Los Pal­ma­res de Cannes

Cró­ni­ca de José Rid­dout Polar

Al fina­li­zar una­la edi­ción que fue de menos a más, el jura­do (pre­si­di­do por Gre­ta Ger­wig) de la com­pe­ti­ción del 77.° Fes­ti­val de Can­nes deci­dió dar un soplo de aire fres­co entre­gan­do la Pal­ma de Oro a la apa­sio­nan­te Ano­ra de Sean Baker. La his­to­ria gira en torno de Ano­ra, una strip­per de Asto­ria (Queens) que se ve envuel­ta en una dis­pa­ra­ta­da epo­pe­ya cuan­do el hijo de un oli­gar­ca ruso se enca­pri­cha de ella. Con unos per­so­na­jes para el recuer­do, Ano­ra cir­cu­la por varios géne­ros: de la pelí­cu­la noc­tur­na desen­fre­na­da al thri­ller urbano jun­to a las mafias rusas de Coney Island, del screw­ball comedy a una vuel­ta de tuer­ca final tan emo­cio­nan­te que Baker —que les dedi­có el pre­mio a ellas, “a las tra­ba­ja­do­ras sexua­les de antes, de aho­ra y de siem­pre”— con­vier­te a su per­so­na­je prin­ci­pal, inter­pre­ta­do por una increí­ble Mikey Madi­son, en una heroí­na eterna.

El tra­ba­jo de Madi­son y el del actor ruso Yuriy Bori­sov, en la piel de un lacó­ni­co y román­ti­co ángel de la guar­da, con­tri­bu­yen a que Ano­ra sea una Pal­ma de Oro per­fec­ta y muy emo­cio­nan­te, por­que con­sa­gra a un cineas­ta inde­pen­dien­te que lle­va mucho tiem­po fil­man­do reali­da­des mar­gi­na­les sin sor­di­dez ni mora­li­na, con una mira­da lle­na de empa­tía y sabi­du­ría hacia las per­so­nas que retra­ta. 

El espí­ri­tu de reno­va­ción sigue pre­sen­te a la altu­ra del Gran Pre­mio, que ha ido a parar a la india Payal Kapa­dia por All We Ima­gi­ne as Light. La pri­me­ra pelí­cu­la india que con­cur­sa en 30 años en Can­nes de la joven direc­to­ra. Otra vez el jura­do acer­tó. La his­to­ria de tres muje­res, dos de ellas com­pa­ñe­ras de depar­ta­men­to, que tra­ba­jan como enfer­me­ras en Mum­bai es un pre­cio­so y deli­ca­do rela­to de soro­ri­dad y amis­tad. La mane­ra en que Kapa­dia cap­ta la vida de estas muje­res —en el hos­pi­tal, en el trans­por­te públi­co noc­turno o en la casa— mues­tra una inti­mi­dad que, ale­ja­da de cli­chés sobre su país, se abre a una mira­da muy poé­ti­ca, ínti­ma y sensual.

La ter­ce­ra gran ven­ce­do­ra de la edi­ción ha sido Emi­lia Pérez del fran­cés Jac­ques Audiard, que se que­da con dos galar­do­nes: el Pre­mio del Jura­do y el pre­mio a la mejor inter­pre­ta­ción feme­ni­na, trans­for­ma­do en pre­mio al repar­to (la actriz trans espa­ño­la Kar­la Sofía Gas­cón, la esta­dou­ni­den­se de ori­gen domi­ni­cano Zoé Sal­da­ña, la esta­dou­ni­den­se Sele­na Gomez y la mexi­ca­na Adria­na Paz).

https://www.youtube.com/watch?v=IZdd_DjWYzA

El jura­do tam­bién fue jus­to al entre­gar el pre­mio a la mejor direc­ción al cineas­ta por­tu­gués Miguel Gomes por Grand Tour. Un entra­ña­ble via­je a Orien­te que se mue­ve entre el azar y el tiem­po con un mis­te­rio y una belle­za al alcan­ce de muy pocos.

