El Artis­ta y su Musa

BON­NARD, PIE­RRE ET MARTHE. Fran­cia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Mar­tin Pro­vost. 122 minutos

Des­pués de haber brin­da­do muy bue­nos tra­ba­jos en su fil­mo­gra­fía como lo fue­ron entre otros títu­los Séraphi­ne (2008), Vio­let­te (2013) y La Bon­ne Épou­se (2020), el cineas­ta Mar­tin Pro­vost aña­de otro logra­do film con Bon­nard, Pie­rre et Marthe, refle­jan­do el víncu­lo sen­ti­men­tal del pin­tor Pie­rre Bon­nard (1867 – 1947) y la mujer que en gran medi­da ins­pi­ró su crea­ción artística.

Vin­cent Macaig­ne y Céci­le de France

El rela­to de Pro­vost comien­za en 1893 en París don­de en la pri­me­ra esce­na se obser­va a Bonard (Vin­cent Macaig­ne) efec­tuan­do un boce­to, tenien­do como mode­lo a Marthe de Mélligny (Céci­le de Fran­ce), una joven a la que casual­men­te encon­tró en la calle invi­tán­do­la a posar. Cuan­do Bonard le pide que des­cu­bra su pecho para seguir pin­tan­do y Marthe se nie­ga, ines­pe­ra­da­men­te sur­ge entre ambos un febril deseo que con­du­ce a un ardien­te encuen­tro sexual que pron­to moti­va­rá a que el artis­ta no pue­da ale­jar­se de ella.

Pro­vost muy bien des­cri­be los dife­ren­tes orí­ge­nes socia­les de ambos aman­tes. Mien­tras que Bonard per­te­ne­ce a la media­na bur­gue­sía aun­que como bohe­mio tra­ta de no abur­gue­sar­se, Marthe es una joven de humil­de ori­gen que expe­ri­men­ta cier­ta inco­mo­di­dad cuan­do él la intro­du­ce a su círcu­lo de pin­to­res van­guar­dis­tas per­te­ne­cien­tes al movi­mien­to de los nabis así como a su mece­nas Misia Sert (Anouk Grin­berg). Aun­que las amis­ta­des de Pie­rre no sim­pa­ti­cen con Marthe con­si­de­rán­do­la una des­co­ca­da que pue­de per­ju­di­car la carre­ra del artis­ta, eso no impi­de el sóli­do lazo de amor de la pare­ja; el úni­co des­acuer­do es que Marthe desea­ría fer­vien­te­men­te ser madre en tan­to que él se nie­ga por­que dado su esti­lo de vida sería un mal padre.

Sin adqui­rir el carác­ter de bio­gra­fía, la his­to­ria se des­pla­za en pri­mer tér­mino a 1914 en don­de se apre­cian cier­tas aspe­re­zas de Marthe debi­do a que sien­te celos por el víncu­lo de su mari­do con Misia. Es en 1918 cuan­do Pie­rre sin dejar a Marthe se ena­mo­ra de Renée (Stacy Mar­tin), una joven estu­dian­te de la escue­la de bellas artes a quien le pro­me­te matri­mo­nio; sin embar­go cam­bia de idea por­que a pesar de haber sido infiel a su musa ella sigue sien­do su gran amor y es así que des­pués de 25 años de con­vi­ven­cia la con­vier­te en su legí­ti­ma espo­sa. A todo ello, el rela­to mues­tra cómo a su vez Marthe lle­ga a ser una afa­ma­da pin­to­ra, emu­lan­do a su marido.

La acción final­men­te se tras­la­da a 1942 cuan­do víc­ti­ma de su asma ella se extin­gue dejan­do a Pie­rre pro­fun­da­men­te ape­sa­dum­bran­do y en don­de acu­dien­do a su memo­ria recuer­da los feli­ces años de juven­tud en que jun­tos goza­ron de los baños en las aguas del Sena. A pesar de su muer­te, Marthe siguió sien­do su musa has­ta que Pie­rre falle­ce cin­co años des­pués. Es así que en los cré­di­tos fina­les se lee que de las más de 2000 obras pic­tó­ri­cas rea­li­za­das por el artis­ta, en un ter­cio de las mis­mas retra­tó a su ama­da esposa.

