Una Eva y Dos Adanes

SOME LIKE IT HOT

Pro­si­guien­do con la difu­sión de la serie Clas­sic Films y con­me­mo­ran­do los 65 años de su estreno Cine­plex pre­sen­ta­rá Some Like It Hot (1959), con­si­de­ra­da como una de las come­dias más bri­llan­tes de todos los tiem­pos y sin duda uno de los mejo­res fil­mes rea­li­za­dos por el exce­len­te direc­tor Billy Wilder.

Tony Curtis y Jack Lemmon

Tony Cur­tis y Jack Lemmon

La desopi­lan­te his­to­ria trans­cu­rre en la épo­ca de la Ley Seca, más espe­cí­fi­ca­men­te en 1929, don­de el saxo­fo­nis­ta Joe (Tony Cur­tis) y el con­tra­ba­jis­ta Jerry (Jack Lem­mon) son dos músi­cos de menor cuan­tía vivien­do en Chica­go. Al haber sido tes­ti­gos cir­cuns­tan­cia­les de la masa­cre de San Valen­tin, son des­cu­bier­tos por una ban­da de gangs­ters y es así que se ven obli­ga­dos a huir de ellos par­tien­do en tren hacia Mia­mi. Sin dine­ro dis­po­ni­ble y dis­fra­za­dos de muje­res, don­de Joe pasa a ser Josephi­ne y Jerry adop­ta el nom­bre de Daph­ne, con sus res­pec­ti­vos ins­tru­men­tos logran inte­grar­se a una orques­ta de seño­ri­tas en la que se encuen­tra la sexy Sugar Cane (Marilyn Mon­roe) como can­tan­te del gru­po acom­pa­ña­da de su uke­le­le. A par­tir de allí comien­za el enre­do pro­pio de las come­dias de equi­vo­ca­cio­nes don­de Sugar que sue­ña casar­se con un millo­na­rio moti­va a que Joe, ocul­tan­do su adop­ta­da iden­ti­dad feme­ni­na, se haga pasar por un mag­na­te petro­le­ro a fin de con­quis­tar­la. Al pro­pio tiem­po, Jerry en su con­di­ción de mujer se encuen­tra en aprie­tos cuan­do logra cau­ti­var a un ver­da­de­ro millo­na­rio (Joe Brown).que la(o) pre­ten­de; Para peor, el peli­gro ace­cha para ambos simu­la­do­res cuan­do son divi­sa­dos por los mafio­sos de Chica­go y su jefe (Geor­ge Raft) en el hotel don­de se hospedan.

Tony Curtis y Marilyn Monroe

Tony Cur­tis y Marilyn Monroe

Bri­llan­te en su eje­cu­ción y con un humor irre­sis­ti­ble, Wil­der impri­me increí­ble vita­li­dad a un rela­to que remi­te a la joco­si­dad refle­ja­da en los gags de la épo­ca del cine mudo; de ese modo logra una hila­ran­te sáti­ra don­de la risa espon­tá­nea aflo­ra sin cesar en el ros­tro del públi­co. Afor­tu­na­da­men­te, el rea­li­za­dor ha con­ta­do con exce­len­tes come­dian­tes don­de Tony Cur­tis se luce como el don­jua­nes­co saxo­fo­nis­ta y Jack Lem­mon resul­ta impa­ga­ble per­so­ni­fi­can­do a la “damr” que se rin­de a su apa­sio­na­do pre­ten­dien­te bai­lan­do un tan­go con él; por su par­te, la míti­ca Marilyn Mon­roe como la encan­ta­do­ra ton­to­na que le toca carac­te­ri­zar delei­ta visual­men­te con su carac­te­rís­ti­ca sen­sua­li­dad ade­más de demos­trar bue­nas con­di­cio­nes voca­les inter­pre­tan­do dos agra­da­bles canciones.

Marilyn Monroe

Marilyn Mon­roe

En esen­cia, este film agra­cia­do ade­más por su músi­ca, ves­tua­rio e impe­ca­ble esce­no­gra­fía es un exce­len­te ejem­plo de inge­nio artís­ti­co y gran entre­te­ni­mien­to popu­lar con sus hallaz­gos de estu­pen­da comi­ci­dad y bri­llan­tes diá­lo­gos. A 58 años de su estreno sus valo­res se man­tie­nen vigen­tes por su gran cali­dad y es por eso que es con­si­de­ra­do un clá­si­co del cine.