En el res­to del pal­ma­rés encon­tra­mos al esta­dou­ni­den­se Jes­se Ple­mons (con el pre­mio a la mejor inter­pre­ta­ción mas­cu­li­na por su mag­ní­fi­co tra­ba­jo en Kinds of Kind­ness del grie­go Yor­gos Lanthi­mos) y a la fran­ce­sa Cora­lie Far­geat que reci­bió el pre­mio al mejor guion por The Subs­tan­ce, una diver­ti­dí­si­ma pelí­cu­la de body horror y humor negro sobre el páni­co a enve­je­cer. La actriz Demi Moo­re lo da todo como una vete­ra­na estre­lla de Holly­wood enfren­ta­da a sí misma.

Por últi­mo, des­ta­ca el pre­mio espe­cial que el jura­do ha otor­ga­do al cineas­ta ira­ní Moham­mad Rasou­lof por The Seed of the Sacred Fig (La semi­lla del higo sagra­do), un pre­mio polí­ti­co a una pelí­cu­la valien­te, que desa­fía a la teo­cra­cia ira­ní a tra­vés de un dra­ma fami­liar en el que tres muje­res, dos hijas y la madre, empie­zan a tomar con­cien­cia de la reali­dad a tra­vés de las revuel­tas que empe­za­ron en 2022 por la muer­te de la joven Masha Ami­ni, gol­pea­da y arres­ta­da por lle­var mal pues­to el velo.

Por otra par­te, el jura­do de la Cáma­ra de Oro (pre­si­di­do por la actriz Emma­nue­lle Béart y el artis­ta y cineas­ta Balo­ji) deci­dió entre­gar el galar­dón a Armand del norue­go Half­dan Ull­mann Tøn­del y una men­ción espe­cial a Mon­grel, de Chiang Wei Lang y Yin You Qiao. 

Esta edi­ción de Can­nes, que­da­rá en el recuer­do por un pal­ma­rés que hace bas­tan­te jus­ti­cia a las pelí­cu­las del con­cur­so. Una edi­ción con gran­des momen­tos, como el Napo­león res­tau­ra­do de Abel Gan­ce o Los ensa­yos de Leos Carax (C’est pas moi) y Arnaud Des­ple­chin (Spec­ta­teurs!), que refle­xio­nan sobre qué es el cine, su pasa­do y su futuro.

Pal­ma de Oro
Ano­ra — Sean Baker (Esta­dos Unidos)

Gran Pre­mio
All We Ima­gi­ne as Light — Payal Kapa­dia (India)

Pre­mio del jurado
Emi­lia Perez — Jac­ques Audiard (Fran­cia)

Pre­mio especial
The Seed of the Sacred Fig — Moham­mad Rasou­lof (Irán)

Mejor direc­ción
Grand Tour — Miguel Gomes (Por­tu­gal)

Mejor inter­pre­ta­ción femenina
Kar­la Sofía Gas­cón, Zoe Sal­da­na, Sele­na Gomez y Adria­na Paz — Emi­lia Perez

Mejor inter­pre­ta­ción masculina
Jes­se Ple­mons ‑Kinds of Kind­ness (Esta­dos Unidos)

Mejor guion
The Subs­tan­ce — Cora­lie Far­geat (Fran­ce)

Cáma­ra de Oro
Armand — Half­dan Ull­mann Tøn­del (Sue­cia)

Men­ción especial
Mon­grel — Chiang Wei Liang y You Qiao Yin (Tai­wán)

Pal­ma de Oro al mejor cortometraje
The Man Who Could Not Remain Silent — Nebo­jša Sli­je­pče­vić (Croa­cia)

Sati­ri­zan­do a Dalí

DAAAAAA­LI!. Fran­cia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Quen­tin Dupieux. 77 minutos.