La com­ple­ja rela­ción esta­ble­ci­da entre Pie­rre y Marthe y la influen­cia que ejer­cie­ron entre sí está mag­ní­fi­ca­men­te narra­da por Pro­vost. Su ilus­tra­ción de dos seres pro­fun­da­men­te ena­mo­ra­dos que han podi­do supe­rar las barre­ras socia­les y cul­tu­ra­les de la épo­ca así como los encuen­tros, sepa­ra­cio­nes y reen­cuen­tros a lo lar­go de varias déca­das de vida en común, están ver­ti­dos con nota­ble rea­lis­mo. Al pro­pio tiem­po, aun­que de mane­ra secun­da­ria, el direc­tor retra­ta la rique­za cul­tu­ral que Bon­nard com­par­te con otros gran­des cole­gas del siglo pasa­do como Clau­de Monet (André Mar­con) y Édouard Vui­llard (Gré­goi­re Leprince-Ringuet) .

En el mar­co de un com­pe­ten­te elen­co, el direc­tor tuvo el acer­ta­do cri­te­rio de con­vo­car a dos estu­pen­dos intér­pre­tes en los roles pro­ta­gó­ni­cos; tan­to Céci­le de Fran­ce, posi­ble­men­te en el mejor rol de su carre­ra, como Vin­cent Macaig­ne trans­mi­ten con remar­ca­ble con­vic­ción las com­ple­jas per­so­na­li­da­des que ani­dan en sus per­so­na­jes a tra­vés de la amplia gama de emo­cio­nes que expe­ri­men­tan a tra­vés del tiem­po; en tal sen­ti­do es elo­gia­ble la labor del equi­po de maqui­lla­je refle­jan­do el cam­bio del sem­blan­te físi­co de Pie­rre y Marthe des­de los años jóve­nes has­ta la eta­pa del envejecimiento.

En con­clu­sión: esta cau­ti­van­te his­to­ria don­de el arte y el amor se fusio­nan mag­ní­fi­ca­men­te ame­ri­ta su visión. Jor­ge Gutman

Luchan­do por Sobrevivir

THE BOY IN THE WOODS. Cana­dá, 2023. Un film de Rebec­ca Snow, pro­gra­ma­do en el Fes­ti­val de Cine Judío de Toron­to.. 93 minutos.

Un con­mo­ve­dor rela­to sobre la tra­ge­dia del Holo­caus­to es lo que se apre­cia en The Boy in the Woods en don­de la rea­li­za­do­ra Rebec­ca Snow con­si­de­ra el cal­va­rio de un menor que lucha por sobre­vi­vir para no ser atra­pa­do por los cri­mi­na­les nazis.

La géne­sis de ese film sur­gió del encuen­tro de la docu­men­ta­lis­ta con el artis­ta Max­well Smart en 2019 en don­de ella se impu­so de la dura expe­rien­cia que él atra­ve­só duran­te la gue­rra. Es así que cuan­do él escri­bió sus memo­rias en el libro homó­ni­mo publi­ca­do en 2021, Snow resol­vió tras­la­dar­lo a la gran pan­ta­lla en un guión que le pertenece.

Jett Kly­ne

La his­to­ria comien­za en abril de 1943 don­de en la ciu­dad pola­ca de Buchach (que en la actua­li­dad per­te­ne­ce a Ucra­nia), el ejér­ci­to ale­mán ha diez­ma­do a miles de judíos y los que aún per­ma­ne­cen con vida espe­ran ser depor­ta­dos. Es en ese con­tex­to que Max (Jett Kly­ne), un niño judío de 12 años, sigue los con­se­jos de su madre (Ber­kley Sil­ver­man) para esca­par y sal­var su vida, ya que ella no pue­de hacer­lo tenien­do con­si­go a la peque­ña hijita.