La pelí­cu­la será pro­yec­ta­da en las salas del cir­cui­to Cine­plex a par­tir del 26 de julio de 2024. Para infor­ma­ción adi­cio­nal sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y hora­rios loca­les pre­sio­ne aquí

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Una Ope­ra que Nun­ca Envejece

LA BOHÈME

Cine­plex difun­di­rá duran­te el verano actual ópe­ras que fue­ron trans­mi­ti­das des­de el Met­tro­po­li­tan Ope­ra de Nuew York en el pasa­do. La pri­me­ra ópe­ra de este ciclo que fue difun­di­da en febre­ro de 2018 es La Bohè­me, la céle­bre crea­ción líri­ca de Gia­com­mo Puc­ci­ni con libre­to ita­liano de Giu­sep­pe Gia­co­sa y Lui­gi Illica.

Si bien la ópe­ra tuvo una fría recep­ción cuan­do se estre­nó en Turín en febre­ro de 1896, hoy día es una de las más repre­sen­ta­das del reper­to­rio líri­co debi­do a la glo­rio­sa músi­ca de su autor y a la emo­ti­va his­to­ria basa­da en la nove­la Esce­nas de la vida bohe­mia de Henry Mur­ger. Cabe agre­gar que ha sido eje­cu­ta­da en el MET más de 1500 veces mar­can­do un récord en su historial.

El argu­men­to gira en torno a jóve­nes bohe­mios de con­di­ción humil­de que viven en el barrio latino de París en 1830 y se cen­tra en la rela­ción amo­ro­sa de Rodol­fo, un joven poe­ta, con Mimí, una dul­ce cos­tu­re­ra de frá­gil salud. A tra­vés de ese esque­ma argu­men­tal, Puc­ci­ni supo expre­sar los sen­ti­mien­tos de sus per­so­na­jes con arias que que­dan gra­ba­das en la memo­ria de los aman­tes del arte líri­co; entre otras se des­ta­can Sì, mi chia­mano Mimi,  Che geli­da mani­na,  O soa­ve fan­ciu­lla, Ma cuan­do bien lo sge­lo y Eben­ne no, non lo so.

Michael Fabiano y Son­ya Yon­che­va (Foto: Mar­tin Sohl / Ken) Howard / Met)

La Bohè­me fue obje­to de varias pro­duc­cio­nes pero sin duda una de las más subli­mes es la que con­ci­bió Fran­co Zef­fi­re­lli en 1981. Entre los muchos méri­tos de esta pues­ta escé­ni­ca se dis­tin­gue la con­cep­ción del segun­do acto que trans­cu­rre en el café Momus y en don­de se asis­te a un impo­nen­te des­fi­le mili­tar que atra­vie­sa el escenario.

La soprano búl­ga­ra Sonia Yon­che­va vuel­ve a con­fir­mar su talen­to acto­ral y vocal ani­man­do a Mimí, papel que le depa­ró gran­des elo­gios crí­ti­cos cuan­do lo can­tó por pri­me­ra vez en el MET en noviem­bre de 2014. A su lado se encuen­tra el tenor ame­ri­cano Michael Fabiano quien se luce como el joven poe­ta que se ena­mo­ra a pri­me­ra vis­ta de Mimí. La soprano esta­dou­ni­den­se Susan­na Phi­llips ofre­ce gra­cia y encan­to ani­man­do a la coque­ta Muset­ta en tan­to que el barí­tono ame­ri­cano Lucas Mea­chem ani­ma al pin­tor Mar­ce­llo. El elen­co se com­ple­ta con los can­tan­tes Ale­xey Lavrov, Matthew Rose y Paul Plish­ka.

El maes­tro ita­liano Mar­co Armi­lia­to, gran cono­ce­dor de Puc­ci­ni, es el direc­tor musi­cal. La esce­no­gra­fía es de Fran­co Zef­fi­re­lli, el ves­tua­rio corres­pon­de a Peter J. Hall y la ilu­mi­na­ción es de Gil Wechsler.