Entre los cineas­tas más repre­sen­ta­ti­vos del cine del absur­do se encuen­tra Quen­tin Dupieux, cuyas come­dias gene­ral­men­te se dis­tin­guen por la extra­va­gan­cia de los per­so­na­jes que las ani­man. Es así que no resul­ta extra­ño que este cineas­ta desea­ra esbo­zar un bos­que­jo en tono de sol­fa del gran pin­tor surrea­lis­ta Sal­va­dor Dalí (1904 – 1989), tenien­do en cuen­ta que ade­más de su genia­li­dad, ha sido una per­so­na que se carac­te­ri­zó por su excén­tri­ca conducta.

Dicho lo que pre­ce­de, de ante­mano cabe acla­rar que el argu­men­to de Daaaaaa­li! no tie­ne el pro­pó­si­to de rela­tar mucho de su pro­ta­go­nis­ta sino más bien evi­den­ciar­lo como el nar­ci­sis­ta y mega­ló­mano crea­dor artís­ti­co, capaz de poner a prue­ba la pacien­cia de quie­nes con él interactúan.

Édouard Baer

El rela­to de Dupieux pre­sen­ta a Judith (Anaïs Demous­tier) una ex far­ma­céu­ti­ca que aho­ra rea­li­za su pri­mer tra­ba­jo de perio­dis­ta; para ello deci­de entre­vis­tar a Dalí en el hotel en que se alo­ja, para un docu­men­tal que se pro­yec­ta rea­li­zar. Al comien­zo se lo ve al artis­ta avan­zan­do y retro­ce­dien­do suce­si­vas veces en el pasi­llo del hotel has­ta final­men­te salir al encuen­tro de la joven que lo aguar­da; sin embar­go, debi­do a que Judith no está pro­vis­ta de cáma­ras para fil­mar la entre­vis­ta, él de inme­dia­to se mar­cha dejan­do frus­tra­da a su entre­vis­ta­do­ra. Con todo, la perio­dis­ta per­sis­te en su pro­pó­si­to, dejan­do entre­ver a Dalí de que el repor­ta­je será fil­ma­do con una cáma­ra de tama­ño gigan­tes­co, tal como él lo requie­re, en una pla­ya cer­ca­na a su hogar. Des­pués de su arri­bo en un impo­nen­te Rolls-Roy­ce y cuan­do todo está pre­pa­ra­do para el repor­ta­je, Dalí acci­den­tal­men­te daña la cáma­ra fil­ma­do­ra, por lo que nue­va­men­te la entre­vis­ta se malogra.

Den­tro del mar­co de esta anár­qui­ca come­dia se suce­den esce­nas absur­das como la que trans­cu­rre en la casa de un clé­ri­go (Éric Nag­gar) quien ofre­ce una cena a la que asis­ten el pin­tor con su seño­ra oyen­do el curio­so rela­to del anfi­trión acer­ca de un extra­ño sue­ño que tuvo; no menos incohe­ren­te es la fan­ta­sio­sa secuen­cia que se desa­rro­lla en un salón de rema­te don­de se subas­ta una de las pin­tu­ras de Dalí, con la lle­ga­da impre­vis­ta de un cow­boy arma­do que fusi­la al cura.

En rigor de ver­dad, éste no es un film que se pres­ta a ser rela­ta­do sino más bien para ser vis­to don­de deli­be­ra­da­men­te Dupieux ape­la a su visión surrea­lis­ta para retra­tar estra­fa­la­ria­men­te al icó­ni­co pin­tor; es así que sin razón que lo jus­ti­fi­que recu­rre a varios acto­res que alter­na­ti­va­men­te lo carac­te­ri­zan, inclu­yen­do a Édouard Baer, Jonathan Cohen, Pio Mar­maï, Gilles Lellou­che y en su vejez a Didier Fla­mand, don­de cada uno de los intér­pre­tes luce el exa­ge­ra­do y ondu­la­do mos­ta­cho como así tam­bién el clá­si­co bas­tón que dis­tin­guió a Dalí.