Es así que el chi­co logra encon­trar refu­gio en lo de Jas­ko (Richard Armi­ta­ge), un gran­je­ro pola­co que vive con su mujer Kasia (Masa Liz­dek). Estas dos bon­da­do­sas per­so­nas hacen lo posi­ble por ocul­tar a Max hacién­do­lo pasar ante la poli­cía ale­ma­na como el her­mano menor de la anfi­trio­na. Temien­do que la per­ma­nen­te pre­sen­cia del refu­gia­do pue­da peli­grar la vida de su fami­lia, Jas­ko pide a Max que se inter­ne en la cer­ca­na zona bos­co­sa para que allí pue­da per­ma­ne­cer escon­di­do de los ale­ma­nes; para ello pre­via­men­te lo alec­cio­na ense­ñán­do­le el modo de cazar cone­jos para su ali­men­ta­ción así como tener pre­cau­ción en com­ple­men­tar su comi­da con hon­gos pro­ve­nien­tes de los árbo­les y de no inge­rir los que se encuen­tran suel­tos en el suelo.

Así comien­za la odi­sea de Max estan­do en todo momen­to aler­ta de sus enemi­gos. En ese deve­nir encuen­tra a Yanek (David Kohls­mith), un niño huér­fano judío menor que él, con quien man­tie­ne una rela­ción afec­ti­va con­si­de­rán­do­lo como si fue­se su her­mano. Ambos atra­ve­sa­rán situa­cio­nes de apu­ro cuan­do sol­da­dos ale­ma­nes los des­cu­bren y mila­gro­sa­men­te logran sal­var­se al huir pre­ci­pi­ta­da­men­te. Un momen­to cul­mi­nan­te de esa fuga se pro­du­ce cuan­do del otro lado del río que bor­dea la fores­ta obse­van que hay un bebé aban­do­na­do; si bien Max no duda en atra­ve­sar el río, Yanek pre­fie­re evi­tar­lo por­que el agua es dema­sia­do fría para él pero sin embar­go casi obli­ga­do lo sigue y en con­se­cuen­cia ambos lle­gan a res­ca­tar a la cria­tu­ra. Ese acto de gran gene­ro­si­dad reco­gien­do con vida a la cria­tu­ra, ten­drá no obs­tan­te con­se­cuen­cias dra­má­ti­cas para Yanek. Cuan­do un año des­pués se pro­du­ce el reti­ro de los ale­ma­nes con la entra­da de las fuer­zas rusas al lugar, Max nue­va­men­te es aco­gi­do por Jasko.

A nivel de actua­ción no es exa­ge­ra­do seña­lar que la inter­pre­ta­ción del joven actor Jett Klyi­ne es sen­ci­lla­men­te fabu­lo­sa al pose­sio­nar­se por com­ple­to en Max y por lo tan­to es de supo­ner que el autor del libro, hoy día de 94 años de edad, debe­rá estar amplia­men­te satis­fe­cho de con­tem­plar a quien lo ha carac­te­ri­za­do en su niñez.

Median­te una logra­da narra­ción Snow ofre­ce una dra­má­ti­ca his­to­ria real de sobre­vi­ven­cia en difi­ci­lí­si­mas con­di­cio­nes; al hacer­lo, ella refle­ja los sen­ti­mien­tos expe­ri­men­ta­dos por el aban­dono, la pro­tec­ción y el ocul­ta­mien­to del pro­ta­go­nis­ta vivien­do casi un año al ampa­ro de la fores­ta. Pero lo más tras­cen­den­te es demos­trar cómo en los momen­tos más angus­tian­tes que un ser humano expe­ri­men­ta, pre­do­mi­na la soli­da­ri­dad. Final­men­te cabe agre­gar que la fic­ción de esta his­to­ria cede paso a un des­en­la­ce real que es mejor no reve­lar pero que sin duda algu­na emo­cio­na­rá pro­fun­da­men­te al espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

La Fe Reli­gio­sa y el Deseo Sexual

FOU­DRE. Sui­za, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Car­men Jaquier. 92 minutos

Tras varios cor­tos rea­li­za­dos, la direc­to­ra sui­za Car­men Jaquier abor­da en su ópe­ra pri­ma Fou­dre, una his­to­ria que plan­tea el tema de la fe reli­gio­sa y la difi­cul­tad de com­pa­ti­bi­li­zar con el pla­cer natu­ral del sexo en sus dife­ren­tes manifestaciones.

