­na edad que por cuar­to año retor­na a su acti­vi­dad de pro­fe­sor de arte en la escue­la de ense­ñan­za media de la zona. Con­si­de­ra­ble­men­te des­en­can­ta­do de seguir en esa ais­la­da región, lo que más desea es que al fina­li­zar el perío­do esco­lar obten­ga un tras­la­do a la capi­tal de Turquía.

En la pri­me­ra par­te del rela­to se lo ve inter­ac­tuan­do con sus estu­dian­tes y en espe­cial con Sevim (Ece Bag­ci), la alum­na que siem­pre está dis­pues­ta a res­pon­der las pre­gun­tas for­mu­la­das por el docen­te; reco­no­cien­do su espe­cial inte­li­gen­cia y cono­ci­mien­to, fue­ra del aula el pro­fe­sor le ofre­ce un peque­ño obsequio.

El pri­mer inci­den­te acon­te­ce cuan­do él y su cole­ga Kenan (Musab Eki­ci), con quien ade­más com­par­te su vivien­da, son con­vo­ca­dos por el direc­tor de edu­ca­ción guber­na­men­tal quien les lla­ma la aten­ción por man­te­ner una inapro­pia­da con­duc­ta con las alum­nas de la escue­la; asom­bra­dos ante los car­gos for­mu­la­dos, ambos docen­tes no alcan­zan a com­pren­der quié­nes los han acu­sa­do y en qué con­sis­te el “inade­cua­do com­por­ta­mien­to”. Sin embar­go, en el caso de Samet él sos­pe­cha quien efec­tuó la denuncia.

Simul­tá­nea­men­te, la his­to­ria se cen­tra en el cor­dial víncu­lo esta­ble­ci­do por Samet y Kenan con Nuray (Mer­ve Diz­dar), quien pro­ce­den­te de Anka­ra se desem­pe­ña como pro­fe­so­ra de inglés en una escue­la que se encuen­tra en una aldea cer­ca­na; a pesar de ren­guear por haber per­di­do su pier­na dere­cha en un ata­que terro­ris­ta, adop­ta una acti­tud posi­ti­va. Aun­que Samet es rea­cio a cual­quier rela­ción sen­ti­men­tal esta­ble, de mane­ra sutil se deja entre­ver su inte­rés hacia ella; sin embar­go, Nuray mani­fies­ta su pre­fe­ren­cia por Kenan, que para ella él repre­sen­ta la per­fec­ta ima­gen del hom­bre turco.

Sin entrar a deta­llar en qué for­ma ambos rela­tos acer­ta­da­men­te se entre­te­jen, el film cau­ti­va por los bri­llan­tes diá­lo­gos que lo nutren. Entre las secuen­cias de mayor gra­vi­ta­ción se des­ta­ca la que tie­ne lugar en oca­sión de que Samet acu­de a cenar la casa de Nuray. En la fran­ca dis­cu­sión que se gene­ra se evi­den­cian los aspec­tos ideo­ló­gi­cos diver­gen­tes entre ambos; así la anfi­trio­na cri­ti­ca a su invi­ta­do su acti­tud egoís­ta de que­jar­se sobre lo que acon­te­ce en el mun­do sin que él con­tri­bu­ya en algo para que se pro­duz­ca un cam­bio; por su par­te Nuray como acti­vis­ta social con­si­de­ra la nece­si­dad de actuar fren­te a los gra­ves pro­ble­mas de vio­la­ción, corrup­ción y de refu­gia­dos, entre otros, que afec­tan a la socie­dad con­tem­po­rá­nea. Es allí don­de que­da expues­to el indi­vi­dua­lis­mo de Samet admi­tien­do que la jus­ti­cia es una idea utó­pi­ca, con la posi­ción de Nuray quien sos­tie­ne la impor­tan­cia del com­pro­mi­so social acti­vo y de la soli­da­ri­dad humana.

En otros aspec­tos des­ta­ca­bles del film, el cineas­ta ilus­tra, la com­ple­ji­dad del ser humano a tra­vés de la per­so­na­li­dad de Samet, con­tra­dic­to­ria y a la vez mani­pu­la­do­ra en su tra­to con Nuray y Kenan. Men­ción apar­te mere­ce el estu­pen­do des­en­la­ce don­de el invierno cede paso al verano, sin pasar por la pri­ma­ve­ra y es por esa razón que ani­dan los pas­tos secos sin alcan­zar su ver­dor; eso es a la vez una metá­fo­ra de la sole­dad del nihi­lis­ta y misán­tro­po Samet, cuyo inte­lec­to no le impi­de evi­tar su vul­ne­ra­bi­li­dad y el con­flic­to moral que lo embarga.

Una vez más, como lo ha hecho en su fil­mo­gra­fía, Cey­lan como indis­cu­ti­ble eru­di­to inte­lec­tual some­te al públi­co a refle­xio­nar sobre situa­cio­nes de can­den­te actua­li­dad y en tal sen­ti­do las lar­gas y remar­ca­bles con­ver­sa­cio­nes que se man­tie­nen duran­te el film de modo alguno resul­tan ago­bian­tes sino que por el con­tra­rio con­ci­tan per­ma­nen­te­men­te el inte­rés de la audiencia.

Con una gran maes­tría en su pues­ta escé­ni­ca, el direc­tor mara­vi­lla con varios de sus pla­nos fijos y con la mag­ní­fi­ca foto­gra­fía logra­da por Cevahir Sahin y Kur­sat Ure­sin. Como acon­te­ce en otros títu­los de su fil­mo­gra­fía, Cey­lan ha con­ta­do con un exce­len­te elen­co en don­de por la impor­tan­cia de sus pape­les cobran relie­ve las impe­ca­bles actua­cio­nes de Celi­lo­glu, Bag­ci y en espe­cial la de Mer­ve Diz­dar quien fue recom­pen­sa­da con el pre­mio a la mejor actriz en el fes­ti­val de Can­nes de año pasado.

En con­clu­sión, About Dry Gras­ses es una expre­sión del mejor cine de autor.
Jor­ge Gutman