NOS BELLES-SOEURS. Canadá, 2024. Un film de René Richard Cyr. 105 minutos.
Basada en la obra Les Belles Soeurs del eminente dramaturgo Michel Tremblay estrenada en 1968 y montada mundialmente, el director teatral René Richard Cyr la adaptó en 2010 para su conversión en pieza musical. Es ahora que el realizador efectúa su debut detrás de la cámara para su versión fílmica con el nombre de Nos Belles-Soeurs.
Para evitar que la película resultara como una pieza musical filmada, en esta nueva adaptación el director efectuó ciertas modificaciones al texto incluyendo la reducción de los números musicales, como asimismo la de los personajes femeninos, aunque siempre respetando la esencia de la obra original.
El film transcurre durante los años 60 en el Plateau Mont Royal, un barrio de clase obrera de Montreal, donde reside Germaine Lauzon (Geneviève Schmidt), una muy humilde mujer de familia que acaba de ganar un concurso organizado por una firma comercial recibiendo como premio un millón de cupones; a fin de materializar esa promesa de felicidad para su intercambio se requiere que los cupones deban estar adheridos a un conjunto de cartillas Es así que Germaine convoca en la cocina de su hogar a su hermana, cuñada y a varias vecinas, todas ellas pertenecientes a la misma clase social, para que la ayuden a concretar la enorme tarea. Durante el trabajo en conjunto, a través de las conversaciones mantenidas en el seno grupal quedan expuestos varios aspectos sobre sus vidas rutinarias, sus frustraciones, sueños no concretados, problemas de comunicación intergeneracional y otros tópicos vinculados con las convenciones sociales vigentes. Desafortunadamente en esas supuestamente amigables reuniones salen a relucir algunas debilidades de la condición humana, incluyendo los celos, la envidia y la encubierta maldad de sus personajes, hasta desembocar en un patético desenlace.
Uno de los problemas de esta ambiciosa comedia dramática es que en varias de sus secuencias adquiere el tono vodevilesco con los excesos y exagerados comportamientos de sus personajes bordeando la caricatura. A eso se añade los números musicales insertados de manera errática en la narración, a pesar de las bellas canciones de Daniel Belanger, co-escritas por el compositor, Michel Tremblay y Cyr.
Uno de los puntales de la película reside en la brillante actuación de Geneviève Schmidt quien aporta vivacidad, emoción y ternura en la composición de Germaine Luzon; el resto del elenco integrado entre otros por Guylaine Tremblay, Anne-Élisabeth Bossé, Debbie Lynch-White, Véronic DiCaire, Ariane Moffatt, Valérie Blais, Pierrette Robitaille, Diane Lavallée, Véronique Le Flaguais y Jeanne Bellefeuille cumplen satisfactoriamente los requerimientos demandados por el desigual guión.
Asimismo cabe destacar la acertada puesta escénica de Cyr y la magnífica coreografía de los hermanos Katerine y Alexandre Leblanc en las danzas que acompañan a algunas canciones..
Sin que el film alcance el excelente nivel de la pieza musical, el humano mensaje de Michel Tremblay queda aquí reflejado y en definitiva eso justifica su visión.
Jorge Gutman