Lilith Gras­mug

El guión de la rea­li­za­do­ra ubi­ca la his­to­ria en el verano de 1900 en una peque­ña aldea ubi­ca­da en el valle del sur de Sui­za rodea­do de majes­tuo­sas mon­ta­ñas. Eli­za­beth (Lilith Gras­mug) de 17 años de edad vive en un remo­to con­ven­to en el que ingre­só hace cin­co años y aho­ra está a pun­to de jurar los votos. Sin embar­go su pro­pó­si­to no se con­cre­ta­rá debi­do a que ines­pe­ra­da­men­te su fami­lia le hace saber que Inno­cen­te, su que­ri­da her­ma­na mayor,ha falle­ci­do; ade­más sus padres (Fra­nçois Reva­clier y Sabi­ne Timo­teo) requie­ren su vuel­ta al hogar para ayu­dar­les con las tareas en la gran­ja que poseen. A su regre­so per­sis­te en Eli­za­beth el mis­te­rio sobre la cau­sa de la muer­te de su her­ma­na en la medi­da que sus padres dota­dos de una fuer­te con­vic­ción reli­gio­sa se abs­tie­nen de abor­dar el tema.

Al poco tiem­po, habien­do cir­cuns­tan­cial­men­te des­cu­bier­to el dia­rio de Inno­cen­te, Eli­za­beth se impo­ne que ella man­tu­vo rela­cio­nes amo­ro­sas con algu­nos jóve­nes de la zona lo que le pro­du­jo un enor­me arro­ba­mien­to a la vez que le per­mi­tió reafir­mar su fe en Dios; sin embar­go, su com­por­ta­mien­to moti­vó a que fue­se deni­gra­da en el pueblo.

A la lec­tu­ra del dia­rio, se une el hecho de que en su nue­va vida en la región y al con­tac­to con la natu­ra­le­za, Eli­za­beth comien­ce a latir los impul­sos sexua­les que per­ma­ne­cie­ron com­ple­ta­men­te aca­lla­dos duran­te su per­ma­nen­cia en el con­ven­to. El fac­tor que pro­du­ce un cam­bio sus­tan­cial en su per­so­na­li­dad es el encuen­tro con Emi­le (Ben­ja­min Python), Joseph (Mer­moz Mel­chior) y Pie­rrot (Noah Watz­la­wick), tres mucha­chos de la zona que habían cono­ci­do a su her­ma­na y con quie­nes comien­za a man­te­ner un ínti­mo víncu­lo mez­cla­do de ter­nu­ra y sen­sua­li­dad median­te el con­tac­to de sus cuer­pos desnudos.

El des­per­tar sexual al comien­zo de la ado­les­cen­cia y la eman­ci­pa­ción feme­ni­na son tópi­cos muy fre­cuen­ta­dos por el cine y en tal sen­ti­do Fou­dre no agre­ga algo dis­tin­ti­vo, aun­que cabe des­ta­car la suti­le­za con que la direc­to­ra los aborda.

Si bien la narra­ción de esta mini­ma­lis­ta his­to­ria dis­ta de ser lo sufi­cien­te­men­te flui­da, en par­te eso se com­pen­sa visual­men­te con la belle­za de sus imá­ge­nes encua­dra­das en logra­dos pla­nos con la cola­bo­ra­ción de la exce­len­te foto­gra­fía de Mari­ne Atlan. Ade­más de la bue­na pues­ta en esce­na, la novel cineas­ta con­tó con un muy buen elen­co enca­be­za­do por la esme­ra­da carac­te­ri­za­ción logra­da por Lilith Gras­mug; en el rol pro­ta­gó­ni­co la joven actriz ple­na­men­te trans­mi­te el con­flic­to emo­cio­nal de su per­so­na­je quien tra­tan­do de for­jar su iden­ti­dad como mujer debe com­pa­ti­bi­li­zar su sexua­li­dad con el amor pro­fe­sa­do a Dios. Jor­ge Gutman

Una Nue­va Edi­ción del TJFF 

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

ATRAC­TI­VA PRO­GRA­MA­CIÓN 

Des­de el 30 de mayo has­ta el 9 de junio se desa­rro­lla­rá la tri­gé­si­ma segun­da edi­ción del Toron­to Jewish Film Fes­ti­val (TJFF). Como en años ante­rio­res, la mues­tra ofre­ce lo más tras­cen­den­te de la cine­ma­to­gra­fía judía inclu­yen­do fil­mes de Cana­dá y del res­to del mundo.