Esta román­ti­ca ópe­ra es can­ta­da en su ver­sión ori­gi­nal ita­lia­na con sub­tí­tu­los en inglés será difun­di­da el 24 de julio de 2024.en selec­tas salas de Cine­plex.

Famo­sa Com­po­si­ción Musical

BOLE­RO. Fran­cia-Bél­gi­ca, 2024. Un film de Anne Fon­tai­ne. 120 minutos

La géne­sis de una crea­ción musi­cal que impre­sio­nó y pro­si­gue impac­tan­do al mun­do así como a su renom­bra­do crea­dor es lo que Anne Fon­tai­ne con­si­de­ra en Bole­ro.

Aun­que abar­can­do aspec­tos de la vida del gran com­po­si­tor Mau­ri­ce Ravel (1875 – 1937), la pelí­cu­la guio­ni­za­da por Fon­tai­ne y Clai­re Barré se cen­tra en un momen­to cru­cial de su exis­ten­cia duran­te los últi­mos años de la déca­da del 20 e ini­cios de la siguiente.

Raphaël Per­son­naz

En 1927, Ravel (Raphaël Per­son­naz) ya era un com­po­si­tor mun­dial­men­te cono­ci­do aun­que algu­nos de sus crí­ti­cos lo con­si­de­ra­ron poco emo­cio­nal e infe­rior a la músi­ca del impre­sio­nis­ta Clau­de Debussy. Es en ese enton­ces que la renom­bra­da coreó­gra­fa Ida Rubins­tein (Jean­ne Bali­bar) le enco­mien­da la com­po­si­ción de una músi­ca para su pró­xi­mo ballet.

Como un gran admi­ra­dor de la cul­tu­ra espa­ño­la lo pri­me­ro que vino a la men­te de Ravel fue Ibe­ria, la com­po­si­ción musi­cal de Albé­niz. Al no haber podi­do lograr su pro­pó­si­to, él se encuen­tra crea­ti­va­men­te atas­ca­do; sin embar­go, su ins­pi­ra­ción revie­ne al per­ci­bir el pun­zan­te soni­do pro­ve­nien­te del rui­do con­ti­nua­do de las máqui­nas de una fábri­ca; en con­se­cuen­cia, lle­ga a con­ce­bir un tema de bre­ve dura­ción que se irá repi­tien­do pro­gre­si­va­men­te duran­te 17 veces has­ta arri­bar a un estruen­do­so cres­cen­do final. Así sur­ge en 1928 Bole­ro, la obra más famo­sa del exi­mio com­po­si­tor, cuya popu­la­ri­dad no solo alcan­zó a Fran­cia sino a nivel inter­na­cio­nal, a tal pun­to que en los cré­di­tos fina­les del film se lee que Bole­ro se eje­cu­ta cada 15 minu­tos en dife­ren­tes luga­res del mundo.

Simul­tá­nea­men­te el rela­to pre­sen­ta a Ravel como la per­so­na que encuen­tra en la músi­ca la razón de su vida. Pue­de que algu­nos hechos del pasa­do hayan influi­do en su per­so­na­li­dad; así a tra­vés de flash­backs, el músi­co recuer­da duran­te sus años de juven­tud musi­cal el haber que­da­do frus­tra­do por no haber logra­do el impor­tan­te Pre­mio de Roma, los trau­mas que le han deja­do su par­ti­ci­pa­ción en el ejér­ci­to duran­te la Gran Gue­rra así como la muer­te de su ado­ra­da madre Marie (Anne Alva­ro). En su actual vida que­da refle­ja­do el apo­yo reci­bi­do por su gran amor pla­tó­ni­co Misia Sert (Doria Tillier), su entra­ña­ble ami­ga pia­nis­ta Mar­gue­ri­te Long (Emma­nue­lle Devos), así como su ami­go Cipa Godebs­ki (Vin­cent Perez), her­mano de Misia.

El film asi­mis­mo resal­ta la actua­ción de Ravel como direc­tor orques­tal y pia­nis­ta inclu­yen­do extrac­tos de algu­nas de sus renom­bra­das obras que son inter­pre­ta­das por el músi­co fran­cés Ale­xan­dre Tha­raud y que sin duda satis­fa­rá a los aman­tes de la músi­ca clásica.