Con el res­pal­do de un sóli­do elen­co don­de espe­cial­men­te se des­ta­can Demous­tier, Baer como el pri­mer Dalí y Romain Duris como pro­duc­tor de cine, uni­do a la bue­na foto­gra­fía de Dupieux y la ati­na­da músi­ca de Tho­mas Ban­gal­te, Daaaaaa­lí! es una agra­da­ble ton­te­ra inten­cio­na­da­men­te des­or­de­na­da que no obs­tan­te su bre­ve dura­ción se pro­lon­ga un poco más de lo debi­do; en todo caso eso no afec­ta­rá la apre­cia­ción del espec­ta­dor que logre invo­lu­crar­se en la sin­gu­lar ópti­ca del pro­vo­ca­ti­vo rea­li­za­dor. Jor­ge Gutman

Un Simu­la­dor Sicario

HIT MAN. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film de Richard Lin­kla­ter. 113 minutos

El renom­bra­do direc­tor ame­ri­cano Richard Lin­kla­ter logra con Hit Man un entre­te­ni­mien­to de cali­dad superior.

En la his­to­ria del guión escri­to a cua­tro manos por Lin­kla­ter y Glen Powell, el cineas­ta se ins­pi­ró en un artícu­lo escri­to en octu­bre de 2001 por el perio­dis­ta Skip Hollands­worth para la revis­ta Texas Monthly refi­rién­do­se a la doble per­so­na­li­dad asu­mi­da por el texano perio­dis­ta Gary John­son como fal­so sicario.

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En la fic­ción Gary John­son (Glen Powell) es un afa­ble pro­fe­sor de filo­so­fía en la uni­ver­si­dad de New Orleans. Des­pués de haber­se divor­cia­do, vive solo en com­pa­ñía de dos gatos; si bien la mayor par­te de su tiem­po la des­ti­na a sus cla­ses, oca­sio­nal­men­te pres­ta ser­vi­cios a la poli­cía local. Su ruti­na se ve alte­ra­da cuan­do el depar­ta­men­to poli­cial requie­re sus ser­vi­cios para reem­pla­zar a Jas­per (Aus­tin Ame­lio), un poli­cía que ha sido sus­pen­di­do tem­po­ral­men­te de sus fun­cio­nes por ofen­sas racia­les. La tarea de John­son con­sis­te en tener que actuar como un simu­la­dor ase­sino a suel­do a fin de atra­par y con­de­nar a per­so­nas que quie­ren matar a otros por encar­go a cam­bio de un pago en dinero.

A par­tir de allí el lacó­ni­co pro­fe­sor es a la vez un supues­to mer­ce­na­rio. Con gran meticu­losi­dad John­son ana­li­za el per­fil de quie­nes requie­ren sus ser­vi­cios cri­mi­na­les y de acuer­do a la per­so­na­li­dad de los mis­mos, tra­ta de adop­tar una fiso­no­mía dife­ren­te tan­to en su atuen­do como en su com­por­ta­mien­to, uti­li­zan­do dis­tin­tos nom­bres para su identificación.

El rela­to adquie­re un matiz dife­ren­te cuan­do John­son bajo el nom­bre de “Ron” es con­tac­ta­do por Madi­son (Adria Arjo­na), una joven y bella mujer que requie­re sus ser­vi­cios para eli­mi­nar a Ray (Evan Hol­tz­man), su mari­do abu­sa­dor. Pre­sen­tán­do­se el embau­ca­dor a ella como un afa­ble y atrac­ti­vo indi­vi­duo, de inme­dia­to sur­ge entre ambos una fuer­te atrac­ción; eso moti­va a Ron para con­ven­cer a Madi­son de no des­pren­der­se de su mari­do y que en cam­bio lo deje y apro­ve­che el dine­ro que esta­ba dis­pues­to a pagar­le para ini­ciar una nue­va vida. A medi­da que los encuen­tros se van suce­dien­do se pro­du­ce un apa­sio­na­do lazo ínti­mo que pron­ta­men­te con­du­ce a una rela­ción sen­ti­men­tal no exen­ta de amor. Si bien los dos dis­fru­tan del víncu­lo sur­gi­do, para John­son la situa­ción se tor­na com­pli­ca­da en la medi­da de que el enga­ño a tra­vés de su fic­ti­cia iden­ti­dad de Ron no pue­de eter­ni­zar­se. ¿Cómo resol­ver este embrollo?