La pro­gra­ma­ción de la pre­sen­te edi­ción inclu­ye 82 pelí­cu­las de 15 paí­ses inclu­yen­do 64 lar­go­me­tra­jes y 18 cor­tos. A tra­vés de varia­dos géne­ros ‑dra­mas, come­dias, docu­men­ta­les, bio­gra­fías- los fil­mes selec­cio­na­dos abor­dan temas vin­cu­la­dos con la iden­ti­dad y cul­tu­ra judía.

Los fil­mes serán exhi­bi­dos en salas así como en línea (para las audien­cias de Ontario).

A con­ti­nua­ción se ofre­ce un bre­ve bos­que­jo de cua­tro de los títu­los programados.

THIS IS MY MOTHER (LA VIE DE MA MÈRE)

Ins­pi­ra­do en la his­to­ria fami­liar de Julien Car­pen­ter, en su pri­mer lar­go­me­tra­je el direc­tor ofre­ce una come­dia dra­má­ti­ca abor­dan­do la bipolaridad.

LA VIE DE MA MÈRE

La his­to­ria pre­sen­ta a Pie­rre (William Lebghil), un trein­ta­ñe­ro flo­ris­ta judío acom­pa­ña­do de su asis­ten­te Ibou (Salif Cis­sé). Su ruti­na cam­bia drás­ti­ca­men­te cuan­do su abue­la mater­na (Rosi­ta Dadoun Fer­nán­dez) le comu­ni­ca que su viu­da madre Judith (Agnès Joui) afec­ta­da de des­or­den bipo­lar ha esca­pa­do de la clí­ni­ca psi­quiá­tri­ca y aho­ra está con ella.

Pie­rre, que no ha vis­to a su madre por espa­cio de dos años, acu­de a ayu­dar a su abue­la y a la vez lograr que su madre regre­se a la clí­ni­ca. Con el pre­tex­to de visi­tar la tum­ba de su padre, duran­te una lar­ga jor­na­da él ini­cia con Judith un tra­yec­to en don­de debe­rá lidiar con sus excen­tri­ci­da­des y arran­ques impetuosos.

No obs­tan­te el telón de fon­do dra­má­ti­co que impli­ca la bipo­la­ri­dad, Car­pen­tier sazo­na la his­to­ria con momen­tos de fran­co humor a la vez que la nutre de entra­ña­ble ter­nu­ra en la espe­cial rela­ción enta­bla­da entre la madre y su hijo. Joui es irre­sis­ti­ble carac­te­ri­zan­do la ambi­va­len­cia y vul­ne­ra­bi­li­dad de Judith que a sus momen­tos de eufo­ria y arre­ba­ta­do desen­freno le siguen otros de sosie­go y cor­du­ra demos­tran­do su capa­ci­dad de dia­lo­gar nor­mal­men­te y expre­sar el amor que sien­te hacia su hijo. Por su par­te, Leibghill demues­tra sol­tu­ra como el hijo capaz de coexis­tir con los mar­ca­dos extre­mos expe­ri­men­ta­dos en el esta­do aní­mi­co de su pro­ge­ni­to­ra debi­do a su enfer­me­dad mental.

En resu­men, he aquí un rela­to sen­si­ble y humano en don­de Car­pen­tier pin­ta un buen retra­to de sus per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos gene­ran­do la empa­tía del espectador.

HOME 

Basa­do en su expe­rien­cia vivi­da en Jeru­sa­lén entre 2006 y 2008, el direc­tor Benny Fred­man ofre­ce un remar­ca­ble dra­ma don­de demues­tra cómo el dog­ma­tis­mo reli­gio­so es capaz de malo­grar la vida de una per­so­na. Fred­man no inten­ta vili­pen­diar a la comu­ni­dad hare­dim ‑los judíos ultra orto­do­xos reli­gio­sos de Jeru­sa­lén- sino el de mos­trar a algu­nos de sus miem­bros que tra­ta­ron de destruirlo.