Es en el últi­mo tra­mo don­de el rela­to adquie­re mayor emo­ción obser­van­do el pre­ma­tu­ro enve­je­ci­mien­to del com­po­si­tor pese a su no avan­za­da edad. Con su pre­ca­rio esta­do de salud men­tal dela­tan­do una posi­ble demen­cia senil, lle­ga a con­mo­ver cuan­do al escu­char el Bole­ro se pre­gun­ta si real­men­te fue él quien lo compuso.

Apar­tán­do­se de la tra­di­ción bio­gra­fía, con nota­ble deli­ca­de­za Fon­tai­ne efec­túa un sobrio y afec­tuo­so estu­dio intros­pec­ti­vo del hom­bre detrás de la músi­ca. Con­tan­do con un cali­fi­ca­do elen­co, el film está agra­cia­do por la muy bue­na carac­te­ri­za­ción del pro­ta­go­nis­ta efec­tua­da por Per­son­naz; el actor con­vin­cen­te­men­te cap­ta la esen­cia del ator­men­ta­do artis­ta soli­ta­rio y cere­bral que no obs­tan­te haber esta­do rodea­do de agra­da­bles muje­res inde­pen­dien­tes, nun­ca ha lle­ga­do a for­mar pare­ja en la medi­da que el alma de la músi­ca ha sido el medio capaz de des­per­tar en él sus más ínti­mos sen­ti­mien­tos. Jor­ge Gutman

La Gran Dama del Champán

WIDOW CLIC­QUOT. Fran­cia-Esta­dos Uni­dos-Gran Bre­ta­ña, 2023. Un film de Tho­mas Nap­per. 89 minutos

Abor­dan­do a quien es cono­ci­da como la “Gran Dama del Cham­pán”, el rea­li­za­dor Tho­mas Nap­per con­si­de­ra en Widow Clic­quot a‑Bar­be-Nico­le Pon­sar­din (1777 – 1866), quien naci­da en Reims a los 20 años se casa con Fra­nçois Clic­quot, inte­gran­te de una fami­lia dedi­ca­da a la ela­bo­ra­ción y dis­tri­bu­ción de vinos.

Haley Ben­nett

Sin estar estruc­tu­ra­da cro­no­ló­gi­ca­men­te la pelí­cu­la se vale del guión de Erin Dig­nam, adap­ta­do a su vez del libro homó­ni­mo de la pro­fe­so­ra Tilar J. Mazeo publi­ca­do en 2008. En su comien­zo que trans­cu­rre en 1805 se asis­te al fune­ral de la tem­pra­na muer­te de Fra­nçois (Tom Stu­rrid­ge), don­de se obser­va a su com­pun­gi­da espo­sa Bar­be-Nico­le (Haley Ben­nett) expe­ri­men­tan­do su dolor por la pér­di­da del com­pa­ñe­ro a quien entra­ña­ble­men­te amó.

Cuan­do su sue­gro Phi­lip­pe Clic­quot (Ben Miles) le mani­fies­ta su inten­ción de ven­der los viñe­dos al com­pe­ti­dor Jean-Remy Moët (Nick Farrell), la viu­da Clic­quot recha­za fir­me­men­te esa pro­po­si­ción, a pesar de los pro­ble­mas finan­cie­ros de la com­pa­ñía debi­do a expe­ri­men­tos malo­gra­dos de su difun­to mari­do. Es así que ella está fir­me­men­te deci­di­da a pre­ser­var el lega­do de su mari­do, vol­can­do sus esfuer­zos en la ela­bo­ra­ción de bue­nos vinos.

La tarea empren­di­da por Bar­be-Nico­le resul­ta ardua en la medi­da que afron­ta gran­des difi­cul­ta­des, entre otros moti­vos por su con­di­ción gené­ri­ca, difi­cul­ta­des cli­má­ti­cas, embar­go ejer­ci­do por Napo­léon en la expor­ta­ción de vinos, como asi­mis­mo por la duda de sus emplea­dos y riva­les acer­ca de su habi­li­dad empre­sa­rial; no obs­tan­te, la viu­da Clic­quot logra supe­rar esos incon­ve­nien­tes demos­tran­do su incues­tio­na­ble capa­ci­dad en el mane­jo de la empre­sa familiar.

