L’ÉTÉ DERNIER. Francia, 2023. Un film escrito y dirigido por Catherine Breillat. 104 minutos
Después de haber realizado en 2013 Abus de faiblesse, la transgresora realizadora y guionista Catherine Breillat retorna con L’été dernier, una osada comedia dramática basada en el exitoso film danés Queen of Hearts (2019) de May El-Thoukhy. Sin alcanzar el nivel de calidad de la versión original, su escabroso tema es adecuadamente tratado por la realizadora.
La historia se centra en Anna (Léa Drucker), una exitosa abogada de treinta y tantos años de edad que vive con Pierre (Olivier Rabourdin), su marido empresario y varios años mayor que ella y dos niñas asiáticas que han sido adoptadas dado que biológicamene Anna no puede tener hijos. Sin apremios económicos, la familia habita en una suntuosa residencia ubicada en los suburbios de París y cercana a un lago. Tal como se aprecia en la secuencia inicial, como empeñosa profesional Anna se ocupa de defender judicialmente los abusos que puedan sufrir los menores, recurriendo en ciertos casos a solicitar la intervención de los servicios sociales cuando lo considera necesario.
La rutina normal se altera cuando en el verano en que transcurre la acción llega temporalmente al hogar Theo (Samuel Kircher), el desaprensivo hijo de 17 años de Pierre; producto de un matrimonio anterior y que su madre no puede controlarlo. En un principio la convivencia con el recién llegado no resulta cordial debido a su rebelde comportamiento; con todo, cuando Anna descubre que el muchacho ha efectuado robos en el hogar, ella le promete de no denunciarlo a su padre con tal de que cambie de actitud; es así que la convivencia se vuelve tolerable.
Gradualmente va surgiendo una etapa de compañerismo entre ella y Theo que se convierte en atracción sexual y que la misma se consuma durante un viaje de negocios de Pierre; ambos llegan a un acuerdo de que el prohibido affaire permanecerá en un absoluto secreto. Arriesgando el bienestar de su familia así como el de su profesión, Anna prosigue dando rienda suelta al apasionado amor con su hijastro. La situación deviene en escándalo cuando el muchacho revela a su padre la verdad y la adúltera esposa fuertemente lo niega señalando que Theo es un empedernido mentiroso.
Mediante una realización convencional Breillat se adentra en la psicología de sus dos protagonistas sin tratar de juzgarlos ni menos aún de culparlos. A través de la magnífica composición de Ducker, la realizadora consigue retratar a una mujer que imposibilitada de refrenar su deseo contraría lo que aboga en su profesión al mantener un vínculo con un menor a pesar de ser consensuado. Por su parte Kircher que había gratamente impresionado en Le Lycéen (2022) confirma su dominio actoral expresando los sentimientos de un adolescente incapaz de controlar sus emociones debido a la fuerza impulsiva del sexo.
Dado lo que antecede Breillat sin ofrecer una respuesta moral al escabroso tema obtiene un relato erótico no desprovisto de interés que se desmejora con un segmento final completamente inconsistente, contradiciendo lo anteriormente expuesto.
Jorge Gutman