HOME

Como con­se­cuen­cia de lo que pre­ce­de, el cineas­ta con su co-guio­nis­ta Dror Keren, con­ci­bie­ron un rela­to de fic­ción don­de su pro­ta­go­nis­ta Yair Kaplan (Roy Nik) es su alter ego.

Yair es un exce­len­te estu­dian­te del cen­tro de estu­dios de la Torá y del Tal­mud ubi­ca­do en el vecin­da­rio Geu­la de la capi­tal israe­lí Jeru­sa­lén, zona que con­gre­ga a los hare­dim a los que él así como su mujer Nava (Yar­den Tous­sia-Cohen) igual­men­te pertenecen.

El eje de la his­to­ria resi­de en la deci­sión de Yair de dejar por unos meses sus estu­dios para abrir en la zona un nego­cio de artícu­los elec­tró­ni­cos para la ven­ta de compu­tado­res y telé­fo­nos móvi­les, aun­que sin tener acce­so al inter­net a fin de ajus­tar­se a las nor­mas que rige el deno­mi­na­do “Comi­té Geu­la”. Si bien Nava es escép­ti­ca sobre este pro­yec­to, el gran amor del matri­mo­nio moti­va a que final­men­te ella no se opon­ga a la ini­cia­ti­va de Yair.

La aper­tu­ra del esta­ble­ci­mien­to con­ci­ta la adhe­sión de un con­si­de­ra­ble sec­tor del vecin­da­rio que en par­te inclu­ye a inte­lec­tua­les y a la pobla­ción menu­da; sin embar­go, algu­nos reli­gio­sos con­si­de­ran que lo que Yair ofre­ce en su nego­cio cons­ti­tu­ye una gra­ve tras­gre­sión a las nor­mas tra­di­cio­na­les de la comu­ni­dad. La situa­ción alcan­za nive­les incon­tro­la­bles, cuan­do al no poder disua­dir al joven empre­sa­rio de cerrar el local tra­tan de incen­diar­lo ade­más de cas­ti­gar a su dueño.

Median­te un cau­ti­van­te rela­to pleno de ten­sión, Fred­man ilus­tra cómo a fin de imple­men­tar el seve­ro códi­go reli­gio­so de la comu­ni­dad ultra­or­to­do­xa, algu­nos de sus faná­ti­cos miem­bros pue­den recu­rrir a extre­ma­dos nive­les de vio­len­cia físi­ca como así mis­mo expo­ner su nivel de corrup­ción moral.

Hoy día Fred­man de 43 años de edad ya no es más un hare­dí y habien­do dejan­do a un lado su acti­vi­dad empre­sa­rial ha lle­ga­do a ser un res­pe­ta­ble cineas­ta a la vez que tal como se lee en los cré­di­tos fina­les vive feliz­men­te con su mujer y sus cua­tro hijos.

SEVEN BLES­SINGS (SHE­VA BRACHOT)

Esta pelí­cu­la de la cineas­ta Aye­let Menahe­mi vie­ne pre­ce­di­da por favo­ra­bles ante­ce­den­tes al haber sido pre­mia­da en 2023 con 10 Ophir (los Oscar de Israel), inclu­yen­do entre otros, mejor film, mejor direc­ción, mejor actriz pro­ta­gó­ni­ca y mejor guión. Lo intere­san­te del film es que ofre­ce aspec­tos de inte­rés para quie­nes no estén fami­lia­ri­za­dos con vie­jas cos­tum­bres de fami­lias reli­gio­sas judías de Marrue­cos; es así que su títu­lo “Sie­te Ben­di­cio­nes” alu­de al cere­mo­nial que tie­ne lugar des­pués de una boda, don­de duran­te sie­te días con­se­cu­ti­vos la novia es home­na­jea­da median­te comi­das que se lle­van a cabo en los hoga­res de dife­ren­tes familiares.