Para­le­la­men­te, el retra­to regis­tra los recuer­dos de esta mujer acer­ca de los momen­tos de feli­ci­dad vivi­dos con su espo­so. Si bien la pare­ja esta­ba nutri­da de un autén­ti­co amor, eso no impi­dió alti­ba­jos en la rela­ción debi­do a la con­duc­ta errá­ti­ca de Fra­nçois al estar imbui­do de vio­len­tos impul­sos; pre­ci­sa­men­te su ines­ta­ble con­di­ción men­tal fue lo que lo con­du­jo al suicidio.

Aun­que el metra­je deta­lla aspec­tos vin­cu­la­dos a la téc­ni­ca de fabri­ca­ción de vinos así como a los ensa­yos rea­li­za­dos por Bar­be-Nico­le en la ela­bo­ra­ción de cham­pán, ese aspec­to cons­ti­tu­ye la par­te menos atra­yen­te del rela­to; su mayor inte­rés radi­ca en el amor román­ti­co que Bar­be-Nico­le entre­tu­vo con su espo­so y ya como viu­da con el víncu­lo sen­ti­men­tal man­te­ni­do con Louis Boh­ne (Sam Riley), el hom­bre de con­fian­za de la com­pa­ñía como ven­de­dor y dis­tri­bui­dor de vinos. Es de obser­var que cuan­do Louis le pro­po­ne matri­mo­nio, ella recha­za la pro­po­si­ción tenien­do en cuen­ta que según el códi­go napo­leó­ni­co per­de­ría las atri­bu­cio­nes por las que sola­men­te las viu­das tie­nen dere­cho a invo­lu­crar­se en los negocios.

La remar­ca­ble actua­ción de la talen­to­sa Ben­net es uno de los pun­ta­les del film; ella trans­mi­te con elo­cuen­cia la deter­mi­na­ción y fir­me­za de una fas­ci­nan­te dama que desa­fian­do las con­ven­cio­nes exis­ten­tes demues­tra su empu­je empre­sa­rial, pro­cu­ran­do ser la for­ja­do­ra de su pro­pio des­tino en un mun­do patriar­cal. Los inte­gran­tes del res­to del elen­co cum­plen con aplo­mo los roles asignados.

En los cré­di­tos fina­les se lee que gra­cias a su deter­mi­na­ción y visión las inno­va­cio­nes de Bar­ba­ra-Nico­le revo­lu­cio­na­ron la indus­tria duran­te los siguien­tes 50 años que siguie­ron a su muer­te y los méto­dos emplea­dos por ella se apli­can hoy día por todos los pro­duc­to­res de cham­pán. En con­se­cuen­cia, no resul­ta extra­ño que la mar­ca “Veu­ve Clic­quot” sea con­si­de­ra­da como una de las más pre­fe­ri­das por los con­su­mi­do­res de esta bebi­da cristalina.

En suma, Nap­per ha logra­do un agra­da­ble film femi­nis­ta resal­tan­do el empo­de­ra­mien­to feme­nino y que al fina­li­zar su pro­yec­ción tien­ta al públi­co para degus­tar el céle­bre cham­pán fran­cés. Jor­ge Gutman

Her­ma­na, Cuña­da y Vecinas

NOS BELLES-SOEURS.  Cana­dá, 2024. Un film de René Richard Cyr. 105 minutos.

Basa­da en la obra Les Belles Soeurs del emi­nen­te dra­ma­tur­go Michel Trem­blay estre­na­da en 1968 y mon­ta­da mun­dial­men­te, el direc­tor tea­tral René Richard Cyr la adap­tó en 2010 para su con­ver­sión en pie­za musi­cal. Es aho­ra que el rea­li­za­dor efec­túa su debut detrás de la cáma­ra para su ver­sión fíl­mi­ca con el nom­bre de Nos Belles-Soeurs.