Obvia­men­te sería impru­den­te ade­lan­tar la for­ma que de aquí en más adquie­re el desa­rro­llo del rela­to, sal­vo anti­ci­par que sur­gi­rán varias impre­vi­si­bles sor­pre­sas que con­tri­bu­yen a acen­tuar el inte­rés del espectador.

Lin­kla­ter, autor de una remar­ca­ble fil­mo­gra­fía gene­ra­da a lo lar­go de tres déca­das, don­de entre otros títu­los figu­ra el bri­llan­te dra­ma Boyhood (2014), demues­tra una vez más su com­ple­ta ver­sa­ti­li­dad com­bi­nan­do en este caso un muy buen thri­ller poli­cial con una come­dia román­ti­ca sazo­na­da de buen humor. A todo ello, no menos impor­tan­te es la for­ma en que la his­to­ria cen­tral está imbri­ca­da con la filo­so­fía moral que John­son trans­mi­te en su cáte­dra intro­du­cien­do el tema de la identidad.

Uni­do a la loa­ble direc­ción resal­ta­da, el film se enri­que­ce con la mag­ní­fi­ca com­po­si­ción que logra Powell como el fic­cio­nal sica­rio y la exce­len­te com­pli­ci­dad man­te­ni­da con el per­so­na­je ani­ma­do por Arjo­na. Los valo­res men­cio­na­dos moti­van a que bajo cual­quier ópti­ca de aná­li­sis Hit Man resul­te una muy pla­cen­te­ra come­dia que el direc­tor la dedi­ca a la memo­ria del real Gary Powell falle­ci­do en 2023. Jor­ge Gutman

Cri­sis Conyugal

LES TOR­TUES. Bél­gi­ca-Cana­dá, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por David Lam­bert. 83 minutos

Aun­que las vici­si­tu­des de la con­vi­ven­cia con­yu­gal ha sido con­si­de­ra­da por el cine en nume­ro­sas oca­sio­nes, en cam­bio no ha sido fre­cuen­te, el tra­ta­mien­to cuan­do se tra­ta de per­so­nas de edad madu­ra. Ese es el tema que con­si­de­ra el rea­li­za­dor David Lam­bert en Les Tor­tues enfo­can­do la cri­sis que se pro­du­ce en el seno de un matri­mo­nio gay des­pués de una lar­ga vida en común.

Dave Johns y Oli­vier Gourmet

El rela­to comien­za el pri­mer día de jubi­la­ción del poli­cía Hen­ri (Oli­vier Gour­met) que con­vi­ve en Bru­se­las con su pare­ja Thorn (Dave Johns), un expa­tria­do bri­tá­ni­co que igual­men­te en reti­ro ha sido su vez drag queen y pos­te­rior­men­te anti­cua­rio. Ambos han com­par­ti­do 35 años de vida con­yu­gal y aho­ra en su reti­ro tie­nen que afron­tar a estar jun­tos duran­te la dia­ria jor­na­da. Sin embar­go Hen­ri no es muy feliz con la idea de sobre­lle­var esa ruti­na, demos­tran­do su des­con­ten­to hacia su com­pa­ñe­ro median­te ges­tos de des­dén; a pesar de eso, el bon­da­do­so y sumi­so Thorn rea­li­za lo impo­si­ble para satis­fa­cer­lo, tal como se apre­cia en la pri­me­ra esce­na en que le sir­ve el desa­yuno en la cama, le masa­jea sus pies y tra­ta de agra­dar­lo can­tán­do­le una canción.