SEVEN BLES­SINGS

Ambien­ta­da en Jeru­sa­lén en 1990, el rela­to comien­za con la boda de Marie (Rey­mon­de Amsa­lem) y Dan (Eran Mor). Ella per­te­ne­ce a una fami­lia judía marro­quí que vivien­do en Fran­cia regre­sa a Israel para su casa­mien­to; en tan­to que Dan naci­do en Fran­cia per­te­ne­ce a una fami­lia aske­na­zi, de cos­tum­bres dife­ren­tes a las de su novia. En la cere­mo­nia reli­gio­sa lo que más se des­ta­ca es que Marie es cor­te­ja­da por su madre Han­na (Tik­va Dayan) y su tía Gra­zia (Riv­ka Bahar).

De inme­dia­to se pasa a las fes­ti­vi­da­des pos­te­rio­res don­de en la pri­me­ra de las sie­te comi­das se sabe que Marie cuan­do tenía dos años de edad fue entre­ga­da por su madre a Gra­zia, dado que ella era esté­ril y de ese modo satis­fa­ría su voca­ción mater­nal. En con­se­cuen­cia, habien­do cria­do y edu­can­do a la niña, Gra­zia lle­gó a cono­cer a su sobri­na mucho mejor que su pro­pia madre.

En medio de la gran alga­ra­bía que se va suce­dien­do en el trans­cur­so de cada comi­da reu­nien­do a padres, her­ma­nos, tíos, pri­mos y demás fami­lia­res, que­da mani­fes­ta­do el resen­ti­mien­to que Marie guar­da hacia su madre por no haber­la cria­do; a eso se agre­gan algu­nos secre­tos y men­ti­ras que se man­tu­vie­ron bien guar­da­dos en el seno de la fami­lia de Marie, don­de las heri­das emo­cio­na­les del pasa­do pare­cen no haber cica­tri­za­do a tra­vés del tiempo.

Aun­que el guión deja algu­nos hilos suel­tos que que­dan sin acla­rar, la direc­to­ra logra algu­nas situa­cio­nes de humor alter­na­das con otras más serias per­mi­tien­do que esta ape­na­da come­dia adquie­ra impac­to emocional.

THE GOLD­MAN CASE (LE PRO­CÈS GOLDMAN)

Ambien­ta­do casi ente­ra­men­te den­tro en una sala de audien­cia judi­cial, este film de Cédric Kahn está cen­tra­do en Pie­rre Gold­man quien alcan­zó con­si­de­ra­ble noto­rie­dad en Fran­cia cuan­do en abril de 1970 fue incul­pa­do por cua­tro agre­sio­nes a mano arma­da, de las cua­les una de las mis­mas estu­vo refe­ri­da a la muer­te de dos far­ma­céu­ti­cas en una far­ma­cia de París, epi­so­dio acon­te­ci­do el 19 de diciem­bre de 1969. Al ser enjui­cia­do el jura­do lo sen­ten­ció a pri­sión perpetua.

LE PRO­CÈS GOLDMAN

Mien­tras estu­vo en la cár­cel, escri­bió un libro que fue publi­ca­do, en octu­bre de 1975 cuyo nom­bre es “Oscu­ras memo­rias de un pola­co judío naci­do en Fran­cia” y que le valió el apo­yo de toda la éli­te inte­lec­tual de Fran­cia. Abo­gan­do por su ino­cen­cia en los ase­si­na­tos men­cio­na­dos, la sen­ten­cia fue ape­la­da y en con­se­cuen­cia la Cor­te de Ape­la­cio­nes anu­ló el pri­mer jui­cio y trans­fi­rió el caso a la Cor­te Cri­mi­nal de Amiens que deci­dió la rea­li­za­ción de un nue­vo jui­cio que comen­zó en abril de 1976.

