BOLERO. Francia-Bélgica, 2024. Un film de Anne Fontaine. 120 minutos
La génesis de una creación musical que impresionó y prosigue impactando al mundo así como a su renombrado creador es lo que Anne Fontaine considera en Bolero.
Aunque abarcando aspectos de la vida del gran compositor Maurice Ravel (1875 – 1937), la película guionizada por Fontaine y Claire Barré se centra en un momento crucial de su existencia durante los últimos años de la década del 20 e inicios de la siguiente.
En 1927, Ravel (Raphaël Personnaz) ya era un compositor mundialmente conocido aunque algunos de sus críticos lo consideraron poco emocional e inferior a la música del impresionista Claude Debussy. Es en ese entonces que la renombrada coreógrafa Ida Rubinstein (Jeanne Balibar) le encomienda la composición de una música para su próximo ballet.
Como un gran admirador de la cultura española lo primero que vino a la mente de Ravel fue Iberia, la composición musical de Albéniz. Al no haber podido lograr su propósito, él se encuentra creativamente atascado; sin embargo, su inspiración reviene al percibir el punzante sonido proveniente del ruido continuado de las máquinas de una fábrica; en consecuencia, llega a concebir un tema de breve duración que se irá repitiendo progresivamente durante 17 veces hasta arribar a un estruendoso crescendo final. Así surge en 1928 Bolero, la obra más famosa del eximio compositor, cuya popularidad no solo alcanzó a Francia sino a nivel internacional, a tal punto que en los créditos finales del film se lee que Bolero se ejecuta cada 15 minutos en diferentes lugares del mundo.
Simultáneamente el relato presenta a Ravel como la persona que encuentra en la música la razón de su vida. Puede que algunos hechos del pasado hayan influido en su personalidad; así a través de flashbacks, el músico recuerda durante sus años de juventud musical el haber quedado frustrado por no haber logrado el importante Premio de Roma, los traumas que le han dejado su participación en el ejército durante la Gran Guerra así como la muerte de su adorada madre Marie (Anne Alvaro). En su actual vida queda reflejado el apoyo recibido por su gran amor platónico Misia Sert (Doria Tillier), su entrañable amiga pianista Marguerite Long (Emmanuelle Devos), así como su amigo Cipa Godebski (Vincent Perez), hermano de Misia.
El film asimismo resalta la actuación de Ravel como director orquestal y pianista incluyendo extractos de algunas de sus renombradas obras que son interpretadas por el músico francés Alexandre Tharaud y que sin duda satisfará a los amantes de la música clásica.
Es en el último tramo donde el relato adquiere mayor emoción observando el prematuro envejecimiento del compositor pese a su no avanzada edad. Con su precario estado de salud mental delatando una posible demencia senil, llega a conmover cuando al escuchar el Bolero se pregunta si realmente fue él quien lo compuso.
Apartándose de la tradición biografía, con notable delicadeza Fontaine efectúa un sobrio y afectuoso estudio introspectivo del hombre detrás de la música. Contando con un calificado elenco, el film está agraciado por la muy buena caracterización del protagonista efectuada por Personnaz; el actor convincentemente capta la esencia del atormentado artista solitario y cerebral que no obstante haber estado rodeado de agradables mujeres independientes, nunca ha llegado a formar pareja en la medida que el alma de la música ha sido el medio capaz de despertar en él sus más íntimos sentimientos. Jorge Gutman