En medio de su cri­sis exis­ten­cial Henry acu­de a un sitio de reen­cuen­tros con el pro­pó­si­to de encon­trar a un hom­bre con quien pue­da nue­va­men­te expe­ri­men­tar su pla­cer sexual. Cuan­do Thorn se impo­ne de tal situa­ción resuel­ve ini­ciar los trá­mi­tes de divor­cio con la espe­ran­za de que a la pos­tre pue­da recon­quis­tar a su pareja.

Den­tro del mar­co des­crip­to, como telón de fon­do Lam­bert asi­mis­mo reme­mo­ra en su rela­to los años en que irrum­pió el sida, la homo­fo­bia exis­ten­te de no hace mucho tiem­po atrás así como el paso posi­ti­vo de per­mi­tir la unión matri­mo­nial de per­so­nas de igual sexo.

El tema des­crip­to es uni­ver­sal en don­de Lam­bert refle­ja la posi­bi­li­dad de que el amor entre dos seres, inde­pen­dien­te­men­te de la orien­ta­ción sexual, con el paso del tiem­po pue­da esfu­mar­se cuan­do la atrac­ción físi­ca des­apa­re­ce. Con todo, el rea­li­za­dor se mues­tra opti­mis­ta per­mi­tien­do que la des­ave­nien­cia con­yu­gal encuen­tre solu­ción en la medi­da que lo que en el fon­do pre­do­mi­na en esta pare­ja es el ape­go y amor, capaz de revitli­zar el res­plan­dor de los años jóvenes.

No obs­tan­te que la his­to­ria con­du­ce a un des­en­la­ce pre­vi­si­ble, eso no ami­no­ra su valor en el que en gran par­te se debe a las nota­bles actua­cio­nes de Gour­met y Johns don­de ambos con­sa­gra­dos intér­pre­tes trans­mi­ten con auten­ti­ci­dad la natu­ra­le­za de sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes así como la logra­da com­pli­ci­dad exis­ten­te entre los mis­mos. En pape­les de apo­yo par­ti­ci­pan Bri­git­te Pou­part como la gran ami­ga de Thorn, así como Vanes­sa Van Dur­me ani­man­do a la Mada­me del club noc­turno al que sue­le acu­dir Henri.

En esen­cia, Lam­bert ofre­ce un film que lejos de ser gran­di­lo­cuen­te y sin pre­ten­sión algu­na está bien narra­do a la vez que la dosis de ter­nu­ra impreg­na­da en su con­te­ni­do per­mi­te con­ci­tar la adhe­sión del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

Lo Que El Vien­to Se Llevó

GONE WITH THE WIND

En la serie de Clas­sic Films que pre­sen­ta Cine­plex, se verá Gone With the Wind, sin duda algu­na, el más clá­si­co de todos los films clá­si­cos. Pro­du­ci­da por David O. Selz­nick en 1939, esta épi­ca y román­ti­ca his­to­ria ha cons­ti­tui­do un hito cine­ma­to­grá­fi­co fue­ra de lo común.

La pelí­cu­la que está basa­da en la nove­la homó­ni­ma de Mar­ga­ret Mit­chell ha sido rees­tre­na­da en varias opor­tu­ni­da­des y al apro­xi­mar­se a su octo­gé­si­mo ani­ver­sa­rio de su estreno que tuvo lugar en los Esta­dos Uni­dos en diciem­bre de 1939, man­tie­ne ple­na vigen­cia a pesar del tiem­po transcurrido.