A tra­vés del guión del rea­li­za­dor escri­to con Natha­lie Her­tz­berg, valién­do­se en par­te de la auto­bio­gra­fía de Gold­man, como asi­mis­mo de trans­crip­cio­nes del pro­ce­so, se van cono­cien­do face­tas de este sin­gu­lar per­so­na­je. Naci­do en Fran­cia casi hacia el final de la gue­rra, es hijo de padres judíos que emi­gra­ron de Polo­nia duran­te la inva­sión nazi y que actua­ron en el movi­mien­to de resis­ten­cia fren­te al nazis­mo. El mar­ca­do anti­se­mi­tis­mo impe­ran­te ins­tó a Gold­man a con­ver­tir­se en un afe­rra­do mili­tan­te de izquier­da per­si­guien­do nobles ideales.

A la remar­ca­ble direc­ción de Kahn y del estu­pen­do guión nutri­do de exce­len­tes diá­lo­gos, el film alcan­za máxi­ma auten­ti­ci­dad a tra­vés de la anto­ló­gi­ca inter­pre­ta­ción de Ariel Worthha­ller quien se adue­ña por com­ple­to de la com­ple­ja per­so­na­li­dad del pro­ta­go­nis­ta de esta verí­di­ca historia.

En esen­cia, Khan ha logra­do un exce­len­te dra­ma judi­cial don­de a su vez que­dan refle­ja­dos algu­nos ras­gos de la socie­dad fran­ce­sa de esa épo­ca, como es el mar­ca­do racis­mo poli­cial y anti­se­mi­tis­mo que Gold­man denun­cia duran­te su jui­cio y que lamen­ta­ble­men­te ese tema adquie­re en Fran­cia actual resonancia.

Un Memo­ra­ble Dra­ma Bélico

SAVING PRI­VA­TE RYAN

Pro­si­guien­do con la serie de Clas­sic Films de Cine­plex, se verá el dra­ma béli­co Saving Pri­va­te Ryan rea­li­za­do por Ste­ven Spie­berg en 1998.

Toman­do como base una anéc­do­ta cen­tral ela­bo­ra­da por el guio­nis­ta Robert Rodat, Spiel­berg rela­ta la acción de un gru­po de mili­ta­res duran­te la Segun­da Gue­rra Mundial.

Tom Hanks

La tra­ma gira en torno del capi­tal John Miller (Tom Hanks) quien habien­do sobre­vi­vi­do los obs­tácu­los mayo­res del des­em­bar­co en las cos­tas de Nor­man­día en el céle­bre día “D” del 6 de junio de 1944, reci­be las órde­nes de pro­ce­der al res­ca­te del sol­da­do James Ryan (Matt Damon), cuyos tres her­ma­nos ya habían muer­to en acción de gue­rra. Para no pri­var de la fami­lia al últi­mo hijo varón con vida, el gene­ral a car­go de las fuer­zas arma­das de Esta­dos Uni­dos deci­de que el sol­da­do Ryan que­de exi­mi­do de sus obli­ga­cio­nes mili­ta­res. Las terri­bles difi­cul­ta­des que deben enfren­tar los ocho hom­bres del coman­do para ubi­car a Ryan en medio de una gue­rra infer­nal sacu­di­da por los dis­pa­ros de las metra­llas y cómo varios de ellos irán murien­do en esa misión, cons­ti­tu­ye la esen­cia del relato.

Con su inne­ga­ble talen­to Spiel­berg ha logra­do un remar­ca­ble film épi­co rin­dien­do tri­bu­to al heroís­mo y valor de sus con­ciu­da­da­nos duran­te la Segun­da Gue­rra. Para esta ambi­cio­sa pro­duc­ción, el direc­tor con la exce­len­te actua­ción de Tom Hanks en el rol pro­ta­gó­ni­co rodea­do de un cali­fi­ca­do elen­co inte­gra­do por Matt Damon, Edward Burns, Tom Size­mo­re, Jeremy Davies, Ted Dan­son, Vin Die­sel, Adam Gold­berg y Barry Peper, entre otros actores.

En los rubros téc­ni­cos se des­ta­ca la estu­pen­da foto­gra­fía de Janusz Kamins­ki cap­tan­do las atro­ci­da­des de la gue­rra en toda su mag­ni­tud, así como la apro­pia­da músi­ca del com­po­si­tor John Williams.

La repo­si­ción de Saving Pri­va­te Ryan se efec­tua­rá en los cines de Cine­plex a par­tir del 31 de mayo de 2024.