Una esce­na de NOS BELLES-SOEURS

Para evi­tar que la pelí­cu­la resul­ta­ra como una pie­za musi­cal fil­ma­da, en esta nue­va adap­ta­ción el direc­tor efec­tuó cier­tas modi­fi­ca­cio­nes al tex­to inclu­yen­do la reduc­ción de los núme­ros musi­ca­les, como asi­mis­mo la de los per­so­na­jes feme­ni­nos, aun­que siem­pre res­pe­tan­do la esen­cia de la obra original.

El film trans­cu­rre duran­te los años 60 en el Pla­teau Mont Royal, un barrio de cla­se obre­ra de Mon­treal, don­de resi­de Ger­maine Lau­zon (Gene­viè­ve Sch­midt), una muy humil­de mujer de fami­lia que aca­ba de ganar un con­curso orga­ni­zado por una fir­ma comer­cial reci­bien­do como pre­mio un millón de cupo­nes; a fin de mate­ria­li­zar esa pro­me­sa de feli­ci­dad para su inter­cam­bio se requie­re que los cupo­nes deban estar adhe­ri­dos a un con­junto de car­ti­llas Es así que Ger­mai­ne con­vo­ca en la coci­na de su hogar a su her­ma­na, cuña­da y a varias veci­nas, todas ellas per­te­ne­cien­tes a la mis­ma cla­se social, para que la ayu­den a con­cre­tar la enor­me tarea. Duran­te el tra­ba­jo en con­jun­to, a tra­vés de las con­ver­sa­cio­nes man­te­ni­das en el seno gru­pal que­dan expues­tos varios aspec­tos sobre sus vidas ruti­na­rias, sus frus­tra­cio­nes, sue­ños no con­cre­ta­dos, pro­ble­mas de comu­ni­ca­ción inter­ge­ne­ra­cio­nal y otros tópi­cos vin­cu­la­dos con las con­ven­cio­nes socia­les vigen­tes. Des­afor­tu­na­da­men­te en esas supues­ta­mente ami­ga­bles reunio­nes salen a relu­cir algu­nas debi­li­da­des de la con­di­ción huma­na, inclu­yendo los celos, la envi­dia y la encu­bierta mal­dad de sus per­so­na­jes, has­ta desem­bo­car en un paté­tico desen­lace.  

Uno de los pro­ble­mas de esta ambi­cio­sa come­dia dra­má­ti­ca es que en varias de sus secuen­cias adquie­re el tono vode­vi­les­co con los exce­sos y exa­ge­ra­dos com­por­ta­mien­tos de sus per­so­na­jes bor­dean­do la cari­ca­tu­ra. A eso se aña­de los núme­ros musi­ca­les inser­ta­dos de mane­ra errá­ti­ca en la narra­ción, a pesar de las bellas can­cio­nes de Daniel Belan­ger, co-escri­tas por el com­po­si­tor, Michel Trem­blay y Cyr.

Uno de los pun­ta­les de la pelí­cu­la resi­de en la bri­llan­te actua­ción de Gene­viè­ve Sch­midt quien apor­ta viva­ci­dad, emo­ción y ter­nu­ra en la com­po­si­ción de Ger­mai­ne Luzon; el res­to del elen­co inte­gra­do entre otros por Guy­lai­ne Trem­blay, Anne-Éli­sa­beth Bos­sé, Deb­bie Lynch-Whi­te, Véro­nic DiCai­re, Aria­ne Mof­fatt, Valé­rie Blais, Pie­rret­te Robi­tai­lle, Dia­ne Lava­llée, Véro­ni­que Le Fla­guais y Jean­ne Belle­feui­lle cum­plen satis­fac­to­ria­men­te los reque­ri­mien­tos deman­da­dos por el des­igual guión.

Asi­mis­mo cabe des­ta­car la acer­ta­da pues­ta escé­ni­ca de Cyr y la mag­ní­fi­ca coreo­gra­fía de los her­ma­nos Kate­ri­ne y Ale­xan­dre Leblanc en las dan­zas que acom­pa­ñan a algu­nas canciones..

Sin que el film alcan­ce el exce­len­te nivel de la pie­za musi­cal, el humano men­sa­je de Michel Trem­blay que­da aquí refle­ja­do y en defi­ni­ti­va eso jus­ti­fi­ca su visión.
Jor­ge Gutman