La mag­ní­fi­ca adap­ta­ción del libro ori­gi­nal rea­li­za­da por Sid­ney Howard ubi­ca la acción en 1861, en el sur de los Esta­dos Uni­dos, tenien­do como telón de fon­do la Gue­rra de Sece­sión. La pelí­cu­la narra la his­to­ria de Scar­lett O’Ha­ra, la hija de los acau­da­la­dos pro­pie­ta­rios de una plan­ta­ción de Geor­gia, que sus­pi­ra por el amor de Ash­ley Wil­kes quien es el pro­me­ti­do de su pri­ma Mela­nie Hamil­ton. En la últi­ma fies­ta antes del esta­lli­do del con­flic­to béli­co que divi­dió al país, ella cono­ce a Rhett Butler; este apues­to caba­lle­ro que solo pien­sa en sí mis­mo, no tie­ne inten­ción de par­ti­ci­par en la gue­rra y solo aspi­ra a hacer­se rico y con­quis­tar el cora­zón de la bella Scarlett.

Vivien Leigh

El film de casi 4 horas de dura­ción fue diri­gi­do por Vic­tor Fle­ming en reem­pla­zo de Geor­ge Cukor quien fue des­pe­di­do ape­nas comen­za­do el roda­je. El méri­to de Fle­ming fue el de haber rela­ta­do una his­to­ria tan inmen­sa y espec­ta­cu­lar con diá­fa­na cla­ri­dad al pro­pio tiem­po de haber logra­do un buen equi­li­brio de los varia­dos y opues­tos sen­ti­mien­tos por los que atra­vie­san sus personajes.

Vivien Leigh y Clark Gable

Entre su elen­co prin­ci­pal que abar­ca 59 per­so­na­jes se des­ta­ca la pre­sen­cia de Vivien Leigh quien fue selec­cio­na­da entre 1400 aspi­ran­tes para inter­pre­tar a la pro­ta­go­nis­ta feme­ni­na; ella con­fir­mó las expec­ta­ti­vas de los pro­duc­to­res del film al haber trans­mi­ti­do fiel­men­te la per­so­na­li­dad de la bella, capri­cho­sa y egoís­ta Scar­lett. A su lado, como co-pro­ta­go­nis­ta se lució Clark Gable dan­do vida al cíni­co y vivi­dor aven­tu­re­ro Rhett Butler; impor­tan­te ha sido la par­ti­ci­pa­ción de Oli­via de Havi­lland como la dul­ce y noble Mela­nie en tan­to que Les­lie Howard se defen­dió airo­sa­men­te en el rol de Ashley.

La pro­duc­ción se enri­que­ció con la estu­pen­da recrea­ción de Atlan­ta y la recons­truc­ción de la calle Peach­tree, una de las más impor­tan­tes de dicha ciu­dad. A ello cabe con­si­de­rar el empleo de 1100 caba­llos, ade­más de 375 de otros varia­dos ani­ma­les así como el uso de 450 vehícu­los (vago­nes, ambu­lan­cias, etc.). Musi­cal­men­te, el céle­bre com­po­si­tor Max Stei­ner ha con­tri­bui­do en real­zar las esce­nas más impo­nen­tes del film a tra­vés de la exce­len­te ban­da sono­ra don­de se des­ta­ca la gran rique­za meló­di­ca de El Tema de Tara.

La pelí­cu­la fue mere­ce­do­ra de 8 pre­mios Oscar, inclu­yen­do entre otros, al de mejor film, mejor direc­ción (Vic­tor Fle­ming), mejor adap­ta­ción de guión (Sid­ney Howard) mejor actriz (Vivien Leigh) y mejor actriz de repar­to otor­ga­do a Hat­tie McDa­niel quien fue la pri­me­ra de raza negra en haber­lo recibido.

El film que fue res­tau­ra­do digi­tal­men­te como así tam­bién su ban­da sono­ra será exhi­bi­do en los cines de Cine­plex a par­tir del 24 de mayo de 2024. Para infor­ma­ción sobre las salas par­ti­ci­pan­tes y hora­rios res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí